El general y la princesa testaruda

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— Princesa, por favor ¡detengase!

— ¡Que nadie se acerque! - gritó desde las alturas apuntando a todos los guardias a su alrededor — voy a saltar y nadie puede detenerme.

Arrugó la frente mientras las lágrimas recorrían sus mejillas con dolor, los sirvientes miraban desde el suelo con angustia extendiendo sus manos para atraparla.

— ¡Princesa! por favor baje, el príncipe Sonic no la merece - su sirvienta principal intentaba hacerla recapacitar, pero el corazón de la eriza estaba destrozado.

— No tiene sentido... - respondió ella con voz quebrada, soltando poco a poco el agarre que tenía sobre la punta del quiosco queriendo tirarse — sin él mi vida no tiene sentido ¡di todo para recibir nada!

— ¡El príncipe es muy poco para usted! - gritó su guardia más leal, Blaze — princesa recapacite y baje, prometo patearle el trasero a ese... a su majestad - corrigió al notar el rostro ceñudo de la sirvienta.

Amy apretó el agarre mordiéndose los labios, su desesperación al enterarse del compromiso del príncipe Sonic la llevó a querer lanzarse del quiosco. Había pasado por tantas pruebas para ser la princesa perfecta para él y ahora esto, el rechazo.

Ladeó su cabeza y cuando quiso volver a su cometido, los sirvientes y guardias gritaron desesperados.

— Déjenla caer - escucharon la voz sombría del general acercándose, su presencia emanaba poder y temor — veamos si es tan valiente para quitarse la vida.

— Pero general... - cuando Blaze quiso decir algo más, observó claramente las intenciones del mayor y asintió poco convencida girándose hacía el resto de los guardias — ¡Ya lo escucharon! déjenla caer.

— ¡Blaze! - la sirvienta tiró de su brazo, aún desesperada se giró hacía el azabache cuya mirada afilada le provocó escalofríos, sin duda era malvado. Mordió su labio al ser reprendida por dos guardias para evitar que se acercara.

Amy observó todo desde arriba, molestándose al principio por verlo llegar y después sintiendo temor al notar que sus sirvientes se alejaban del borde. Si caía, saldría extremadamente lastimada.

Se aferró con fuerza, cuando Shadow alzó la mirada ella lo confrontó y le devolvió una mirada de enojo por meterse en sus asuntos, el general siempre se envolvía con ella.

— Váyase, no tiene nada que hacer aquí - dijo Amy con indignación.

— Quiero ver su rostro estampado en el piso - se cruzó de brazos mientras sonreía.

— ¡¿Esto le parece gracioso?! ¡Váyase enfermo, perverso, cobarde!

— La única cobarde aquí es usted, princesa - alzó las cejas con burla y ella gruñó por lo bajo — sueltese, nos haría un enorme favor al no tener que preocuparnos más por usted.

Limpió sus lágrimas con la manga de su vestido y acomodó su pequeña corona, trató de mantenerse bien sujeta en la punta y se inclinó un poco para tratar de ver su rostro con mayor detalle.

Al encontrarlo, las lágrimas quisieron brotar de nuevo al recordar las palabras crueles del príncipe en su cabeza "Una molestia".

¿También soy una molestia para usted? - su labio inferior tembló y sus ojos lagrimearon de nuevo.

Shadow abrió los ojos como platos al notar su expresión.

El sonido de la piedra crujir alertó a todos, repentinamente el cuerpo de Amy fué tirado hacía el frente y casi al instante el general se aproximó con los brazos estirados para atraparla.

Su rostro malicioso se había tornado en uno serio cuando notó que la punta estaba por romperse. Al haberse inclinado provocó un peso en exceso.

— ¡Princesa! - la sirvienta dió un último grito antes de caer en los brazos de un guardia perdiendo totalmente la conciencia.

Amy mantenía ambas manos sobre la punta aún con su cuerpo casi por caer, no tenía demasiada fuerza para sostenerse por más tiempo.

— ¡Q-que alguien llame a Sonic! él puede salvarme - dió la orden y Shadow gruñó aún con ambos brazos estirados y en posición de sostenerla.

— Que nadie lo piense - volteó él para reprimir a sus hombres y a los sirvientes, luego se giró hacía la eriza cuyo cuerpo colgaba del techo del quiosco — princesa, él no vendrá.

— ¿C-cómo lo sabe? déjeme en paz y váyase - cerró los ojos con fuerza tratando de resistir.

El general rodó los ojos irritado, una vez más la princesa le traía problemas.

— Está organizando su boda, sueltese yo la atraparé - explicó con los brazos abiertos y ella abrió ligeramente sus ojos mirando al suelo, era cierto que la estaba esperando.

— Va a dejarme caer - negó ella con desesperación.

— Prometo atraparla - dijo con honestidad y ella lo notó, tragó saliva mientras pensaba.

— Dijo que quería ver mi rostro estampado en el piso.

Él sonrío ligeramente enercando una ceja, si lo decía en broma ella parecía tomarselo como una verdad.

Amy vió su sonrisa y por unos diminutos segundos le pareció guapo, muy guapo. Era la primera vez que lo veía reir y no pudo evitar contagiarse de su risa.

— Mas le vale atraparme o le pediré a Blaze que le paté el trasero - anunció ella muy orgullosa, este ladeó ligeramente la cabeza dejándose llevar por ella y sus advertencias.

Cuando la piedra volvió a crujir, abrió las palmas de sus manos y se soltó. Cayó en los brazos del azabache con los ojos cerrados escuchando el choque de la armadura contra su cuerpo.

Al abrir los ojos, aún seguía sobre sus brazos. Sus lágrimas poco a poco desaparecieron y en su rostro tomó lugar un pequeño sonrojo desde las mejillas hasta la punta de sus pequeñas orejas.

Estaban demasiado cerca, mucho muy cerca que casi podían sentir el aliento del otro, sus fragancias parecían mezclarse y se quedaron así unos minutos más.

— No vuelva a repetirlo, princesa - dijo él por lo bajo — el príncipe no sabe del tesoro que acaba de perder.

— Si usted está dispuesto a atraparme de esta forma... - alzó su rostro para enfocarse en sus ojos — creo que volveré a repetirlo unas cuantas veces más.

Shadamy One-shots³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora