18°

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Mierda..

- maldito.. - inevitablemente mis ojos se llenaron de lagrimas - maldito infeliz desgraciado..

Aplaste la carta en mi puño, la arroje hacía algún lado de la casa y subí apresurada a mi habitación, saqué cajones, revolvi ropa y encontré lo que buscaba

Mi arma

Una Ceska Zbrojovka

Papá me la había dado el primer día que me enseñó a defenderme, dijo que la usara solo en emergencias y esta la considero una. Si bien no era ilegal que un forense tuviera consigo un arma, lo encontraban un poco raro

Desde mi laptop, entré a los archivos de la comisaría donde entré al caso de mi padre, no cámaras de seguridad, aún no detectaron huellas pero hay tres testigos, todos dijeron haber escuchado pero no haber visto nada, eso estaba por verse

Tomé algo de dinero y lo guardé en el bolsillo de mi pantalón, el arma la escondi entre mi blusa y el saco, y justo cuando bajé las escaleras vi entrar a mi madre y hermana, con bolsas de marcas lujosas en sus manos y sonrisas en sus caras, estas se borraron al verme

- ¿te vas? - preguntó mi madre, sin embargo la ignore y salí de ahí, una vez en la recepción me acerqué a la señora Margaret que se encontraba viendo un catálogo

- señora Margaret

- oh chica, hace tiempo no te veía por acá

- si yo..tuve unos asuntos, si le pido ayuda con algo, ¿me ayudará?

- ¿de qué se trata?

- ¿recuerda al chino?

Así lo conocía ella ya que el tenía rulos y no podía acordarse de tu nombre  -como si estuviera tan difícil-

- ah si

- ¿a venido estos días?

- la última vez que vino fue ayer, solo se llevo una caja y me entregó las llaves

- ¡¿ya no vive aquí?! - pregunté exaltada, casi qué me tiro sobre de ella

- te estoy diciendo que me dejó las llaves, a pesar de qué ya me había pagado para todo el mes se fue de aquí

- y de pura casualidad, ¿sabe dónde podría estar?

- le pregunté que a donde iría pero solo me dijo que muy lejos

Mierda - gracias, Margaret - salí trotando del edificio y escuché a lo lejos que me corregia

- señora Margaret, ¿dónde quedó el respeto? Chamaca malcriada - sabía que lo decía de juego, éramos como madre e hija, ella me cae y me trata mejor que mi propia madre

Encendí mi celular y abrí los archivos donde venía la poca información sobre los testigos, eran tres direcciones, elegí una al azar y tomé un taxi hacía allá

                               ° ° °

Solo me quedaba una dirección, tenía que ser la correcta, no había conseguido nada con los dos testigos anteriores.

Esto es una locura, pero estaba consciente de ello, no iba a echarme atrás, no a estas alturas

BARRY ALLEN
Horas antes

- ¿estás seguro de lo que dices, Cisco?

- claro, mi computadora no miente

- ¿de qué hablaban? - preguntó Joe llegando al cortex con Iris y H.R. detrás de el

(Barry Allen Y Tu) -- Eras tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora