Impuntual

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"Feliz día del amor y la amistad a todos los fans del Shadamy"

Mientras la calma reinaba dentro de su rosada habitación, la eriza duerme como un pequeño bebé enredado entre cómodas mantas calientitas.

Su sueño es tan profundo, imaginando cada precioso momento junto a la persona especial.

De repente, el estruendoso sonido de la alarma le hace abrir violentamente los ojos, su cuerpo se mueve por instinto alejando todas las cobijas que la cubrían para colocarse en posición de batalla sobre la cama.

Su puño cerrado y sus ojos buscan atacante, pero el peligro nunca llega.

Ese sonido sigue y entra en cuenta que proviene de su cómoda, el celular vibra y tras sus pirar relajada por no tratarse de algo malo, se acerca para apagarlo.

— Chaos... casi se me sale el corazón - dice cuando la alarma deja de sonar, una sonrisa suya se refleja en la pantalla del móvil cuando lee la notificación en el móvil — ¡Hoy es el día!

Suelta inconsciente con mucha felicidad, esa molestia por haber despertado así se esfuma y se apresura a entrar al baño para darse una ducha caliente y rápida.

Abre la regadera y mientras el agua fría cae, se despoja de la pijama. Siente el agua y aunque espera unos segundos a que esta caliente, se da cuenta que no está saliendo, solo es agua helada y fría.

— Ay no, por favor no me digas... - enrolla rápidamente una toalla alrededor de su cuerpo y sale de la habitación.

Sus pies descalzos se mueven rápidos sobre el piso de madera del departamento hasta que llega a la puerta del lavadero.

Empuja y se acerca al calentador, puede ver que la luz no está encendida y cuando sus ojos notan el porcentaje del gas, se da cuenta que no hay más.

— ¿Y si no me baño? - preguntó al aire mordiéndose la uña de su dedo pulgar, agitó la cabeza negándose a bañarse con agua helada.

¿Pero salir así?, después de haber pasado una noche en vela cocinando para él y haberse llenado de harina hasta las púas, si, seguramente por eso se había terminado todo el gas.

Resignada regresó al baño y se llenó de valentía, ya suficiente agua se había caído y no necesitaba gastar de más.

Entró sin la toalla y comenzó a refregarse las púas con el champú, todo su cuerpo tembló y sus músculos se tensaron adoloridos por el repentino cambio de temperatura.

Pero ignorando todo aquél malestar, sabía que debía prepararse para salir.

Cuando terminó de bañarse y secarse, regresó envuelta por una bata negra mientras se acercaba al armario, grande y bien organizado.

Apretó un pequeño botoncito de la pared del mueble, la ropa colgada en ganchos comenzó a moverse revelando más y más blusas, ¿era tan profundo?.

Paró cuando encontró el vestido ideal, repitió el mismo proceso hasta encontrar unos zapatos de poco tacón y muy cómodos.

Abrió uno de los cajones del fondo buscando la lencería, por supuesto, es la parte más importante de la historia.

— Aquí estás - dijo revelando su conjunto sexy de ropa interior, un regalito de Rouge cuando cumplió veintiuno.

Retiro su bata y comenzó a ponerse las prendas, aunque primero necesitaba maquillarse y hacerse el peinado.

Observó la hora en la pared y aún era temprano, podía lucirse pero tampoco quería un maquillaje muy cargado, no era su estilo.

Colocó un poco de base y algo de corrector, el resto lo hizo paso a paso asegurándose de que su rímel para pestañas no manchara el resto, a veces era molesto.

Shadamy One-shots³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora