用我 ;; 𝗁𝖾𝖺𝗋𝗍𝗅𝖾𝗌𝗌.

03

—Yeosang, el capitán quiere verte —le dijo un día Yunho, posiblemente viéndose fastidiado de ser el mensajero de todos los recados dirigidos a Yeosang—. Esta vez tienes que ir. Estoy cansado de perseguirte todos los días por toda la extensión del barco para siempre decirte lo mismo.

—Correcto. Está bien, iré para allá —respondió Yeosang, con un destello de vergüenza en cada palabra soltada dirigida a su fastidiado compañero.

Yeosang tenía que ser menos obvio en lo que hacía, ignorar un poco al capitán. Estaba claro que esa acción no era algo de la cual él pudiera gozar completamente. Era Hongjoong a final de cuentas de quien estábamos hablando, la persona con menos culpa de lo que ocurría. Pero Yeosang, profundamente, creía que sí.

No mentiría tampoco, sabía que no era Hongjoong quien lo llamaba cada día, tenía una acertada sospecha de lo que Seonghwa quería hablar con él aunque lo evitara... Ciertamente, de lo absurdo que se estaba comportando. Por eso mismo el comentario de ser menos evidente con sus acciones, se notaba de lejos y borroso que Seonghwa parecía haber desaparecido de su vida, o por lo menos, Yeosang así lo intentaba aparentar.

Huyendo cada que lo sentía cerca. Apartando su vista y centrándose en cualquier compañero que tuviera por delante, ya fuera Wooyoung, San o el propio Yunho.

Inventándose conversaciones largas e incómodas con ellos que surgían por él de la nada, al igual que sus caras confusas, como haciéndose el interesante con sus amigos. Pero solo cuando Seonghwa estuviera a poca distancia de ellos, queriendo demostrar indiferencia al verlo, cuando sabía que, en la normal personalidad suya, jamás se comportaría frío, jamás hablaría tanto.

Y, finalmente, con todo eso, camuflándose lo más que pudiera de Seonghwa.

Exitoso en el deber de que Seonghwa evite aquel impulso que sabía que tenía, aquel de tomar a Yeosang lejos de toda las barreras que este mismo se ocupaba de poner entre ellos.

Era angustiante, un dolor sin llegar a ser físico, pero indescriptible en todo su cuerpo. A Yeosang no le gustó pasar por alto las sonrisas que su hyung le seguía enviando a pesar de todo, las notas que aparecían mágicamente en el suelo de su habitación o en sus áreas de trabajo común. Expresaban preocupación los textos escritos en las hojas mal recortadas, además de las tareas que diariamente le correspondía hacer, sumando un desastroso, pero lindo corazón al final de las notas. Eso solo hizo que las lágrimas de los ojos de Yeosang se desbordaran hacia sus mejillas.

Seonghwa era demasiado dulce, y Yeosang no merecía ese trato de parte de él.

Yeosang ya no podía seguir escapando, tarde o temprano, Seonghwa lo atraparía desprevenido, y era algo que no deseaba que ocurriera, es mucho mejor prepararse para lo que hubiese por decir. En cambio, Seonghwa lo obligaría a hablar sobre lo que le pasaba y sería vergonzoso el enfrentamiento. Incluso si Yeosang decidiera seguir escondiéndose, ya no podía permitir que Yunho siguiera acatando las órdenes de Seonghwa que tuvieran que incluirlo, no era justo para él que Yeosang siguiera comportándose como un niño tonto y estuviera por todo el barco escondiéndose del lobo.

Es por eso que, justo ahora, estaba de frente al cuarto de comando. Lugar donde la mayor parte del tiempo se hallaba Hongjoong con Seonghwa, ideando y planeando las misiones que requerían hacerse. Planificando el siguiente ataque que tuvieran y darle frente a los contratiempos, también en el sentido de buscar lo que tanto anhelaba la tripulación. Realizaban... sencillamente, una aventura cada que estaban aquí.

Yeosang soltó el aire que estaba resguardando en sus pulmones y de una vez por todas, dirigió sus pálidos dedos en forma de un puño muy débil, y tocó: una, dos, tres veces hasta que alguien desde dentro dijo suavemente que pasara. Yeosang ya sabía lo que se iba a encontrar del otro lado de la puerta.