AQUELLAS GRADAS

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Un leve sudor bajaba por mi cien mientras caminaba frente a ella, sus ojos me seguían sin parar cada vez que subía un escalón de las escaleras, ella estaba sentada sobre la misma sucia y tétrica grada del instituto que lo único bueno que tenía ese lugar era ella.

Flexione mis piernas para estar parejos y con voz algo temblorosa y calmada mientras la miraba justo a los ojos dije...

—¿Que hace un colegio como tú, en una chica cómo está?

Con una tenue risa y algo sonrojada.

—Estoy escuchando música y leyendo un poco, ¿Y tu?

No sabía que decirle, no esperaba que respondiera a mi pregunta retórica con tanta seguridad, me había descubierto y me tenía a su merced, pero por obvias razones no dejaría pasar la oportunidad. No quería perder la vida detrás de ella, quería que la vida me perdiera a mi por estar con ella.

Cada vez era más significativo el hecho de sentarme a su lado solamente para conversar monótonamente de su día o noche, llevábamos un poco más de media hora platicando y rogaba al cielo que pausara el reloj para no dejarla ir.

Sus ojos me tenían hechizado y aquel modo tan tenue de decir o pronunciar me encantaba, bastante inteligente aparentemente y eso era un punto a su favor, me interesaba verla feliz así que trataba de utilizar mi repertorio de chistes malos para sacarle unas cuantas sonrisas en lo corto que era aquel descanso escolar que jamás me daba tiempo para decirle que me gustaba, si le echaba la culpa al tiempo de mi cobardía pero que más podría hacer, era un niño atrapado en medio de sus mejillas y sus labios.

Maldito sonido, aquella melodía funebre que marcaba el final del descanso que utilizaba escasamente para verla había terminado, y debía esperar otras 3 horas solo para verla marcharse a su casa, pero valía la pena cada minuto que pasaba con ella.

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⏰ Última actualización: Jan 05, 2022 ⏰

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