algo diferente; introducción

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-Gemma, ¿estas segura? Por que si quieres no lo hacemos y se acabó.-
-¿Estas seguro que soy yo la que no quiere?-
La seguí por un par de callejones mas acortando el camino hasta que llegamos, nos dedicamos a mirar el escaparate un par de segundos.
-Podría hacerme un pircing en la nariz ya que estamos aquí.-
Negué con la cabeza y entré dejándola atrás.
Un viejo amigo nos había recomendado este local para tatuarnos, bueno no estaba mal.
Era una mujer joven la que estaba detrás del mostrador, tenia los brazos llenos de tatuajes, típico.
-Podéis pasar por allí.-
Siguió mirando sus papeles cuando la perdí de vista, la habitación era bastante grande. Nos sentamos en un sofá rojo con un catálogo diferente cada uno, todavía no había decidido lo que quería.
Fruncí el ceño por décima vez en un minuto, no había encontrado nada que pudiese llegar a significar algo para tatuarmelo.
Después de mirar dos catálogos pensé que sería mejor que esperase algo importante para tatuarmelo.
Mientras Gemma elegía y hablaba con el tatuador di un paseo por la habitación.
- Harry, ¿que tal si dejas de dar vueltas y marearme y me dices que te vas a tatuar?-
-No me gusta ninguno Gemma, necesito algo diferente.-
Seguí dando vueltas y obeservandolo todo, las paredes estaban pintadas de un color metalizado y repletas de estanterías con catálogos que tenían pinta de ser antiguos.
Decidí coger uno y mirarlo por encima, las primeras paginas estaban rotas y pintadas pero por el final los tatuajes se seguían viendo perfectamente.
Y uno de ellos llamo mi atención al primer instante, sin durdarlo le enseñé el catálogo al tatuadoe y me senté en la silla de madera.
-Estoy listo.-
Le sonreí sin ganas y cerré los ojos esperando.

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