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Rocío

-Callaos todos y sentaros- entra el profesor cerrando la puerta.

Tiene voz sexy; ronca- pero no forzada- y varonil.

Cuando quito la mirada de la ventana para mirar al profesor veo al hombre del pasillo con el cual me he chocado y sabe que tomo antidepresivos.

Muy bien, empiezas genial - dice con ironía mi conciencia.

-No quiero nada que no sea un bolígrafo, lápiz o goma. Nada de típex. Si os equivocais lo tacháis con el bolígrafo- empieza a repartir las hojas- también os daré una hoja en blanco para cálculos y después la adjuntaréis al examen. - Llega a la mesa y me mira, me inspecciona. - Ya podéis empezar el examen. - dice en voz alta sin dejar de mirarme- ¿Cómo te llamas?-pregunta en voz baja.

-Rocío - contesto con el mismo tono de voz.

-Está bien. Te daré el examen y harás lo que puedas.- me entrega dos hojas del examen.- en esta hoja no escribas nada salvo tu nombre y apellidos, curso y fecha.- señala una hoja con diez ejercicios. -Y en esta- me señala una hoja a cuadros-, escríbeme las respuestas. Pones el número y la solución, ¿alguna duda?

Niego.

-Vale, tienes una hora y media para hacerlo. Tenemos dos horas de mates y después inglés que también estoy yo.  No sé si sabes que soy tu tutor y como hoy es lunes a última hora toca tutoria que consiste en que me digáis algún problema que haya habido durante la semana o cualquier cosa que haya pasado en el centro. Cuando termine la hora y media todos me dan el examen, pero si no has acabado puedes cogerte el tiempo que quieras de la media hora restante.- asiento a todo. - ¿Alguna duda?-me mira a los ojos y asiento.

-¿Cuál es tu nombre? O te tengo que decir de usted y llamarte profesor - pregunto confundida. En mi antiguo instituto llamábamos a los profesores por sus nombres.

-Mi nombre es Marc y no me hables de usted. Si requieres mi ayuda levanta la mano o simplemente di profesor.

-De acuerdo.- y escribo mi nombre en la hoja comenzando mi examen.

Hay muchas operaciones; ecuaciones de primer y segundo grado, operaciones combinadas, radicales y problemas algebraicos.

Marc se pasea por las mesas mirando los exámenes de sus alumnos y en algunas ocasiones se para a mi lado cosa que me pone nerviosa y me desconcentro.

Supongo que se pasea para vigilar si alguien se copia. Yo tampoco me fiaría, las chuletas se pueden meter en los bolis o debajo de la falda.

Ya he terminado y estoy terminando de repasar algunas radicales. Se me dan muy bien las mates, pero es que las radicales nunca las he terminado de entender.

-Ok, chicos. Doblad el examen por la mitad con el nombre boca arriba y voy pasando a buscarlo.

Soy a la última que lo recoge.

-¿Cómo que doblarlo?- pregunto.

-Así - junta las tres hojas: la de los ejercicios, la de las respuestas y la de los cálculos y las dobla por la mitad quedando medio folio - Así ocupan menos espacio.¿Qué tal? ¿Te ha costado mucho?

- Las radicales sobre todo.

-No eres la única. Ahora, en esta media hora que queda puedes hacer lo que quieras. Escuchar música,  leer, estudiar, lo que quieras pero nada de móviles, es decir, puedes escuchar música en el móvil pero solo puedes utilizarlo para eso. Si te veo con el móvil estas expulsada de clase.

-De acuerdo, profesor- contesto en un susurro.

Saco mi MP3, siempre llevo uno con mis canciones favoritas porque es más pequeño que el móvil y más cómodo de transportar.

my daddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora