03 - Golden Girl

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La muchacha pelinegra se miraba en su reflejo, con un suspiro, cambió su rostro cansado a una expresión encantadora.

Se suponía que le presentarían a Im Nayeon, la omega del momento, ya que, contra todo pronóstico, luego de décadas sin que algo así ocurriera, la chica era una cambiaformas, cosa que llamó la atención de todo el mundo.

La familia de la omega buscaban al mejor alfa para su hija, del linaje más puro posible, con la esperanza que, al tener hijos, estos nazcan con los mejores genes, incluido el propio don de transformarse en un adorable lobito a voluntad, tal como esa tal Im Nayeon podía hacer.

Y ella era uno de las candidatas principales, familia de magnates, heredera de una fortuna, hija única y perfecta, apodada la Golden Girl por todas sus cualidades.

Pero a Chou Tzuyu le importaba tres pepinos qué tan fabulosa pintaran a esa omega.

Porque esa desconocida no era quien ella quería para su compromiso.

Aún, con esfuerzo, se arregló con ropa elegante, se acomodó el pelo hasta quedar perfecto, y se colocó una sonrisa rompecorazones en el rostro.

Luego de una última mirada en el espejo, se volteó para salir de su amplio dormitorio.

Su sonrisa no duró mucho al ver a la chica rubia, parada en el umbral de la puerta, la beta la miraba con súplica.

Había discutido con Minatosaki Sana en cuanto se enteró que le presentarían a una omega, exigiendo que se revelara contra sus padres, ya que ella no quería ese arreglo.

Ya lo habían discutido muchas veces. Ya que ambas debían tener que mantener su relación en secreto.

La familia Chou no dejaría que su linaje se perdiera si la última descendiente elegía a una beta; su familia no funcionaba así, ellos eran alfas y omegas, no había lugar para algo como Sana.

Para el mundo, ellas eran amigas; pero a solas ellas eran su propio mundo.

Y por esa razón el corazón de Tzuyu se destrozaba cada vez un poco más.

No habían hablado desde hacía unos días, cuando la señora Chou había aparecido en la casa de su hija para darle la noticia de su compromiso.

Pero cada vez que se cruzaban, Sana tenía ese misma expresión de "Por favor, no lo hagas" en el rostro.

Tzuyu suspiró, se acercó a Sana con paso tranquilo, hasta quedar a unos centímetros del rostro de la rubia.

—Por favor, no sigamos así— pidió la pelinegra, mirando a los ojos de la rubia, aunque ella tenía la vista en el suelo.

Sana no contestó, y Tzuyu se desesperó un poco, tomando el rostro de la beta.

—Sana, mírame— exigió, pero no tuvo respuesta. Apretando los dientes con fuerza, sintió sus caninos siendo apretados y su voz salió de lo más profundo de su pecho—. Sana, mírame.

La rubia reaccionó automáticamente con la voz de alfa de Tzuyu, la pelinegra sintió cómo un balde de agua fría caía sobre ella al ver los ojos de la beta a punto de estallar en lágrimas.

Apoyando su frente en la de Sana, suspiró para calmarse.

La rubia sintió un cosquilleo cuando el aliento de Tzuyu chocó contra sus labios.

—Lo siento, lo siento— se disculpó la pelinegra—, no te gusta que use mí voz de alfa, lo sé... Es que... Estoy demasiado estresada, Sana.

La rubia asintió.

✥𝓓𝓔𝓛𝓣𝓐✥ ⸻ 2yeon [𝓸𝓶𝓮𝓰𝓪𝓿𝓮𝓻𝓼𝓮]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora