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ZeWu-Jun había llegado a Lotus Pier, se encontraba tan nervioso y aunque no lo diría en voz alta, lo había extrañado demasiado y ansiaba verlo de nuevo.

Jiang Cheng caminaba en el muelle para poder encontrarse al Lan, estaba tan nervioso y feliz, quería sonreír pero su orgullo no le permitió hacerlo así que solo se acercó caminando más rápido.

—ZeWu-Jun —hizo una reverencia—, me es un placer tenerlo aquí.

—WanYin —sonrió cuando vio al hombre—, muchas gracias por aceptar mis visitas —hizo una reverencia mientras que su corazón latía rápidamente.

—¿Cómo estuvo el viaje hacia aquí? —lo miro fijamente.

—Estuvo tranquilo, tenía...bueno... —sintió sus mejillas sonrojarse, estaba apunto de decir que tenía muchas ganas de verlo.

—Me alegro de que así fuera —le dio una pequeña sonrisa—. ¿Te gustaría ir al campo de entrenamiento conmigo? —preguntó ansioso—. Lamentó el inconveniente, tengo que entrenar a los discípulos pero después de eso tengo la tarde libre.

—No hay ningún problema! —le encanta ver al Jiang entrenar—. Me es un placer poder verte entrenar.

Los dos líderes de secta se dirigieron hacia el campo de entrenamiento donde varios discípulos esperaban a su Líder.

—¡Dejen de holgazanear! —les grito.

Los discípulos se acomodaron en sus posiciones esperando las indicaciones.

Lan XiChen soltó una pequeña risa al escuchar a Jiang Cheng gritar.

—Te esperaré aquí —dijo XiChen con una sonrisa en su rostro.

—Gracias —asintió, sentía que su corazón iba a salirse de su pecho, en verdad lo que estaba haciendo era demasiado atrevido—. XiChen, ¿puedes cuidar mi campanilla?

Lan XiChen abrió los ojos de sorpresa.

¿Su campanilla? —observó cuando el Jiang se la quito de sus túnicas—. ¿Una campanilla tiene significado? —estaría muerto, si su tío se enterara que ha olvidado algo tan importante, él mismo maestro Lan le jalaría las orejas enfrente de todos.

—¿XiChen? —mencionó WanYin.

—Claro —sonrió y la tomó en sus manos de forma tan delicada—, la cuidaré muy bien.

—Gracias —le dio una sonrisa demasiado grande, la cual hizo que el Lan se estremeciera.

Jiang Cheng volteó y pudo ver como sus discípulos habían visto lo que acababa de hacer y simplemente frunció el ceño y empezó a entrenarlos.

Lan XiChen observaba la campanilla con demasiada delicadeza, se sentía nervioso, no sabía el significado pero sentía que era algo muy importante.

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—M

❝XiChen, ¿puedes cuidar mi campanilla?❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora