Después de una serie de decisiones desgarradoras, Sasuke Uchiha se encuentra atrapado en un ciclo de dolor y arrepentimiento tras la muerte de Sakura Haruno, quien falleció en un accidente provocado por su "amante", Karin. Devastado y consumido por...
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Ino apenas salía del quirófano después de estar horas dentro, gracias a una cirugía de emergencia.
La sala de descansó la aclamaba, todo su ser deseaba llegar a una cama y recostarse; al entrar, notó a una pelirosa en el marco de la puerta sosteniendo un libro.
— Estoy demasiado cansada después de todo este día — comentó tirándose en un pequeño sillón, a la izquierda de Sakura.
— Se nota, pareces muerta en vida — rió burlona de su amiga con ojeras extremadamente visibles.
Suspiró aliviada, incorporándose con mayor comodidad en el sillón — ¿tú turno ya terminó, verdad?.
— sí. También fue demasiado agotador — respondió, dejando el libro en un pequeño estante cerca de ella.
— Y el mío también, te invito a cenar ¿Qué dices?. Dime qué si — suplicó a su amiga, dándole pequeños jalones en su bata, a la misma vez mirando el reloj en la pared — son las 10:00 de la noche, ya es tarde, merecemos cenar.
— lo siento Ino, no puedo, tengo algo que hacer — dijo recogiendo sus cosas, mirando de reojo a una molesta rubia haciendo pucheros de desagrado.
— De seguro tiene que ver tú sasuke. Como siempre dejas sola a tú amiga — fingía llorar haciendo todo un drama.
— No seas exagerada, otro día será. Nos vemos mañana — Sakura abrazó a Ino despidiéndose.
La pelirosa caminó a un supermercado cercano para comprar algunos alimentos; estaba feliz, pues justo ese día cumplía un año de casada con Sasuke.
Sasuke había estado demasiado distante las últimas semanas; Sakura pensó que hacer la cena sería un buen medio para reconciliarse.
Después de comprar algunas cosas necesarias para esa noche, tomó un taxi para llegar a su casa, la cual estaba un poco apartada del hospital. Al entrar, se quitó los zapatos y se encaminó a la cocina para hacer una rica cena romántica.
Todo estaba listo; Sakura arregló todo colocando pétalos, velas, vino y la comida.
Subió a la habitación con la finalidad de cambiarse y ponerse un vestido blanco corto, descotado en el pecho y un poco transparente; debajo llevaba lencería del mismo color.
Las horas pasaron. El reloj hacía sonar sus manecillas con cada minuto que transcurría; ese sonido tan trivial comenzó a molestar a Sakura. La noche avanzaba y ya eran las 2 de la madrugada.
Preocupada por su esposo, Sakura se dispuso a llamarlo, ya que jamás había llegado tan tarde y temía que le hubiera pasado algo.