Amor en una entrega

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Summary: Neji pide comida bastante seguido, sin esperar que se enamoraría de su repartidora.

Aclaraciones: One-shot, enero 2022.

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Dio dos ligeros golpes en la pantalla para volver a activar su celular, tomándolo en las manos para poder ver lo que aparecía. Un rato atrás había abierto la aplicación del restaurante en el que pedía comida pero por más que la revisaba no lograba convencerse de qué pedir, ni siquiera tenía hambre y en su nevera había varias sobras de pedidos anteriores. Sin embargo iba a pedir algo, solo tenía que decidir qué.

Pasó su dedo por la pantalla para mover el menú de arriba a abajo, ¿carne?, ¿pollo?, ¿mariscos?, ¿vegetariano?, ¿un postre? Negó a lo último, no era muy fanático de los alimentos dulces y la última vez que se decantó por la última opción porque nada se le antojaba en sí, tuvo casi una semana en el refrigerador varios yuèbǐng que se fue comiendo de a pocos porque odiaba desperdiciar comida. Y no quería pensar en esa vez que por no entender bien el menú pidió un postre que era hecho de calabaza.

Debería recalentar algo y ya, pero era miércoles y sabía que ese día ella estaría trabajando haciendo las entregas. Inhaló profundo antes de decidir que pediría una sopa de wonton, eso era algo ligero dada su falta de apetito y el valor era lo suficientemente alto para completar el pedido mínimo. Ordenó también un té de crisantemo y oprimió el botón de realizar pedido. Conocía muy bien lo que seguía, era una rutina que ya conocía perfectamente, no solo porque era habitual para él pedir comida, sino porque desde un tiempo atrás solo lo hacía a ESE restaurante.

Siempre tardaban un par de minutos en confirmar la orden, los cuales esperó pacientemente sin perder de vista la pantalla, sonriendo de lado en el momento que apareció la notificación que el restaurante había empezado a preparar su pedido y que la comida sería entregada entre 40 y 50 minutos después. Ahora tan solo le quedaba esperar.

Cuando faltaban 5 minutos para que se cumplieran los 40 minutos, se levantó para ir al baño y poder darse un vistazo en el espejo. ¿Se estaba convirtiendo lo de arreglarse un poco en parte de su rutina? No lo diría en voz alta, pero la realidad era que sí. Revisó que su cabello estuviera en su lugar, comprobó su aliento optando por usar un poco de enjuague bucal, regresando a su escritorio pero sin ser su intención trabajar, tan solo esperar que sonará la notificación que avisaba que su comida había llegado. Respiró lentamente cuando el aparato vibró un par de veces, no negaría que empezaba a sentirse un poco estúpido por estar actuando de ese modo. El timbre de su departamento sonó y tras inhalar profundo una vez más fue a abrir la puerta, viendo aparecer la sonrisa de la repartidora.

- ¡Hola, Neji! — lo saludó ella alegremente

- Buenas tardes, Tenten — contestó, viéndola agacharse para buscar en la enorme maleta cuadrada la comida que él había ordenado — gracias — dijo en cuanto se la entregó

- Un almuerzo ligero — comentó ella, revisando de nuevo algo en la maleta — ¿Empezaste una dieta?

- No, solamente no tenía mucho apetito hoy — ella seguía con su atención en la maleta — ¿Tienes muchas entregas programadas?

- Tengo otra a un par de cuadras de aquí, un pollo gong bao — le fue inevitable apretar los labios, en ese momento Tenten levantó la mirada y empezó a reírse — no te preocupes, no me olvido y tu sopa no se mezcló

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