Soy un Delator

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Un día hace mucho tiempo, por allá por los dos mil y algo, en el siglo 22, nació una persona especial (no retrasada mental), sino con una capacidad, habilidad excepcional: saber los poderes que tenían la gente con solo mirarlos y de qué manera se podían activar haciendo unas cosas específicas.

Un ejemplo fácil y reconocido. La telequinesis era un poder bastante común, pero al parecer nadie sabía de esto, porque aún esconde muchos secretos por detrás toda esta gama de poderes psíquicos, y su activación solo es sabida por un «Delator de Poderes».

— Combina la palabra "palma" la revés, con saltar hacia atrás sin respirar, pensando en la frase "agua de piedra", mientras asustas a un gato blanco que cae de espaldas sobre un cigarro encendido, y se activará tu telequinesis.

Así está en los registros lo que dijo el primer Delator a un tipo, que obviamente dudó de todas aquellas sandeces. Pero pensó, según la historia y sus testimonios, que, aunque hiciera el ridículo, por unos instantes, ¿y si era verdad? Hizo todo aquello que se le dijo que hiciera (luego de varios días de reconsideración), y al instante lo supo, ya podía mover objetos con la mente.

Luego surgió la "Era Científica de los Delatores", donde eran estudiadas las coincidencias entre todos estos "artificios" para activar los poderes, y cientos de estos dotados que podían ver las habilidades ocultas aparecieron por todo el mundo. Años pasaron y nada, parecía cuestión de azar, tanto como los que nacían con el poder de ver en los demás, como los métodos de activación de cada persona. Los delatores empezaron a ser asediados para "trabajar forzadamente" teniendo que completar una cuota estricta de personas a las que les tenían que decir como activar sus poderes. Les pagaban bien, pero era sí o sí, no era como que podían evadir su "prestación de servicios a la humanidad", como decían muchos "emprendedores". Vivían como reyes, pero esclavos, sin libertad, siempre con el sentimiento extraño de cómo eran percibidos por los demás, ya no como humanos. Exigían sus derechos sí, pero estos fueron cambiados al saber la existencia real de los poderes psíquicos cambiándolos por un consenso internacional a: "Es totalmente admisible para cada ser humano el uso de sus poderes, tanto para el bien, como para el mal". Surgieron grupos que apoyaban y otros que desacreditaban a los delatores como simples "activadores".

— En serio, por qué se le considera una "habilidad a eso"— Son humanos involucionados — Jajaja, menos mal que no nací Delator —

Por todos lados, todo el tiempo no se le dio reconocimiento a su don especial, porque según la visión de la sociedad, este tipo de personas habían quedado en la base de la pirámide del poder, eran simplemente... nada. Hasta un día...

Un día, simplemente, se esfumaron, no se sabe exactamente lo que pasó, porque es un secreto militar, pero casi todo el mundo especula que fue "La Organización" quien los liberó. Considerados por muchos como héroes y otros como terroristas.

Así que hoy se cumplen 100 años desde "La Gran Desaparición de los Delatores". Y no es por nada, pero hoy es mi cumpleaños 15, me miré al espejo y me dije:

— Soy un delator.

Así porque así. Había soñado con la telequinesis, que era mi poder favorito, pero me tocó uno que no quise. Y si hablo cualquier cosa de ello, ¡MIRA!, que me chupan el jugo y luego la cáscara. En el mundo solo quedan 162 ancianos con poderes, todos muy viejos e incapaces de transmitir sus conocimientos sobre su poder psíquico a otra generación, porque simplemente se descontinuó la activación de los poderes en la suya. Imagina entonces que pasaría si me descubren.

Hoy jugaba con mis amigos de la escuela y una muchacha que vi a lo lejos, recogió un perrito malherido.

— Si supiera — pienso para mis adentros —, que solo diciendo la frase "(...)", se activa su poder, el de la «Curación».

Los Últimos 162 Poderes SuperespecíficosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora