LA VIDA

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29 de noviembre, 2015

Al volver esa noche Emma sintió que las cosas ya no serían las mismas, tenía una sensación en el estómago y en su mente se repetía una y otra vez la misma escena…William perdiendo la luz que habitaba en sus ojos. Al principio pensó que con dormir podría olvidarlo, hubiera funcionado, pero ni siquiera logro cerrar los ojos en toda la noche. Seguía pensando en lo que debía de estar sintiendo su familia en esos momentos…en saber que su padre y abuelo ya no estaría más con ellos y también pensaba en si realmente William volvería a encontrarse con su esposa, si estaría su mejor amigo con él. Pero a ciencia cierta nadie sabe que pase después de la “muerte” ni siquiera los Guías lo saben, pero Emma tenía la esperanza de que existiera un lugar.
Tenía aquello que los mortales llaman “culpa”, y era horrible sentirla, comenzaba a sentir que lo que había hecho estaba mal, que quizá fue demasiado rápido y que hubiera pasado si solo quizá…el “quizá” la estaba volviendo loca, prendió su mp4 para olvidarlo por un rato; pero incluso con la maravillosa música de los mortales aún tenía el pensamiento y eso comenzaba a molestarla.
A la mañana siguiente Emma bajo a comer su desayuno, aunque para su mala suerte ahí estaba su familia.
⸺Parece que alguien fue a recolectar su primera alma anoche. ⸺ Decía Jason desde el otro lado del comedor. Emma solo rodo los ojos, no tenía ganas de hablar al respecto.
⸺A veces salen imprevistos, ya sabes que a nosotros nos han llamado en la madrugada por las almas, déjala tranquila debe estar desvelada. ⸺ Mason la miraba con un poco de preocupación al igual que su madre, debía ser porque tenía marcadas las ojeras más de lo normal, no podían decir que estaba pálida porque así era su piel.
⸺Debo decir que eso fue más rápido de lo que imagine, bien hecho, hija ⸺Era un avance que su padre no le sermoneara sobre cómo hacer su trabajo.
Más tarde se presentó en la Corte para entregar el alma de su primer mortal, que de acuerdo a las indicaciones de Greta la recepcionista era en el departamento de Guías. Cuando se tele transporto apareció enfrente de una puerta de madera que tenía grabada la misma cruz que le habían tatuado en su primer día. Al entrar a la sala solo se encontraba un hombre de la misma edad de su padre, Emma lo confundió por un segundo, aunque su padre tenía más marcadas las arrugas de la frente, y recordó que todos tienen un gran parecido y tal vez ese hombre era su tío o algún pariente.
⸺Las almas mortales se dejan sobre el escritorio junto con su expediente…cuidado de no romperla. ⸺Dijo el hombre al ver que Emma era algo torpe. Estaba a punto de retirarse para ver a Lucas y recibir su siguiente tarea cuando se volteó a ver al hombre.
⸺Disculpe…tengo una duda. ¿A dónde van las almas recolectadas? ⸺ El hombre la miro un tanto desconfiado, pero solo le respondió.
⸺No sé y no me interesa, niña. ⸺
Dicho esto, Emma se retiró de la sala. Muchos de los de su raza eran así, solo había pocos como su madre, Mason y Lucas. Toco tres veces la puerta y esta vez Lucas la recibió, parecía feliz de saber que había acabado rápido su primera tarea, aunque demasiado rápido.
⸺¿Cómo te fue con el mortal? ...leíste todo el archivo, ¿verdad? ⸺
⸺Si, no era mucho por leer, eran más imágenes, muy buenas, por cierto. ⸺
⸺Me alegra saber que la terminaste…algo rápido, pero está bien. ¿Quieres tu segunda prueba? ⸺
Emma lo pensó un segundo, quizá sería mejor procesar lo que William le había dicho. Pero si se dejaba influenciar por un mortal eso le traería problemas.
⸺Si, quisiera terminar de una vez o lo seguiré posponiendo.
Lucas busco en uno de los archiveros que tenía más cercano, saco un expediente con no más de diez páginas y lo puso en las manos a Emma.
⸺Si terminaste el pasado en menos de una semana creo que terminaras con este en dos horas.
⸺Esta vez si me tomare mi tiempo. ⸺ Lucas le sonrió y continuo con los archivos, le paso un archivero a Emma.
Pasaron la tarde acomodando archivos, incluso pasaron al centro después de que Lucas terminara su turno para comer algo. Emma se sentía muy bien de poder contar con alguien para hablar algo más que solo su vida laboral. Estaba llena de dudas que Lucas le aclaraba sin mirarla raro. Para el final del día Lucas le dijo que podía visitarlo cada vez que se sintiera insegura de alguna decisión, luego de agradecerle su apoyo Emma camino sola a un café cercano, era uno de sus lugares favoritos, casi siempre había pocos mortales y los que estaban ahí leían algún libro, escribían en sus computadoras o algunos pintaban con sus acuarelas.
Después de un tiempo el barista ya la conocía, era un chico de la edad mortal de Lucas, le preparaba su café y Emma le agradecía. Ese día había una pelirroja donde Emma solía sentarse, para no verse grosera decidió compartir el mismo sofá. Quería leer el expediente del nuevo mortal en un lugar donde ella se sintiera cómoda, bebió un poco de su café y comenzó a leer.
» El nombre del mortal es Mark Jones, tiene 8 años de edad. En la actualidad vive en la parte norte de la ciudad (clase media) con sus padres y sus dos hermanas menores, Lucy y Milly, de seis y cuatro años. Es un niño buenas notas en la escuela, responsable, amable y carismático; practica baseball con su padre y sus amigos, sus hermanas les encanta verlo jugar, en especial a Lucy porque cuando terminan los juegos Mark se toma un momento para enseñarle a jugar.»
Emma sintió un dolor horrible en el pecho, no podía ser verdad que después de haber tenido una experiencia tan fuerte con un mortal mayor su próxima tarea sea quitarle la vida a un niño. Un niño que parece tener una buena vida, que es un hermano cariñoso, con un futuro por delante. Ella no creía en el destino, pero sin duda la estaban haciendo una mala juagada. No creía poder quitarle el alma a un niño.
Hizo a un lado el expediente y se recargo en la cabecera del sillón, como iba a explicarle al consejo que estaba en total desacuerdo con su tarea, pero también pensó en lo que su madre le había dicho, es el orden natural de las cosas, y por alguna razón por más injusta que pareciera tendría que cumplirla.
⸺Un mal día, ¿verdad? ⸺
Emma dio un pequeño brinco, se le había olvidado que estaba en el café, que se había sentado junto a un mortal. Según las reglas no debe hablarles, pero técnicamente no está en horas laborales y es malo ser grosera.
⸺Mi tarea es más difícil de lo que pensé. ⸺ La pelirroja la miro un rato.
⸺ ¿Qué puede ser tan difícil? ⸺
⸺Ah…el cálculo diferencial…⸺ Ni siquiera sabía que era eso, solo había escuchado a un grupo de chicos hace años quejarse de eso mientras estaban en el café.
⸺Sonará un poco raro, pero suelo verte aquí seguido, siempre vienes a leer o escuchar música. Yo suelo venir a hacer mi tarea, soy Charlie, ¿Cómo te llamas? ⸺
Emma se quedó en blanco, una cosa es no ser grosera y otra es hacerte amiga de un mortal, ahora tendría que cambiar de cafetería, una verdadera lástima ese era el mejor café que había probado.
⸺Perdón, quizá es raro, pero acabo de entrar a la universidad este semestre, es la que está en este lado de la ciudad y aun no conozco bien el lugar y tampoco he podido hacer amigos, si quieres continua con lo tuyo.
⸺Soy Emma, he vivido aquí desde…siempre, no soy muy buena haciendo amigos…o hablando, puedo enseñarte esta parte de la ciudad, yo la conozco, de hecho, conozco toda la ciudad.
Era raro para Emma que una mortal quisiera socializar, aunque la idea de tener una amiga era algo bueno, no estaba permitido, pero debes en cuando te puedes permitir desahogarse con alguien. Charlie la miraba mucho, pero eso no la ponía nerviosa.
⸺ ¿Dónde te hiciste el tatuaje?
⸺Eh…cerca del centro de la ciudad…ya no está el local, lo cerraron. ⸺ El silencio no la hacía sentir incomoda, pero tampoco quería que Charlie pensara que no quería hablar con ella. ⸺ ¿Qué música te gusta escuchar?
Emma y la pelirroja comenzaron hablar, probablemente fue la conversación más larga que Emma haya tenido en toda su vida, en algún momento deseo que la conversación no terminara nunca, debes en cuando miraba a Charlie, pero prestando atención a ciertos detalles, como sus ojos verdes, eran bonitos. Ese pensamiento la hizo darse cuenta que ya era momento de irse.
⸺Es tarde, debó volver. ⸺ Decir esas palabras se sintió como salir de un trance, Charlie se veía triste, aún no había la suficiente confianza para pedir más tiempo y no pensaba que algún día fue haber confianza entre ellas.
Se despidieron en la entrada del café, Emma camino hasta que se perdió de vista el café para poder tele transportarse a casa. Cuando llego su familia aun no llegaba, ya era tarde incluso para ellos, así que fue a su cuarto a pensar si no había sido una mala idea haber hablado con un mortal. Para evitar el pensamiento decidió leer el expediente, faltaban dos páginas, las demás eran fotografías.
En las páginas siguientes eran planes a futuro, tan ambiciosos y esperanzadores como solo los niños pueden hacerlos.
» Mi papa dice que soy el mejor jugador del equipo, espero no lo diga solo porque me quiere mucho, él tiene planes para mí, ir a una universidad (creo que es igual que la escuela, pero muchos años más adelante) en donde pueda jugar baseball, y con mucha suerte y esfuerzo entrar a un equipo profesional. Quiero hacerlo realidad, ganar mucho dinero jugando con un equipo muy famoso, para pagarle a mis hermanas juguetes o las cosas que les guste para ese entonces, comprar a mis papás una casa o un carro. Ellos se merecen todo eso…
Vale la pena entrenar todos los días temprano en el viejo terreno con los niños del vecindario, aunque volemos todas las pelotas a la carretera. Creo que no pediría nada, ni siquiera a Santa Claus, o quizá si, un guante nuevo, pero solo eso…»
Escucho ruido en la cocina, cuando bajo ahí estaba su madre, no quiso tocar de nuevo el tema de los mortales y las consecuencias de dejar el negocio. Solo le pregunto cómo había estado su día, prepararon la cena y Emma espero a que todos estuvieran dormidos para salir al techo de la casa.
Le gustaba la calma que traía la noche, no había muchas estrellas, la contaminación lumínica de la ciudad no permitía más que cinco estrellas a lo mucho, pero Emma imaginaba que había miles. Tomo un cigarro de la cajetilla y lo encendió, se había tele transportado ya a algunas partes del mundo, es cansado, peligroso y tardado. Había más estrellas lejos de casa; la idea de escapar y ser alguien más era tan tentadora que algunas veces la usaba para calmar su tristeza. Soñar que estaba trabajando en una cafetería en Madrid, viviendo en un viejo apartamento, bebiendo una de esas bebidas alcohólicas que toman los mortales, fumando un cigarrillo en la ventana. Cuando imaginaba esto a veces pensaba en quien la acompañaría, siempre veía una sombra negra a su lado, no tenía rostro, no tenía color, pero le daba paz saber que alguien podría pasar el resto de sus días a su lado.
Nadie puede negar la idea de tener con quien compartir todo lo que la vida te da y te quita. Emma deseo con todo su ser tener a alguien en ese momento, tener una mano que sostener, tener una conversación sobre las cosas que le molestaban y las que le daban curiosidad. Relámete no tenía muchos amigos, no era como que pudiera hablarle a alguien, solo se tenía a ella misma, algunos mortales son iguales, solo que ellos no caen en cuenta cuan afortunados son.

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⏰ Última actualización: Jan 08, 2022 ⏰

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