Era la última noche del año, treinta y uno de diciembre de mil novecientos cuarenta, las once con cuarenta se marcaba en el reloj mientras que una linda familia se encontraba cenando un gran cerdo relleno
–Bueno, tengo que irme, el teniente nos está esperando en el salón para la cena de año nuevo –el hombre se levantó de la mesa dejando un beso en la cabeza de su mujer
–¿Vas a regresar antes de las doce? –preguntó su hija
–No lo sé, Gemma, pero haré lo posible para regresar temprano, los quiero –dejó un beso en el aire y salió de la casa
La familia del militar Desmond era sencilla, su adorada esposa, y sus dos preciosos hijos, la mayor tiene veinticuatro y el menor tan solo veinte años, ahora se encontraban los tres en la mesa disfrutando su cena, injustamente, claro.
Mientras ellos comían los deliciosos manjares que la servidumbre había preparado, la gente que no compartía su ideología, se encontraba rezando y pidiendo por su vida a un ser omnipotente e invisible, aunque claramente esas súplicas no serían escuchadas ya que su destino estaba perfectamente escrito y detallado
–¿Por qué no has comido? –preguntó Anne al menor
–Comí una bolsa de frituras en la tarde, estoy satisfecho –respondió mientras jugaba con la comida en el plato
–Oh, está bien –extendió su brazo y acarició el de su hijo –tienes que prepararte para mañana, amor, tu padre dijo que iba a llevarte al campo para que veas como trabajan, y tal vez tú puedas conseguir un cargo, ¿qué dices?
–Me parece perfecto –sonrió –me gustaría ver como esas cucarachas reciben su castigo por haber nacido –habló con emoción
–No te emociones, Harry, creo que tu padre te lleve donde...ya sabes, donde se deshacen de ellos, el otro día te llevó a cazar y tú no quisiste deshacerte de un simple zorro, ¿crees que podrás ver cómo exterminan personas? –volvió la mano a su lugar –pienso que te darán un cargo más... –se quedó pensando en las palabras correctas –algo que tenga que ver con las estadísticas, ¿sabes? –lo miró
–De ninguna manera, no quise deshacerme de aquel pobre animal inocente por pena, vamos, quiero ir allá a divertirme, no a ser la maldita secretaria de alguien, madre
–Harry, habla bien, compórtate –la hemana mayor intervino
–Tú no te metas, Gemma –se quedó con la vista clavada en ella hasta que el gran reloj de la sala sonó indicando las doce de la noche
–¡Las doce! –la madre se levantó y se acercó a sus hijos para abrazarlos –mis niños lindos, feliz año nuevo, los amo con todo mi ser
–Gracias mamá, yo también te amo –respondió Gemma
–Igual yo –habló el menor sin acercase a su hermana –al parecer vamos a empezar el año de la mejor manera, ¿no? –sonrió con satisfacción
...
Unas velas se encontraban iluminando aquella lúgubre habitación, la familia se encontraba sentada en la cama esperando la venida del nuevo año, su cena había sido un pan con queso y un vaso de jugo de naranja, no era lo mejor pero sí lo único que tenían.
Louis se encontraba sosteniendo una de las velas, era el segundo año que pasaban así, extrañaba las cenas en familia, el delicioso pavo que preparaba su madre, los juegos con sus primos y tíos, pero ahora, la mayoría de ellos estaban muertos o encerrados en los campos de concentración esperando su pronto deceso
–Ya ha pasado un buen rato, creo que podemos abrazarnos –habló Troy mientras apagaba una de las velas
La familia se acercó al hombre y se abrazaron entre todos
–Lamento no poder sacarlos de aquí, prometo que este año voy a hacer lo posible por... –la puerta de entrada fue azotada y la familia se separó
–¿Q-qué...qué fue eso? –susurró Louis asustado
–¡Corran al baño! –alcanzó a decir el mayor y sin pensarlo dos veces la familia se dirigió con prisa al lugar
Este apagó la vela y la tiró al otro lado de la cama, lastimosamente no alcanzó a correr ya que los militares lo habían agarrado
–Pero miren lo que tenemos aquí –el uniformado le proporcionó una cachetada –dime maldita rata, ¿quién más vive contigo?, ¿dónde están tus ratitas?
–Y-yo vivo solo, señor, a-ayer vinieron y....y l-los llevaron a los campos, s-solo quedé yo p-porque me escondí debajo l-los escombros –respondió mientras lo esposaban
–No te creo, pero no te preocupes maldito infeliz, mañana vamos a regresar por ellos, ¿escuchaste? –antes de salir prendió la vela con un encendedor que sacó de su bolsillo y la tiró al suelo –o bueno, por sus cadáveres –una estruendosa risa se escuchó por parte de los tres
Troy forcejeó para soltarse, pero uno de los hombres le dio una patada en el estómago que lo dejó inconsciente. El fuego empezó a consumir todo lo que estaba a su paso, las camas, la ropa, los accesorios de Jay, los dibujos de Lottie y las cartas que escribía Louis, estaban perdiendo lo único que tenían y no iban a recuperarlo de ninguna forma.
Finalmente, cargaron a Troy y se lo llevaron, sin saberlo, fue la última noche que vería a su familia.
Louis salió del baño sacando a su madre y hermana, no había otra alternativa, tenían que salir a la calle si no querían morir calcinados. Y así fue, salieron de aquella casa la cual se consumía con todas sus cosas dentro.
Jay rompió en llanto y cayó de rodillas al suelo, Lottie se acercó a ella y la abrazó tratando de tranquilizarla, Louis no reaccionó, tenía un odio anormal atorado en la garganta, quería salir corriendo para buscar a su padre y matar a los desgraciados que se lo habían llevado.
–Mi pequeño, ¿te encuentras bien?, ¿te hiciste daño? –la madre del ojiazul se acercó a él para abrazarlo y asegurarse que no se haya lastimado
–Estoy bien mamá, no te preocupes –acaricio su cabeza, al ver a ambas no pudo soportarlo y comenzó a llorar –¿tú estás bien?, ¿L-Lottie...se encuentran bien?
–Yo estoy bien también, Lou, tranquilo –respondió la menor, los tres se abrazaron mientras lloraban.
No había vuelta atrás...
Inevitablemente fueron atrapados por lo que tanto tiempo estuvieron huyendo.
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1941 (Larry Stylinson)
FanfictionEllos hicieron el "juntos por la eternidad" realidad.