Capítulo 2: "El comienzo"

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DOS DÍAS ANTES...

Estoy exhausto. Soy periodista, y estos días estuve trabajando muchas horas por la noticia de varias partes del país. En todas pasan lo mismo y tratan de lo mismo: personas desaparecidas son encontradas muertas o a veces solo partes de estas.
¡Tremendo! Es horrible, pero como me dedico a esto y de verdad me gusta mi profesión, tengo que aguantar el ver cuerpos de esa manera e incluso de decirlo frente a una cámara sin ningún tipo de miedo o escalofríos. Parezco una persona fría, aunque no lo sea. Y aunque no quiera, tengo que hacerlo.

Salí de trabajar hace unos minutos y voy camino a mi casa, lo más rápido que puedo porque hace frío, es de noche y lo principal, ¡quiero dormir!
Cuando llego a mi casa, veo todo desparramado y recuerdo que estos días con todo el trabajo no tuve el tiempo de limpiar porque incluso de madrugada estaba investigando. No debo ser el único, de seguro muchos periodistas están en la misma situación...creo.
La cuestión es de verdad estoy cansado, así que orden rápidamente la ropa, los papeles sobre la mesa, lavo mi taza de café de esta mañana, me baño y me acuesto. De verdad necesito descansar...

DOS HORAS MÁS TARDE...

Me despierto. La puerta de mi habitación está abierta así que puedo ver hacia afuera, lo cual me hace darme cuenta de que la ventana del living del apartamento, también está abierta.
Me levanto y me dirijo hacia allí, cuando de repente alguien me toma del cuello desde atrás con su antebrazo y siento un peso frío en mi cabeza, y de reojo veo que es una pistola 9mm.

-Vamos a ver, vamos a ver. Si te quedas quieto no voy a hacerte daño, pero necesito que me escuches muy bien y prestes atención -me dijo una voz aguda pero segura. -sabemos muy bien quién eres y a qué te dedicas. Y te vamos a pedir por las buenas que no te entrometas en el asunto de los asesinatos...

-Pe-pero, esperen, no sé quiénes son ustedes y tampoco lo que quieren. Lo-lo que me piden es...imposible. No, no puedo hacer nada, es, es, es mi trabajo y...

-Te repito por última vez porque no tengo mucha paciencia. Haz lo que se cante, lo que sea, inventa algo o ni idea. Pero si quieres vivir, no te entrometas más. El la primera y última advertencia que te hago y espero que te quede muy claro porque sino, en serio, las consecuencias van a ser sumamente graves.
¿Entendido?

-Sí...sí. Veré qué puedo ha-hacer.

-Estás advertido entonces. -fue caminando despacio y llevándome hasta que quedé de espaldas hacia la ventana. Ahí me soltó pero por lo que escuché no dejó de apuntarme....

-Ahora vas a quedarte quieto y no te vas a dar vuelta, porque si lo haces, va a ser lo último que hagas en tu vida.

No respondí, simplemente lo hice y escuché como la ventana detrás de mí se cerraba y cómo se escuchaban los pasos apurados de alguien bajando las escaleras que conectan todos los apartamentos por la parte de afuera.
Rápidamente giro sobre mí y corro hacia ahí, pero no puedo ver nada. Lo único que veo es una mancha negra, y luego...nada.
Camino rápido hacia mi computadora, ahí debe de haber quedado todo lo sucedido grabado por la cámara de seguridad de la cocina. Cuando abro la pantalla, el anuncio de FUERA DE SERVICIO se marca en mayúscula en toda la pantalla. No puedo creer, ese estúpido no solo me amenazó, sino que también hackeó mi computadora y luego se fue como si nada.

Esto no va a quedar así. Voy a seguir investigando lo que sea necesario para poder llegar al final de todo eso y ahora lo haré con más ganas que antes, solo para demostrarle a ese hijo de puta y a esa banda (sí, porque hablaba cómo si hubieran más) que no hay que tenerles miedo.
Incluso me atrevo a pensar que tienen algo que ver con todo esto de los asesinatos, ya sea directamente o no.
Algo voy a hacer, de eso estoy seguro.

Cuerpos de SedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora