La mafia alemana, liderada por el enigmático y temido Jaden, se extiende como una sombra meticulosa sobre la ciudad. Jaden, un hombre cuyo rostro esconde más de lo que revela, ha construido un imperio sobre la base de la disciplina férrea y una leal...
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Habían pasado una semana desde los acontecimientos de la fiesta y la inesperada compañía de Jaden. Esta persona había estado ocupando mi espacio la mayor parte del tiempo, ya que si no estaba entrenando, estaba leyendo o fumando. Ayer mismo lo pillé y le regañé, pero su comportamiento era muy cambiante y eso me confundía y aterraba, ya que sentía que podía llegar a enamorarme de él.
Hoy estaba decidida a decirle que dejara de invadir mi espacio y que buscara otro lugar para fumar sus cigarrillos, ya que odiaba el olor que me provocaba náuseas. Sin embargo, curiosamente, él siempre olía a cigarrillos y menta, lo que me resultaba llamativo.
No lo había visto hoy, ni a nadie, ya que a eso de las 3 a.m. me llegó el aviso de un cargamento y debía ir a recibirlo yo misma. Me vestí con un traje negro, una peluca rubia y unos lentes para mantener el anonimato. Al llegar al muelle donde se haría el intercambio, vi a unos hombres trajeados con pistolas en sus manos.
Había un joven de espaldas que me resultaba muy familiar, y al acercarme supe que era LIAM WORFOLD. Me acerqué de forma precavida, rezando para que no me reconociera, pero lo hizo.
-Hola Principessa, bonito día, ¿no? -dijo él.
-Hola de nuevo Lyon, al grano -respondí.
Recordaba su nombre, pero fingí no recordarlo, lo cual pareció confundirlo. Pasé por su lado indicándole que fuéramos a firmar los papeles, pero él insistió en invitarme a comer. Acepté, aunque en realidad me moría de sueño y hambre.
Se me ocurrió invitarlo a probar la comida de mi nana Ángela, pensando que lo rechazaría, pero aceptó con una gran sonrisa en el rostro. Ahora estábamos los dos en el coche en silencio, no incómodo, pero sí un poco extraño.
-¿Me dejas encender la radio? -preguntó él.
Yo asentí, y al encenderla, el coche se inundó de la melodía de una de las canciones que Jaden había puesto en mi lugar de paz: "MISS ME" de WILL LINLEY. Comencé a tararear la letra y Liam se unió. Estar con él transmitía una paz increíble.
Al darnos cuenta, comenzamos a reír a carcajadas. La música fue reemplazada por nuestras risas.
-Principessa, parece que cantar no es lo nuestro -dijo él.
-Jajaja, parece que no, al menos tenemos la belleza -respondí haciendo una pose de diva.
Mientras tanto, aparcábamos, habíamos llegado. Él se rio negando con la cabeza, y entre empujones entramos en la mansión, encontrándonos con mi padre y madre.
Se saludaron entre ellos y pasamos a comer. Yo busqué un sitio al lado de Liam, pero Jaden me robó el sitio, quedando yo a su lado. La cena transcurrió tranquila, aunque podía sentir una intensa mirada, y sabía de quién era. Parecía que no era la única mirada amenazante en la mesa.
A pesar de la intensa cena, quedamos en hacer una salida de tres la próxima semana con Dani cuando regrese.
Nos habíamos despedido de Liam hace algunas horas y yo había decidido ir a mi rincón. Me acerqué a la estantería para coger un libro, pasando mis dedos para ver cuál sería mi siguiente obsesión. Encontré "The Host", lo cogí y me dejé caer sobre el sillón, pero mi paz no duró mucho, ya que entró el molesto de Jared.
-No te cansas de joder mi paz.
- Nunca liebe.
-Te odio Jaden
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