Lugar seguro

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— Adelante.

El tono de voz de Kenma era bastante seductor, cualquiera podría estremecerse al escucharlo hablar de esta forma, Akaashi tenía la fortuna de ser el único que podía escuchar aquel atrevido tono de voz.

Dicho esto, no hicieron falta más palabras para que el de cabello negro comenzara a hacer su trabajo, con parte de su mano derecha tomó la mandíbula del contrario para atraerlo a sí mismo y besarlo, de una forma apasionada, con algunos toqueteos de por medio, sus lenguas jugaban entre sí, explorando el interior de sus bocas, sintiendo la calidez de aquel duradero beso, el cual obligó al más alto a cargar a Kenma, este último enredando sus piernas en la cintura de Akaashi, profundizando aún más el beso.

Keiji caminó desde la cocina hasta el dormitorio con Kenma en su cintura, sin detener ni un segundo el beso, hasta que lo recostó sobre su cama, comenzando a retirar las prendas de ambos.

Ke-Keiji... - jadeó, sintiendo los labios del nombrado recorriendo su cuello, dejando algunos chupetones durante el trayecto.

Las manos de Keiji recorrían con lentitud cada parte del cuerpo de Kozume, en un tacto bastante delicado, acariciando únicamente con la yema de sus dedos la piel desnuda del chico, trazando líneas indefinidas por el abdomen y pecho, jugueteando con sus pezones, dibujando círculos sobre ellos.

La respiración de Kenma se aceleraba mediante las caricias avanzaban, su piel se erizaba al sentir aquellos labios húmedos sobre su piel, recorriendo cada parte de su cuerpo con la lengua.

Los miembros de ambos individuos se encontraban sumamente erectos, esa vista erótica daba mucho que desear, el afán por finalmente unirse en uno solo se estaba apoderando de la situación, los corazones de ambos latían a ritmos acelerados, ambos se veían fijamente a los ojos, con las pupilas dilatadas y cierto brillo en ellos.

Además de los jadeos incontables en la habitación y las respiraciones aceleradas, el golpe de las gotas de lluvia en el exterior aporreaba fuera de las ventanas cubiertas por la cortina que bloqueaba el paso de la vista del exterior.

Con dos de sus dedos, Akaashi comenzó a estimular al contrario, acariciando en círculos pequeños la entrada ya bastante húmeda de Kenma, jadeos con fuerza salían de sus labios.

Finalmente, metió ambos dedos a la cavidad del contrario, haciéndolo sacar un leve gemido, el cual se intensificaba a medida que sus dedos se movían dentro de él, haciendo círculos, moviéndolos de un lado a otro, o simplemente metiéndolos y sacándolos de dicha zona.

Akaashi observaba sin apartar la vista ni un segundo de los gestos de Kenma, las expresiones que causaban el movimiento de los dedos de Keiji le producían placer, el cuál era reflejado en su rostro, que pedía a gritos por más, sin siquiera tener que decir una sola palabra, sólo jadeos y expresiones.

— Pídeme por más, sé que así lo deseas, ¿No es así? - susurró acercándose al oído de Kenma, sacando ambos dedos, llevando su mano al miembro, comenzando a acariciar la punta de este.

Kenma gimió, cerró sus ojos dejándose llevar por la sensación que causaba aquella mano sobre su glande, hablar con claridad costaría un poco, pero debía hacerlo, debía expresar lo que su cuerpo pedía a gritos, quería más.

Da-Dame más, Akaashi-san. - pronunció con dificultad, su pecho subía y bajaba, su corazón no paraba de latir, su zona íntima palpitaba.

Dicho esto, Akaashi sonrió, para la vista de Kenma, esto era realmente atractivo.

Con una de sus manos comenzó a masturbar el miembro de Kenma, subiendo y bajando con rapidez, parando de vez en cuando en el glande dando una mejor atención y ofreciendo caricias placenteras en aquella zona.

El líquido preseminal hizo aparición en ambos.

Ésta vez quisieron experimentar una posición diferente a la anterior, una un poco más explícita.

Kenma se posicionó sobre la cama dándole la espalda a Akaashi, arqueando su espalda, elevando su trasero un poco, a la altura perfecta para la sodomía.

Con el miembro comenzó a rozar la cavidad del contrario, haciéndolo jadear. Después de estimularlo un buen rato, lo metió de un momento a otro con rapidez, comenzando así la penetración.

El golpe de sus pieles, los gemidos por parte de ambos, y el sonido de la lluvia era lo único que podía escucharse en la habitación, a pesar de ser de día ya, el cielo se encontraba bastante nublado, por lo cual la habitación lucía oscura en su totalidad, ningún foco estaba prendido, y aún así se eran visibles aquellos notables sonrojos.

Ambos siguieron sin parar ni un segundo, las estocadas de Akaashi se volvían más rudas mediante iban avanzando, las gotas de sudor caían de los rostros de ambos, era casi imposible mantener los ojos totalmente abiertos por el estado de extasía que les generaba la situación, sus corazones latían a la par de las estocadas, los gemidos y los jadeos.

El punto clímax llegó, en donde ambos finalmente se vinieron, dejando ver aquel espeso líquido seminal, producto de la reciente erótica situación en la que se vieron envueltos.

Ambos decidieron tomar una ducha juntos antes de cambiar las sábanas, para después caer sobre la cama, bastante agotados.

— ¿Compensé mi error con esto? - dijo después de haber recuperado el aire.

Kenma se dió la vuelta, dándole la espalda.

— Lo hiciste. - susurró.

Akaashi rió, abrazó la pequeña cintura de Kenma y lo acercó más a él, abrazándolo completamente, Kenma podía sentir desde su espalda el latido del corazón acelerado de Keiji.

— Ayer, me dolió no tenerte a mi lado. - admitió Kenma, hundiendo su rostro en una de las almohadas.

— Lo lamento.

— Ayer, todos hablaban de mí y me señalaban, sé que es raro verme envuelto en un escándalo, pero gracias a aquella pelea, el día de ayer me sentía en la mira de todos.

Keiji abrazó con más fuerza al chico, acarició su cabello con delicadeza, dándole algunas palmaditas.

— Eras mi único lugar seguro, pero no estabas allí, cuando más te necesitaba.

Akaashi permaneció en silencio unos segundos, hasta que decidió hablar.

— ¿Acaso tú lo estuviste?

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