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¡OYE MALDITA ESCORIA, DESPIERTA!-entre dormida y despierta sentí como alguien gritaba pero no podía distingir quien era, hasta que sentí como me jalaban el cabello, lo hacían de una forma en que probablemente me lo arrancarían.

-Lo hacían tan fuerte que logré despertarme, ví que el hombre que me estaba gritando era el mismo al que le había cortado un poco la cara, inmediatamente las lágrimas salieron de mi cara, porque al verlo recordé nuevamente la muerte de mi hermanito.

-¡HASTA QUE DESPERTASTE! PARATE RÁPIDO TENEMOS QUE IR.
Recorde que tenía que ir a la pelea clandestina, tanto como a mi, a mi hermanito y a las personas que tenían secuestradas, nos llevaban a la fuerza a peleas clandestinas con demonios de rango inferior que lograban cazar, no sabía aún quien era el que estaba a cargo de todo esto.

-No quería ir, no tenía la fuera mental ni física para hacer nada, simplemente quería morir, estaba cansada de todo, me sentía tan culpable, sentía como el sentimiento de dolor y culpa me consumían lentamente, seguí en blanco hasta que sentí como el hombre boluptuoso me dió un golpe en la cara, me grito que me levantará o si no me mataría, solo me heche en el piso y espere a que me matará, pero lamentablemente para mí eso no pasó.

-El hombre musculoso me jalo el brazo y me agarró como un costal de papas, camino hacia afuera, abrió la puerta y me tiró en la fría nieve.

-Apresurate tenemos que ir con el jefe. creo que este será tu último día de vida escoria, al menos podrás ver a tu hermano de nuevo, ya que tú provocaste su muerte con suerte y te perdonará. Su cara era de burla, lo ví riéndose mientras decía esas palabras, estaba tan vacía que no me importaba que me dijera, pero cuando menciono a mi hermanito las lágrimas cayeron lentamente por mis mejilla, depsues de todo el tenía razón, por mi culpa mi hermano murió, debí ser más precavida, debí haberle gritado más fuerte, debí haber hecho algo para evitar su muerte, pero no hize nada y por eso estoy aquí ahora, solo espero que cuando muera mi hermanito pueda perdonarme, espero que me mire a los ojos y me sonría como solía hacerlo, que me diga que todo estará bien y que no fue mi culpa, solo espero que me dé tan solo un abrazo.

-El hombre boluptuoso me volvió a agarrar y me subió a una caretillla, me pegó una cachetada y siguió riéndose de mi, aunque a mitad de camino ya no se veía tan sonriente, se veía un poco asustado, murmuraba cosas sobre el jefe, no se quién era ese tal jefe pero supuse que era el que manejaba todo esto de las peleas clandestinas.

-Todo esto es tu culpa, por tu culpa el jefe nos dará un castigo, hiciste que toda esa gente se escapara, eres una maldita inútil, ahora sufrirás las consecuencias de tus actos. El jefe me mandó un comunicado, le contamos que tú eras la maldita escoria que había hecho que la gente escapara, decidió que tú castigo será pelear con el, mencionó que estaba muy enojado por perder a toda esa gente, quiere darte una lección que nunca olvidarás, lo más seguro es que morirás así que anda preparando tus ultimas palabras.
No sentí miedo, ya no sentía nada, pero en el fondo pude sentir un poco de alivio, si moría podría ver a mi hermanito, esperaba que llegara ese momento, la caretilla de detuvo y el me bajo, me dijo que ya habíamos llegado, mis piernas seguían adoloridas y apenas podía moverme pero aún así logré llegar hasta donde me guío, era una gran mansión japonesa tradicional, cuando entre estaba todo muy oscuro pero pude divisar unas manchas de sangre.

-Una voz resonó en los pasillos. Entra,  dijo con una voz sería y fría, me quedé estática, el ambiente se sentía extraño, tuve un presentimiento, el no era un humano...

-¡Que entres! Dijo la voz, sonaba como un hombre mayor, pero podía sentir que no era un humano, seguí sus órdenes y entre, apenas puse un pie en la habitación la puerta que estaba detrás de mi se cerró, lo mire fijamente y supe que era un demonio, sus ojos brillaban en la oscuridad que había, me miró fríamente y empezó a hablar.

-Tu fuiste la que libero a todas esas  personas y a su hermano, eres una inútil inservible, por tu culpa perdí el dinero que me producirían esas personas, además tú hermano murió, ni siquiera pudiste salvarlo, pero que tonta eres niña. Las últimas palabras de ese hombre me dolieron demasiado, porque volví a recordar a mi hermanito, y por un segundo la culpa se hizo presente en mi cabeza, fue mi culpa su muerte, tiene razón soy una inútil, por mi culpa murió mi hermanito.

-Nee-san, nee-san, sus últimas palabras fueron llamar a su hermana mayor, que no pudo hacer nada más que verlo morir, porque es una inútil que no siquiera sirve como hermana mayor.
Su tono era burlesco y despreciable, siguió insultandome y hablando sobre mi hermano, mi ceño se frunció, sabía que era una tonta, una mala hermana mayor, no me importaba que se burlara de mi, pero siguió burlándose de mi hermano lo que produjo que mi ira creciera, inmediatamente le grite.

-¡No te atrevas a burlarte de mi hermano, no me importa que tan poderoso seas, ni cuánto dinero tengas, no me interesa si eres el más fuerte del mundo, jamás permitiré que se burlen de mi hermanito!

-No me levantes la voz maldita mocosa repugnante, quien te crees que eres, escoria insignificante, de todas formas morirás ahora, quería tener una pelea contigo pero no creo que sea posible, con lo flacucha que eres. Observe como el hombre se lanzó hacia mi, sabía que moriría y pude sentir un poco de felicidad, podría ver a mi hermano de nuevo, cerré mis ojos esperando sentir su ataque pero nunca llegó, abrí mis ojos rápidamente y había una mujer de aproximadamente unos 18 o 19 años, tenía el pelo rosado con las puntas verdes, pude ver que era muy ágil con su arma, era una katana muy rara, parecía un látigo, la mujer de tan solo un movimiento de manos corto la cabeza de ese señor que era un demonio.

-¿Quien eres tu? Cómo eres tan rápida y ágil, las dudas invadian mi mente, tenía muchas preguntas que hacerle. Sabía quiénes eran los demonios pero aunque supiera no lograba procesar todo muy bien, tenía muchas cosas en mi mente que no me dejaban pensar claramente.

-Soy kanroji Mitsuri una cazadora de demonios de rango superior, soy la pilar del amor, espero te encuentres bien, ya derrote al demonio así que todo estará bien, su voz sonaba determinada pero era muy dulce a la vez, una voz única.

-¿Una pilar del amor, una cazadora de demonios? No sabía que existía eso, solo sabía sobre los demonios, dije sería y pensativa.

-los cazadores de demonios somos los que nos encargamos de terminar con los demonios, y los pilares tenemos un rango superior, nosotros podemos llegar a derrotar a los demonios de rango superior, los cazadores normales no tienen la suficiente fuerza para terminar con demonios de rango superior. ¡Por eso existen los pilares! Dijo firmemente.

-Ya veo, gracias por responder mis preguntas, eres muy considerada -le agradecí, pero seguía luciendo triste y sería, note como me miro con compasión, parecía alguien qie no le gustaba ver el sufrimiento de los demás.

-Disculpa la pregunta, pero ¿Te ocurrió algo ademas de ser atacada por ese demonio? Luces triste y tú mirada se ve distante.

-Mi hermano pequeño, a él lo asesinaron frente a mi, fue todo mi culpa, yo debía ser quien muriera el debía escapar y ser feliz, el era un ángel, merecía poder vivir una vida larga, y plena, merecia crecer y tener una hermosa familia, -dije sollozando sin parar.

Lo siento mucho, se nota que lo querías demasiado, yo quería preguntar si querías vengar a tu hermano y convertirte en una cazadora de demonios- pregunto sería.

-Una cazadora de demonios...pero no sé cómo hacerlo yo te vi y eras muy ágil y rápida, además eras muy flexible. Como yo voy a poder llegar a ser así, -dije triste y con un poco de lágrimas en la cara por qué seguía pensando en mi hermano.

-para lograr ser como yo tienes que entrenar mucho y dar lo máximo de ti misma, eres muy linda, ¿como te llamas? Pregunto alegre y animada.

Soy Fukushima Saori, tengo 16 años -dije firme.

-Que lindo nombre, entonces quieres convertirte en una cazadora? yo puedo ser tu maestra me encantaría entrenarte y pulir tus habilidades-dijo emocionada.

-Muy bien, me convertirte en una cazadora de demonios, y vengare a mi hermano y a toda esa gente inocente que ha muerto-dije con una voz firme y fuerte.

-Entonces acompáñame, vamos a mi finca y desde mañana empezará tu arduo entrenamiento,-dijo con una voz firme y amable.

-Gracias -dije amablemente. Desde hoy lucharé por hacerme más fuerte y derrotar a los malvado demonios, prometo que arreglaré los errores que cometí, me vengare de los demonios.

"los cerezos no se olvidan" kny Donde viven las historias. Descúbrelo ahora