☄️ 02- Segunda oportunidad ☄️

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— si no confías en nosotras,  tranquila Sakura

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— si no confías en nosotras,  tranquila Sakura. De igual forma no somos tan amigas, casi como hermanas. — fingía llorar afligida, combinado con tristeza falsa.

— Ino, ¿Te encuentras bien? — Hinata trataba de calmarla sin saber que ella fingía todo. Sus lágrimas parecían verdad pero solo eran de cocodrilo.

Sakura suspiró mirando a su amiga haciendo drama — Ya, Ino, les contaré me desesperas, silencio.

Las dos chicas hicieron silencio escuchando atentas las palabras de la pelirosa.

— creo que, sasuke....me es infiel.

Se golpeó la frente con el freno inapropiado que dió Ino sin previo aviso.

—¿¡Cómo!?, ese idiota, cuando lo vea lo pondré en su lugar y ....

Sakura la interrumpió al final.

— por eso no quería decirte. Solo son sospechas.

— ¿Y si tenía trabajo? — Hinata habló recibiendo una mirada fulminante de Ino.

—¿ Te vas a poner del lado de ése?

— No, solo decía.

— Después discutíamos, deberías seguir vamos tarde y estamos armando tráfico, Ino.

La rubio le hize caso y siguió su camino arrancando el auto.

El camino que faltaba para llegar al hospital se presenció un silencio por parte de Sakura; su mente parecía estar volando, su mirada buscaba una respuesta mirando por le vidrio de la ventana, pero no la obtendría de esa forma. Sus inseguridades volvieron a flote, después de mucho.

Los ojos jades que radeaban alegría ahora estaban perdidos, suaves suspiros anunciaban su intranquilidad.

Estaba buscando respuesta en él lugar equivocado.

Al llegar al hospital, Sakura bajó del auto en silencio, algo no estaba bien ese día. Sus amigas la siguieron confundidas mirándose entre sí.

Los pacientes llegaban y con ellos más trabajo, Sakura era médico general, se llevaba bien con sus pacientes, al sonreír les quitaba todas aquellas angustia que tenían que pasar  transmitiendo tranquilidad plena.

Por otra parte Ino era cirujana, horas y horas metida en un quirófano teniendo la vida  de alguien en sus manos.

Hinata era pediatra, su especialidad los niños, su timidez hace bien mezclándose con la de los niños.

La pelirosa miraba por la ventana, el cielo ese día estaba totalmente despejado, sin una sola nube, radiaba
el color azul intenso junto con los rayos del sol atravesando el  vidrio de su oficina. Sumergiéndose en sus pensamientos que rondaba cada vez más, unos más confusos que otros.

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora