snake seducer ; draco malfoy ✓

chapter 8

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Habían ido pasando los días y las finales se acercaban. Draco todavía se saltaba pociones y Snape seguía enojado.

Cuando entró en la sala común, vio que alguien ya estaba sentado en la gran mesa cerca de la ventana. Tom se dio la vuelta e inmediatamente se levantó cuando la vio —Lo siento, puedes estudiar aquí. Me iré.— Frenéticamente tiró sus libros en su mochila y limpió la mesa.

—Está bien. No tienes que irte.— Ella realmente apreciaba su cautela, pero después de todos estos días ya no era tan difícil para ella estar en la misma habitación que él.

—Oh, okey. Déjame saber si cambias de parecer.— Se hundió lentamente en su silla.

Se sentó frente a la ventana y sacó sus libros. La chimenea le dio suficiente luz para leer las páginas. Después de un par de horas de estudio, no pudo evitar notar que la nariz de Tom estaba sangrando y que la sangre goteaba en su pergamino.

Levantó la vista y se dio cuenta de que estaba buscando un pañuelo en su mochila, así que le entregó uno.

—Gracias. Lamento que tuvieras que ver eso. Ocurre a veces.

—Está bien.— Ella lo miró a él y sus cicatrices. Su rostro todavía se veía dolorido a pesar de que habían pasado semanas.

—Siento no haberlo detenido.

—¿Te refieres a Draco?— se río. —No te preocupes, me lo merecía.

—No. Debería haber hecho algo. No sabías lo que estabas haciendo.— Su voz se rompió. —Casi te mata.

Tom bajó la vista y presionó el pañuelo contra su nariz. —No lo sé.

—No lo sé, honestamente. Creo que una parte de mí lo quería. Una parte de mí te deseaba.— Él volvió a mirarla a los ojos. —Una parte muy dentro de mí te deseaba. Y no puedo explicar cuánto lo siento por eso.— Sus ojos se llenaron de agua y reflejaron el fuego ardiente en la sala común.

—No, no consentí. Pero mentiría si te dijera que no sentí ningún placer.— Ella lo miró a los ojos durante demasiado tiempo. Porque eso la hizo hacer lo que haría a continuación.

Ella se puso de pie y se sentó en la silla a su lado. Colocando su mano junto a la de él. —A una parte de mí le gustó lo que estabas haciendo.— Susurró ella con los ojos fijos en su mano. Su mano hizo el menor movimiento para que ambos dedos meñiques se tocaran.

—Una parte de mí siempre le gustaste. Y siempre lo hará.— Fue todo lo que dijo.

Ella inclinó su cuerpo ligeramente hacia el suyo y lo besó lentamente.

—Tócame.— Susurró con sus labios todavía pegados a los suyos. Se sintió horrible estas últimas semanas y esta había sido la primera vez que se sentía feliz de nuevo. Ella trató de intensificar su beso, pero eso le hizo tirar de la cabeza hacia atrás y abrir los ojos.