-9-

330 18 0
                                    

Maratón 2/5

Marinette Dupain-Cheng

Cómo se muy bien que Nino detesta ir de compras se me ocurrió obligarlo a venir conmigo al centro comercial. Lo convencí después de muchos intentos, prometiendole que después le compraría un helado de su sabor preferido. A lo que él acepto sin dudarlo.

Ahora después de una hora nos encontrábamos en el centro comercial, no tenía ni remota idea sobre que comprar, por que ropa tengo de sobra.

Hasta que un hermosísimo vestido azul, apareció en mi campo de visión, era realmente precioso. Así que con entusiasmo jale conmigo a Nino hasta la tienda donde estaba el vestido, así que me animé a preguntar por el precio.

— Buenas tardes. —salude.

— Buenas tardes señorita ¿Deseaba algo?

— Tenía curiosidad sobre ¿cuál es el precio del vestido azul? —señale al vestido con entusiasmo.

— Ah, ese vestido cuesta 38 dólares.

Mis ilusiones se vinieron abajo cuando escuché el precio, joder era tan presioso para ser verdad. Asentí lentamente.

— Mmmh gracias, veremos mi amigo y yo si encontramos algo más —murmure con desgano.

La señorita asintió.

Tome de la mano a Nino para guiarlo por toda la tienda viendo alguna que otra cosa, para olvidar ese vestido que tanto me había encantado.

— ¿Querías realmente ese vestido Mari? —pregunto mi amigo.

Reí forzadamente.

— Nah... Simplemente me pareció presioso el vestido y tenía curiosidad sobre el precio —me excusé, sabía que no me iba a creer, pero me sorprendí mucho cuando no dijo nada en contra de mi excusa, al parecer si me creyó eso me alivió.

Una vez haber dado un recorrido por la tienda, volvimos con la señorita encargada de la tienda y pagamos lo poco que habíamos comprado, aunque con tristeza ví por última vez el presioso vestido antes de retirarnos.

Nos dirigimos a otra tienda en donde solo había dulces, al entrar comencé a buscar por todas partes todo tipo de chocolates, al comenzar a buscar chocolates impulsivamente.

Nos fuimos de la tienda con muchas tipos de chocolates, ya que al parecer cuando entro a un lugar lleno de golosinas no me resisto y compro las golosinas que se me antojan.

Llegamos a un puesto de helados en donde compre dos, uno para Nino y otro para mí. Al comprarlos me dirigí a dónde estaba mi amigo, pero antes de llegar sin previo aviso cuando choque con una persona y le estampe el helado de chocolate en la camiseta, alarmada le pedí disculpas, casi que me le arrodillado y le suplico disculpas.

Pero afortunadamente mi poca dignidad de persona lo evito.

— Lo siento, yo no fue mi intención, en verdad lo lamento —dije, al ver sus ojos me parecieron conocidos.

Él estaba con una sudadera negra con capucha, su cabello tapaba parte de su rostro, lo cual me hizo difícil reconocerlo del todo, su pantalón era negro, zapatos negros, me pareció sospechoso, es como si estuviera espiando a alguien, salí de mi mundo de teorías y analización

— Está bien, no sé preocupe señorita —dijo con una media sonrisa.

— ¿Qué podría hacer para que me perdone?

— No se preocupe, estoy bien —repitió amablemente.

Suspiré aliviada. — De acuerdo, entonces que pase un lindo día —le sonreí.

— Gracias igualmente, bella señorita.

Se fue, dejándome helada, su voz me pareció conocida, pero no recordaba de dónde, sacudí mi cabeza, debo de estar imaginándome cosas que no tienen sentido, asi que sin tomarle importancia alguna, seguí mi camino.

Nino Lahiffe

Marinette me llevo hacía la tienda y verla preguntar con emoción sobre el precio del vestido me pareció adorable. Al saber el precio su emoción bajo de golpe, ya suponía que a ella le fasino el vestido, pero de todas formas le pregunté.

— ¿Querías realmente ese vestido Mari? —le pregunté.

— Nah... Simplemente me pareció presioso el vestido y tenía curiosidad sobre el precio —supe que mentía y pensó que me creí su excusa por no preguntar nada más.

Pero no soy tan tonto para no darme cuenta que era una excusa para nada creíble, bueno a menos para mí, así que recordé mentalmente el precio del vestido.

Dentro de dos meses Marinette cumplía ya los 18 años, lo cual me servía mucho ya tenía en mente su regalo de cumpleaños y estaba seguro que le encantaría.

Después de comprar un par de cosas en la tienda nos fuimos a otra en donde solo vendían todo tipo de golosinas, lo cual fue de andar de aquí para allá con una chica de diesiciete años que es más imperativa que cualquier otra chica de su edad, pero así la quiero, es mi mejor amiga después de todo.

Luego nos dirigimos a un puesto de helados, yo espere a Marinette en una banca con las bolsas de las pocas cosas que habíamos comprado, mientras ella fue a por los helados.

Mientras la esperaba, saque mi teléfono con la vaga esperanza de por lo menos ver un siquiera por lo menos un mensaje de Alya, pero nada ni un miserable "Hola". Una bofetada dolía menos a no recibir un solo mensaje de su parte.

Suspiré cansado, por lo menos tenía a mi mejor amiga ¿no? Ella era importante en mi vida y no dejaría que nada malo le ocurriera, la protegería costará lo que me costará.

______________________

Por una traición [Ninette] [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora