Capitulo 4

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En tanto la campana que indicaba que la hora del descanso había llegado, buscó escabullirse de sus amigos e irse por aparte, quizá podría aprovechar y almorzar con Sasuke, claro, si el grupo de amigos de él se lo permitía. Sacó su celular y le escribió un rápido mensaje al Uchiha, donde lo citaba cerca de la entrada del instituto, justo en el jardín, luego solo se limitó a esperar.

Mientras tanto, meditó un poco las cosas que habían pasado hasta el momento. ¿Realmente estaba llegando a tales puntos de búsqueda solo por una apuesta? En primera, no está del todo seguro del por qué aceptó una apuesta de ese tipo, nunca lo había hecho, y al final de cuentas, era jugar con los sentimientos de las personas. No le gustaría ser quien vacile con los sentimientos de Sasuke, en medio de todo, él se ve que es un buen chico, y no merece que un patán lo lastime.

Sin embargo, no podía negar que esa dichosa apuesta le permitió conocer un poco más a Sasuke, y a pesar de lo que él deja que las personas vean por fuera, realmente es una alguien tranquilo, alguien en quien incluso se puede tener una conversación seria y esperar un buen consejo. Era otra mentalidad, era una persona madura y centrada. Eso lo hacía diferente.

—¡Naruto! —se sobresaltó y levantó la mirada. Esa conocida voz le daba la sensación de querer irse de ahí pronto. Hinata estaba delante de él. —Quiero... hablar contigo. —sonaba decidida, pocas veces Naruto llegó a verla así.

—Ah, hola, Hinata... —rió nervioso, no había nadie cerca que pudiera ayudarle esa vez. Suspiró. —Dime, ¿qué pasa?

—Seré... directa. —sus manos apretaron la tela de su falda, tomando aire. —Quiero que volvamos a intentarlo, por favor.

Naruto sintió una piedra caer sobre su espalda y un frío sobre su cuerpo entero, ya se presentía que eso era por lo que Hinata le estuvo persiguiendo tantas veces todos estos días, con más razón era que huía, no quería responderle, aunque eso lo dejara como un cobarde por no dar la cara. Optó por ponerse de pie, se sacudió el césped pegado a su ropa y se posicionó delante de ella.

—Escucha, Hinata, no creo que sea buena idea. —se rascó la nuca nervioso, procurando no desviar la mirada de ella. —Ya lo intentamos una vez y por poco las cosas acaban mal para ambos, gracias a que terminamos antes es que ahora podemos ser amigos... o algo así.

—Pe-pero yo te quiero, sé que si volvemos, esta vez las cosas saldrán bien. —se acercó un paso a él, sus mejillas estaban sonrojadas.

—No, Hinata, ahorita las cosas ya no son como en ese entonces. No sabríamos entendernos bien, en unos meses vamos a terminar y seremos como desconocidos, no quiero eso.

—Puedo... puedo cambiar si así lo quieres, hago lo que sea por ti.

—¡No! No se trata de eso, no tienes que cambiar ni por mí ni por nadie, se trata de que estés con una persona que te ame tal cual eres. —puso sus manos sobre los hombros de la chica, se sintió mal cuando le vio los ojos llorosos. Eso era lo que quería evitar. —Escucha, eres una chica hermosa, tienes muchísimas virtudes, sé que puedes encontrar a alguien que te quiera. ¿De qué te servirá estar con un hombre que no puede darte lo que mereces?

—¿Tienes a alguien más? Solo quiero saber eso. —ella bajó la mirada, resignada. Las cosas definitivamente no salieron como lo pensó.

Naruto se quedo callado por unos segundo, quizá si le decía que sí ella tendría un buen motivo para olvidarse de él, pero si le decía que no, lo cual es la verdad, tal vez sus sentimientos hacia él sigan latentes. Volvió a mirarla y asintió.

—¿Es... Sasuke? —su mente quedó en blanco, ¿qué pasaba si Hinata le contaba alguien y se esparcía el rumor de que ellos dos estaban saliendo? Sasuke podría matarlo; aunque ahora estamos hablando del bien sentimental de la chica.

¿Perdonarte? ¡JAMÁS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora