DEAD FLOWER

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Al día siguiente, Jongseong esperó a Jungwon en la entrada del instituto, como solía hacer siempre.

Todos los alumnos entraron, todos llegaron, Sunghoon se quedó sin momento con él en su espera, pero en cuanto el timbre sonó se fue, dejándolo sólo.

Pensó que quizás Jungwon estaría llegando tarde, así que siguió esperando.

Metros más allá, algo escondido tras la esquina, Jungwon rogaba que el pelinegro se fuera.

Ese día pensaba ser su último, pero no tenía la valentía suficiente para pasarlo junto a Jongseong, tal como le pedía su corazón.

La idea de pasar un bonito último día junto a aquel lindo chico lo hacía sonreír, pensando en un montón de escenarios posibles. Como pasear de la mano, reír, comer helado, o palomitas de maíz, o algodón de azúcar, o cualquier cosa que se les antoje de entre todos los carritos de comida del parque, pero todo con tal de pasar el rato juntos, e inclusive visualizó ir hasta el parque para perros y hacer unos cuantos amigos caninos.

Cosas que nunca pasarían.

Sólo estaba ahí para dejarle lo último que quería decirle a Jongseong.

Aunque ni siquiera tenía valentía para eso.

Jongseong esperó toda la primera hora de clases, pero el peliazul nunca apareció.

Suspiró, rendido, se dignó a entrar a su segunda clase, pero no había llegado a cruzar la puerta cuando una mano en su hombro lo detuvo, girando su cuerpo sin esfuerzo.

— ¿Jake?

El otro asintió, le extendió un sobre, Jongseong notó que tenía su nombre, lo tomó sin saber muy bien qué era.

— Me lo dieron de parte de tu novio— masculló Jaeyun.

— ¿L-Lo viste?

Jaeyun negó.

— Un segundo, me dejó esto y se fue— respondió simplemente, lo miró y una última vez y asintió en forma de despedida, volteandose para ir hacia su clase.

El pelinegro estaba algo enojado, había esperado a Jungwon una hora y se había dignado a aparecer cuando se había ido.

Jongseong abrió el sobre para encontrar una carta, que al final estaba firmada bajo el nombre de Jungwon, viendo que era bastante larga, y privada, fue hacia los baños, sentándose sobre uno de los retretes para leerla.

«Querido Jay» iniciaba, no pudo evitar sentirse lindo cuando lo vió, sonrió inconscientemente.

«Seré directo, voy a acabar con mí vida» era el segundo párrafo, el pelinegro negó un poco.

«Ya no soporto el mundo, no soporto mi vida, no soporto nada de lo que ha pasado. No fue sólo lo de Youngsoo, eso fue sólo la última gota, pero el vaso ya venía bastante lleno.

Mi vida es una mierda, Jay, ya no quiero soportar más cosas, quiero que se termine, no sabes todas las veces que he pedido morirme, pero parece que el mundo quiere verme seguir, quiere seguir tirándome piedras.

Caí muy hondo, ya no puedo caer más bajo, estoy en lo más profundo de la vida.

Park Jongseong, eres la única cosa en la tierra por la que me quedaría, eres lo único por lo que aguante tantos días luego de aquella fiesta, eres la mejor cosa que me pasó en mucho tiempo. Pero una cosa no quita otras miles más, lo siento.

𝙍𝙊𝘾𝙆 𝘽𝙊𝙏𝙏𝙊𝙈 » 𝙅𝘼𝙔𝙒𝙊𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora