Y ahí se encontraban nuestros protagonistas luego de haber limpiado aquel desastre que fue producto de la fiesta que se había realizado horas antes. A pesar de que no tenía muchas expectativas, había sido todo un éxito pues todos bailaron, disfrutaron, participaron en los juegos que implicaban beber y se divirtieron como hace tiempo no lo hacían. Para que mentir, Baji se sentía bastante orgulloso y satisfecho por haber hecho la dichosa fiesta, de la cual, al principio se sentía nervioso.
Eran alrededor de las 4:15 am de la mañana y Mikey se había quedado con la intención de ayudar a limpiar, ¿por qué? Pues al parecer no tenía sueño, cosa rara en él y Draken se había ido temprano junto con Emma, dejándolo sin medio de transporte además, estaba algo bebido, por lo cual que fuera a su casa en esas condiciones y a esta hora, sería un poco preocupante. Así que sin más opción, le sugirió al pelinegro ayudar a limpiar para evitar que su mamá lo fuera a regañar en la mañana. Una vez hecha aquella tarea, ambos estaban en el sofá, bebiendo lo que quedaba de una botella de vodka.
Mikey al tener poca tolerancia con el alcohol; no hacía falta mencionar que estaba más borracho que el pelinegro, en su borrachera dejó salir una pregunta que causaría que Baji se pusiera más nervioso de lo que ya estaba al estar solo con el rubio de menor estatura.
— ¿Por qué no puedes amarme de la misma forma en que lo hago?
Esa pregunta lo descolocó de sobremanera, tratando de entender el significado, se giró para poder ver el rostro del contrario encontrándose con la grata sorpresa de que esté ya lo estaba mirando, así que una vez más, dejándose llevar por el alcohol al cual culparía en la mañana, empezó a atacar al pelinegro con una sinceridad que jamás esperaría, ni en sus mejores sueños.
— Dime, Baji, ¿qué tengo que hacer para gustarte? ¿Debo parecerme a Chifuyu?
En esa última pregunta habían celos pues desde que Baji conoció a Chifuyu, pasaba bastante tiempo con él, llegando a sentirse desplazado y en algunas ocasiones, ignorado.
— Sabes... Me gustas mucho, más de lo que admitiría estando sobrio, desde el momento en el que pisaste el dojo de mi abuelo, sentí una especie de conexión contigo que con los años fue creciendo incluso, intenté ignorar este sentimiento, pero simplemente no pude. Mi corazón pedía por ti, pero lo único que haces es irte con Matsuno, fuiste mi primer mejor amigo y mi primer amor y él me lo arrebató con tan solo unos segundos.
Para este punto, la cara de Mikey estaba empapada de lágrimas, no supo en qué momento se puso a llorar, de manera brusca las limpió y decidió seguir con aquella sinceridad pues ya no había vuelta atrás.
— Muchas veces tuve que disimular los celos que sentía, no, que aún siento al verte con él, el como se ríen y comparten secretos. Siempre que estamos en grupo, solo estás con él y aunque intente hablar contigo, nunca me prestas atención y prefieres irte con tu vicecapitán, estoy cansado de todo esto, Keisuke, solo quiero que me ames de la forma en la que yo lo hago.
Las lágrimas volvieron a salir de sus ojos importándole poco el verse vulnerable, sabía que beber alcohol iba a ser una mala idea, debió hacer caso antes, pero pues... Lo hecho, hecho estaba.
El pelinegro estaba en shock total, no se podía creer que aquel rubio de baja estatura con quién había crecido y compartido varios momentos de su infancia, estaba confesando aquellos sentimientos que pensaba, eran unilaterales. Mikey no sabía que Baji se sentía igual o peor que él, pues ambos en el tema de amor y relaciones eran unos completos idiotas. Así que con una delicadeza que creyó no tener nunca, tomó el rostro del contrario y empezó a limpiar sus lágrimas de manera lenta y cariñosa.
— Mikey, eres un tonto que solo sirve para dar patadas y pelear con los demás. — confesó con una sonrisa, ganándose un puchero por parte del otro, haciéndolo ver adorable.
— Si realmente te fijaras en las cosas, te darías cuenta de que Fuyu, es pareja de Kazutora desde hace más de cinco meses. — la confesión había hecho que sus mejillas se tiñeran de un rojo intenso, haciéndolo sentir bastante estúpido por estar celoso de alguien con pareja.
—Aunque no voy a mentir, también me siento celoso cuando estás con Draken o con Takemichi.
Baji soltó un leve gruñido en clara evidencia de que estaba celoso, pues muchas veces había presenciado como él reía o pasaba bastante tiempo con los nombrados anteriormente, deseando ser con quién Mikey compartiera su tiempo, su risa, y en ocasiones, sus berrinches de niño pequeño.
— Al igual que tú, a mí también me gustas desde que te conocí en el dojo de tu abuelo, fuiste y serás mi primer mejor amigo, eso nadie te lo va a quitar y si paso tiempo con Fuyu, es porque él sabe de mis sentimientos hacia ti y siempre me ayuda a buscar una forma de confesarme, pero el miedo y los nervios me ganan, por eso las risas, porque se burla de mí el muy idiota.
Mikey ya no sabía cómo sentirse, si feliz por saber que sus sentimientos eran correspondidos o un estúpido por haber pensado cosas que no eran.
- Entonces... ¿Me amas de la misma forma en la que lo hago yo?
La pregunta salió con miedo de sus labios pues la incertidumbre de haber entendido mal, lo carcomía, aunque no pareciera a simple vista, Mikey era alguien bastante inseguro en muchos aspectos.
— Si, Mikey, te amo de la misma forma en la que tú lo haces, desde el principio ha sido así, siempre fuiste tú y nadie más.
El pelinegro había acunado el rostro del chico que estaba en frente suyo y se acercó a dejar un pequeño beso en sus labios, un ligero roce, dejándose llevar por los sentimientos confesados y por el alcohol ingerido. A pesar de que ambos ya habían dado uno que otro beso en otras ocasiones, esta vez no pudieran evitar sonrojarse, sintiendo como si fuera la primera vez que besaban.
Mikey al sentir el pequeño beso que fue dejado en sus labios, no pudo evitar sentir un sinfín de emociones que jamás creería que pasarían, desde una corriente recorriendo todo su cuerpo hasta las malditas mariposas en el estómago que en más de una ocasión había escuchado mencionar a Emma cuando estaba con Draken.
Baji estaba igual, sentía su corazón acelerarse como si se fuera a salir de su pecho, quería probar más de los labios del mayor, quería sentir más de aquella suavidad que tocó por apenas unos milisegundos y antes de poderse dar cuenta, Mikey se había abalanzado sobre él haciendo que se recueste en el sofá con algo de dificultad.
- Entonces sigamos siendo solo nosotros como en un principio, te amo, Edward. — aquel nombre ridículo hizo que soltara una leve carcajada sintiéndose el joven más feliz del mundo, notando como aún Mikey seguía con aquel sonrojo, dándole un toque bastante tierno para su punto de vista.
- También te amo, Michael, sigamos siendo solo nosotros dos. — y luego de esa peculiar declaración de amor, se unieron en un beso tranquilo, dónde ambos expresaban sus sentimientos por el otro, Baji colocando sus manos en la cintura del mayor y Mikey rodeando el cuello del pelinegro con sus brazos.
Siguieron así un largo rato pues descubrieron que los labios ajenos serían su mayor adicción y perdición, no querían separarse por nada del mundo aunque el sueño les estaba ganando. Con pereza decidieron levantarse e ir a la cama del menor para intentar descansar un poco, dándose un último beso de buenas noches aunque en este caso, de buenas madrugadas, abrazándose y conciliando el sueño casi de inmediato.
Su felicidad jamás la iban a poder describir pues nunca esperaron, ni aunque les pagaran, que su primer amor iba a corresponder de forma más pura sus sentimientos.
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Siempre haz sido tú (Mikey x Baji)
FanficPorque desde que te conocí, mi corazón no ha deseado a nadie más que a ti.