1. Touch ✔️

11.

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—  "Página once, página once", — murmuró Alexandra para sí misma, hojeando el libro que había leído sobre pociones de amor a principios de curso. 

No se había dado cuenta hasta ahora, pero las páginas de este capítulo en concreto parecían más nuevas que el resto. 

Era como si...

—"Son falsas".

—"¿Por qué siempre estás respirando en mi cuello?" —preguntó Alexandra a Tom con enfado, cerrando el libro.

—"Si me hubieras dejado leer ese libro cuando te lo pedí, habría podido decírtelo hace semanas", —sonrió Tom, quitándole el libro de las manos y examinándolo él mismo. Agitó la mano sobre el libro ahora abierto, y Alexandra vio cómo las palabras de las páginas se transformaban en las originales. El color de las páginas se volvió más amarillo, y las esquinas estaban arrugadas y rasgadas. "—Tengo que decir que estoy decepcionado. El profesor Dumbledore era... un mentor, supongo. Mintió sobre esto; ¿quién sabe sobre qué más ha mentido?"

Alexandra se dio cuenta, por el tono de voz de Tom, de que estaba fingiendo cada palabra que decía, pero le siguió la corriente. 

Ya no tenía ningún plan y, sinceramente, no tenía ni idea de lo que quería hacer a continuación. 

Quería volver a casa más que nada, pero sabía que eso no iba a suceder.

—"Necesito tu ayuda", — le dijo a Tom. Tom levantó una ceja divertido.

— "¿Con?"

—"Necesito encontrar algo".

— "¿Te refieres al giratiempo del profesor Dumbledore?" — Preguntó Tom, sonriendo cuando la cara de Alexandra cayó con total y absoluta sorpresa. — "Lo necesitas para poder volver a casa".

—"¿De qué estás hablando?" —Preguntó Alexandra rápidamente mientras empezaba a entrar en pánico.

—"Eres del futuro", —sonrió, sacando su foto del bolsillo y entregándosela. 

Al mirarla la noche anterior, Tom notó algo bastante extraño en ella; Alexandra había empezado a desvanecerse. 

Al principio apenas se notaba, pero esta mañana se dio cuenta de que había empeorado; era como si se estuviera desvaneciendo. 

Sólo había una explicación que se le ocurría para explicar el fenómeno y, por la reacción actual de ella, sabía que estaba en lo cierto.

— "Si lo sabías, ¿por qué no me has matado?" — preguntó Alexandra temblorosamente, dejando la foto en el suelo.

—"Porque necesito tu ayuda", —sonrió él, recogiendo la foto y arrojándola al fuego frente a ellos. Alexandra observó cómo ella y sus amigos se convertían en nada. —"Vas a ayudarme a matar a Dumbledore".

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