Capítulo 2

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Narra Ranma

No me atreví a preguntarle porque no me había abrazado, de todas formas no sabía si ella estaba consiente o no de ello, tenia esa duda y no era aun el momento de resolverla.

La mañana pasaba igual a todas, pero a mi me faltaba algo, y lamentablemente sabia que era eso.

El día siguió igual a los otros, y con el llego la noche, nos acostamos a dormir, normalmente siempre Akane se cambiaba en el cuarto qué compartíamos mientras yo iba al baño a cambiarme y cuando volvía de este, ella ya estaba acostada.

Yo me acostaba siempre dándole la espalda a Akane y ella hacia lo mismo, el dormir juntos creo yo no era molesto para ninguno, de hecho para mi era lo mejor. Aunque eso solo lo podía confesar en mis pensamientos.

Está noche tampoco la sentí cerca de mi, y otra vez la extrañe. Y como el día anterior, este paso igual. En la noche tampoco hubo diferencia.

Al tercer día por la mañana me levante temprano, Akane aun estaba dormida, la mire un momento, era inevitable no hacerlo al verla ahí, tan hermosa. Busque en silencio mi ropa y salí de la habitación, me quede parado frente a la puerta, encontrando tal vez una respuesta, buscando una respuesta qué me hiciera entender porque había cambiado conmigo, busque la posibilidad de que tal vez le había hecho algo, pero no encontré tal respuesta, según yo no había hecho algo por lo que pudiera molestarse. Tampoco me había mostrado tal desagrado, ella seguía siendo la misma conmigo en el día.

Me fui al baño para cambiarme, y la única idea qué cruzaba por mi mente era esa misma qué me aterraba más, esa donde Akane podía ya no interesarse en mi, quizá se había cansado.

Decidí darme un baño rápido, luego salí para regresar a la habitación, entre despacio y sin poder ver algo recibí un almohadazo en la cara.

—Oye ¿qué te pasa?

—Me estoy cambiando, idiota —dijo Akane.

—¿Y yo como iba a saberlo? —dije mientras cerraba la puerta.

—Por eso se toca —respondió ella, desde entro.

—No acostumbro tocar para entrar a mi habitación ¿sabes? —dije y me aleje, no tenia ganas de pelear.

Fui a desayunar, aun había tiempo de. Mamá me recibió con los "buenos días" y al poco tiempo bajo Akane, con el uniforme puesto.

—Buenos días, tía —dijo y sonrió.

Solo la vi de reojo, sin quitar la mirada de mi plato.

—Buenos días, hija ¿cómo amaneciste?

—Bien tía —se limitó a decir.

—Ven a desayunar —le dijo mamá sonriendo.

—Sí, gracias tía.

Akane se sento a mi lado, sin dirigirme la palabra. Al terminar el desayuno salimos a la escuela, el camino fue lento y silencioso. En la escuela cada quien se dedico a lo suyo, realmente como todos los días.

En el almuerzo, busque a Akane con la mirada y no pude encontrarla, lo habría dejado así de no ser porque vi a las amigas de Akane y ella no estaba con ellas. Fui al salón de clases, quizá ahí podría estar, tal vez no se sentía bien.

Lo que no espere encontrar fue que en el pasillo antes de entrar al salón, Akane estaba hablando con un chico, no pude verle la cara, estaba de espaldas y yo me escondí para que no pudieran verme, trate de escuchar lo que decían pero me fue imposible. Tenia ya la sangre hirviendo, ¿qué hacían aquí donde no había nadie? ¿De qué podrían estar hablando?

No sabía si seria bueno acercarme a ellos o no, no sabía si era por él el qué Akane se hubiera alejado de mi, no sabía si quiera quien era él.

Podía verlos desde donde estaba escondido, vi a Akane sonreir y sentí celos, muchos celos. Akane es una chica hermosa y yo no la he sabido cuidar, ni antes ni mucho menos que soy su esposo, y un idiota.

Vi que el chico se despidió y diciendo adiós con la mano se fue del otro lado del pasillo, Akane se volteo hacia donde él se iba.

No hice más que irme, no sabía que tenía él con ella, quizá estaba pensando cosas que no eran, y si le decía algo a Akane solo podíamos terminar peleando, y no quería eso.

—¿Viste a ese chico que pasó? Es guapísimo —escuche a unas chicas que iban platicando.

—Sí, lastima, dicen que anda tras una chica del último año que es muy bonita y de cabello corto.

—¿Qué? Vaya, que triste—hablo la chica dramáticamente.

Muchas preguntas pasaron por mi mente, ¿de qué chico hablaban? ¿Será el mismo que estaba con Akane? ¿Ella es la chica de la qué hablan?

No sabía si estaba exagerando, pero estaba muy celoso, y debía admitirlo, por lo menos a mi mismo.

Al volver de la escuela quise acercarme a ella, y tal vez sacar el tema.

—¿Cómo te fue hoy? —le pregunte, yo iba caminando en la barda y ella abajo.

—Bien —respondió — ¿y a ti?

—Pues no del todo bien —respondí.

—¿Y eso? —me pregunto ella volteado a verme.

—Vi ciertas cosas que me molestan —dije y me apresure a seguir hablando —, pero no tiene importancia —no quería que el tema fuera para más.

—Vaya —dijo ella, y volvió su mirada al camino.

Nos quedamos en silencio otra vez, entonces yo decidí bajar y preguntarle un poco más directo.

—No te vi con tus amigas en el almuerzo ¿hiciste algo más? —pregunte a su lado sin mirarla.

—¿Eh? —la pregunta la había tomado por sorpresa y la escuche nerviosa—, no, no realmente... solo tenía algo que hacer, y por eso.

—Entiendo —dije simplemente.

—Sí...

El camino termino pronto, y llegamos a casa. En mi solo pudo haber más dudas, tenia tantas dudas y estaba lleno de celos, no sabía que pasaba y eso me molestaba mucho. Aun así, sabia que Akane no sería capas de engañarme con otro, estamos casados y ella no haría eso.

Pero era cierto qué, aunque no le había tomado importancia, de un tiempo a la fecha ella ya no me hacia reproches, ya no me recriminaba por que otras chicas se me acercaran, y eso también me hacia pensar cosas.

No me gustaba dudar de Akane, pero ¿por qué no me hablaba con la verdad? ¿Por qué se había puesto nerviosa? Los rumores no me gustan y hoy había oído uno, uno que no me gusta para nada.

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