cortejando a Harry Potter: Draco Malfoy

0 0 0
                                    

I.- El problema .

La culpa es de Harry Potter, eso Draco lo tiene claro. Al fin y al cabo, todas las cosas malas que le han pasado en sus dieciséis años de vida han sido culpa suya. Y fue el estúpido mestizo cara-rajada Potty-Potter quien no tuvo otra ocurrencia que acusar a su padre de mortífago y mandarlo a Azkaban.

Pero esta vez, la culpa también es un poco de Severus Snape, el profesor de Pociones-Defensa contra las Artes Oscuras, se corrige inmediatamente-, porque es él quien fue a visitarlo aquel verano a Malfoy manor y le hizo ver lo absolutamente loco que estaba su padre y el lamentable destino que le esperaba a él si se unía a Voldemort.

Y además Voldemort, sinceramente, asusta un poco a Draco con esa cara sin nariz, esas uñas asquerosas y esa ropa vaporosa tan afeminada. Draco es gay, pero joder, es que hay que ser una reinona retirada para llevar a cabo esas batas. Así que ha hecho del consejo de Snape y no sólo ha declarado públicamente su absoluta neutralidad, sino que ha obligado a sus amigos a hacer lo mismo. No ha sido fácil, pero lo peor ha pasado.

De hecho, eso ha sido escandalosamente fácil en comparación con el problema que tiene ahora. Porque Draco se ha dado cuenta de que el estúpido mestizo cara-rajada Potty-Potter está bueno.

Muy bueno.

De pequeño era canijo, pero ahora mide casi tanto como él, que pasa del metro ochenta. Es corpulento, pero no demasiado. Ese pelo de loco que con una vez años hacía pensar que se había sentado en un puerco-espín gigante en la cabeza le da ahora un aspecto salvaje, masculino. Puede que aún no se afeite a diario, pero sus ojos ya son de hombre.

Y a eso no hay derecho.

Uno no puede odiar como Merlín manda a su enemigo si en realidad ya no es su enemigo y encima está bueno. O si es el protagonista de todos sus sueños calientes. Tendría que haber una regla contra ese tipo de cosas. Pero después de varias semanas de negación, promesas de-relativa-enmienda si ese ataque de mal gusto desaparece, y quejas por su mala suerte, Draco se levanta pegajoso una mañana más y decide que ya no puede aguantarlo.

Quiere tener un Harry Potter.

Y los Malfoy siempre consiguen lo que quieren.

Menos cuando acaban en Azkaban o linchados por una multitud furiosa.

2 .- Yo, mi, me, conmigo.

Los Malfoy son guapos. Los Malfoy son ricos. Los Malfoy no han tenido un antepasado muggle desde el siglo XIV. Los Malfoy son tan maravillosos que a Draco a veces le sorprende un poco que no haya más gente abalanzándose sobre él por los pasillos.

Draco está apoyado en la pared, sabiendo que la túnica que lleva, hecha a su medida, de la mejor calidad, le sienta de morirse y que sus zapatillas deportivas son las más caras que se pueden encontrar en las tiendas y que su pelo tiene el brillo del oro blanco. Al fin y al cabo, medio Slytherin está babeando por él desde primera hora de la mañana.

La túnica de Potter, que se acerca por el pasillo, no podría ser más corriente y sus botas se ven polvorientas. Pero lo que peor le sienta, en opinión de Draco-y a su modo de ver, eso lo convierte en verdad absoluta-, son los inevitables complementos que siempre lleva encima: la comadreja y la sangresucia.

-Pues sí-le dice en voz bien alta a Pansy cuando Potter pasa cerca de ellos-. En cuanto cumpla los diecisiete años todo el dinero de mi familia pasará a pertenecerme y seré el mago más rico de Europa.

Harry pasa de largo sin dedicarle una mirada y Draco parpadea, confuso.

Tendrá que seguir intentándolo.

Mini Fics de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora