Alemania, 1940
Las familias judías escapaban como ratas de las manos nazis, era el auge del holocausto y no había perdón para el más mínimo error. Porque claro, para ellos era una tarea muy sencilla, ordenada por su superior, judío que veían, judío que arrestaban, o en el peor de los casos, judío que asesinaban sin piedad en plena luz del día a vista de todos.
Muchas personas se mantenían escondidas de los soldados, sobreviviendo con lo poco que tenían, y si no llegaban a matarlos, estos morían de hambre o hipotermia ya que, a esas alturas del año, el invierno golpeaba salvajemente la cuidad de Berlín. Una familia en particular, pudo hallar la forma de mantenerse a salvo, ya que su casa había sido bombardeada por el ejército y pensaron que estaban muertos, pero para fortuna, o desgracia, los cadáveres que encontraron pertenecían a los inquilinos del inmueble
–Mamá, creo que cortaron la luz de nuevo –habló asustada la menor de aquella familia
–No te asustes cariño, seguramente es solo por un rato –se acercó a ella y la envolvió en un abrazo mientras acariciaba sus hermosos cabellos rubios
Evidentemente no se encontraban en las mejores condiciones, solo dos pequeños cuartos habían sobrevivido al bombardeo, lograron arreglar un poco y juntar tres camas para que toda la familia pueda dormir, improvisaron una cocina con unas rejillas y una garrafa vieja, para suerte de ellos, aquella habitación contaba con un baño, viejo y apestoso, pero era lo único que tenían, no estaban en condiciones de quejarse o pedir algo más decente
–Tengo hambre, y ya se acabaron las manzanas –el hijo mayor se acercó a ambas y suspiró, aún podía verlas, la luz del día lo ayudaba a hacerlo
–Louis, hay una más debajo la cama, tómala –respondió su madre con una sonrisa en el rostro
–Está bien mami, gracias –dejó un beso en su mejilla y fue por su merienda
Eran una familia pequeña; madre, padre y sus dos hijos, el mayor de veintidós años y la pequeña de catorce
El castaño fue hasta la habitación y sacó la fruta de donde le había dicho su madre, se sentó sobre la cama y suspiró, toda esta situación lo agobiaba, tener que vivir escapando, vivir con miedo, estaba cansado de eso, quería ser libre junto con su familia, quería que las cosas fueran como antes, pero ya nada iba a ser igual. La mayoría de sus amigos fueron asesinados por el ejército, y una minoría logró escapar antes que puedan atraparlos. Extrañaba su vida antes de todo eso, podía salir a jugar partidos de fútbol con sus amigos, iba a la universidad y salía a fiestas, como un joven normal, pero ahora, tenía que permanecer en un agujero para mantenerse a salvo, comía solo dos veces al día, y en varias ocasiones el agua desaparecía en el momento menos oportuno.
–¿Crees que algún día podamos salir de nuevo a las calles, como solíamos hacerlo? –preguntó Lottie mientras miraba a su madre
–No voy a mentirte, no lo sé, solo pue... -no terminó de hablar ya que un hombre entró a por la puerta sobresaltando a ambas, traía puesto un uniforme militar, y unas bolsas en mano, Jay se tranquilizó al ver de quien se trataba –Troy cariño, ¿cómo te fue? –preguntó mientras se acercaba a él
–Gracias a Dios, todo bien Jay querida –depositó un dulce beso en sus labios y dejó las bolsas en el suelo
El día que destruyeron su linda morada, uno de los agresores fue herido, pero lo dejaron ahí, Troy no lo pensó dos veces y decidió terminar con él. Antes de tirar el cuerpo a la calle, se adueñó del uniforme, pensó que con este puesto podría salir a la calle a comprar lo necesario para mantener a su familia y sobrevivir hasta donde puedan
–¿Dónde está Louis? –preguntó el hombre mientras se quitaba el uniforme
–En la otra habitación, fue por una manzana –respondió la mujer
Troy fue con él, y ahí estaba, sentado en la esquina de la cama con la cabeza gacha y una manzana en mano
–¿Te sientes bien? –se sentó a su lado y rodeó sus hombros con su brazo derecho
–Claro, no te preocupes –suspiró y fingió una linda sonrisa
–Sé que es una situación difícil, pero necesito que resistas un poco más, prometo que los voy a sacar de aquí, ¿sí? –lo abrazó y pudo sentir como fue correspondido
–No te preocupes papá, las cosas llevan tiempo y quizás esto se solucione a medida que pase, ¿no lo crees?
–Voy a ser sincero contigo Louis, esta situación no tiene solución temprana ni futura, es morir o vivir, y nosotros estamos en medio de eso, arrastrándonos a lo primero –se separó del abrazo –sentí que me siguieron hasta aquí, no vi a nadie, pero escuchaba pasos detrás mío
–Pero...papá, eso es muy peligroso, te pudo haber pasado algo malo –lo miró con preocupación
–¡Lo sé!, maldita sea, claro que lo sé, ahora por mi culpa, tu vida, la de tu madre y hermana están en peligro –se levantó y agarro su cabeza con ambas manos
–Tenemos que decirle, podr...
–Tu madre no tiene porqué enterarse de esto, ¿oíste? –lo agarró bruscamente del cuello de su camisa
–Pero...
–¡Nada de "pero", Louis! –se exaltó pero luego reaccionó y abrazó al menor, apoyándose en su hombro mientras rompía en llanto –perdóname, por favor, yo solo quiero cuidarlos, son mi mayor prioridad, y....y ahora por mi culpa los van a lastimar
Él no respondió, solo sostuvo a su padre quien se lamentaba por aquel gran error.
...
–Todos los rehenes han sido llevados a las duchas, señor –habló el militar encargado de acomodar a los judíos antes de convertirlos en cenizas, llevados ahí con engaños
–Maravilloso, ahora cierren las puertas –respondió el superior dándose vuelta y saliendo de aquel tétrico lugar
Los gritos que se escuchaban fuera del establecimiento eran verdaderamente escalofriantes, gente siendo quemada con ácido nítrico eran la razón. Jóvenes, ancianos, niños y mujeres estaban siendo torturados hasta la muerte de la forma más cruel posible, estaban siendo exterminados como parásitos, como si de una plaga se tratase. Porque para Hitler eso eran, los judíos eran una plaga la cual debía exterminar antes de que siga propagándose por su amada Alemania
–¿Cuándo vas a traer a tu hijo para que vea como tiene que trabajar? –preguntó otro militar a su superior quien se encontraba entrando a su oficina
–Probablemente mañana, aún no sé a qué campo llevarlo –tomó asiento y encendió un cigarrillo que tenía sobre el escritorio –además, es muy blando, ¿sabes?, lo llevé a cazar este fin de semana y sintió pena por el zorro que íbamos a llevar a casa, no quería matarlo, tuve que hacerlo yo
–Tienes que darle tiempo, Des, aún es un ni...
–¿Un niño?, por favor Jacob, tiene 20 años, ya es un hombre –exhaló todo el humo que mantenía en los pulmones y lo miró –Harry tiene que aprender cómo es que funciona la vida real, tiene que saber que no todo es color rosa
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1941 (Larry Stylinson)
FanfictionEllos hicieron el "juntos por la eternidad" realidad.