Capítulo 4

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Narra Ranma

Los días pasaban y era igual, realmente comenzaba a desesperarme, no sabía que pasaba y para colmo los rumores en los pasillos seguían, los escuche varias veces en los recreos. "Los viste, debieron tener una pelea, él le estaba rogando" "Vi al chico del qué me hablaste, es guapísimo, lastima que esta con una chica, vaya... ella igual es linda, que envidia" "Oye pero ¿qué no esa chica estaba con otro chico?" Era cierto qué, realmente yo no sabia si hablaban de ellos o no, pero todo eso me atormentaba.

Solo había visto a Akane con ese chico una vez, y luego, hoy también. Mi día estaba arruinado, los rumores de hoy eran ciertos.

Los vi hablando en el pasillo, estaban ahí muy tranquilos como si nada pasara. ¿Es qué acaso quiere que le rompa la cara?

No hice nada, me fui furioso de ahí. De todas formas no sabía que hacer, he tenido varios problemas por malos entendidos y este podría tal vez ser uno, que era realmente lo que yo quería que fuera, lo que yo deceo qué sea. Luego si me dejara llevar por mis impulsos y le rompía la cara a ese idiota podría solo lograr qué Akane se enoje conmigo, y no quiero eso sinceramente.

No quise verla en todo lo que resto de las clases, luego cuando están terminaron y mientras volvíamos juntos a casa no voltee a verla en todo el camino, sabia que cualquier cosa podría hacerme explotar, y no quería gritarle, pero aun así quería saber que pasaba.

Caminaba en la barda viendo el agua al otro lado, sin querer ver a Akane, cuando escuche que ella hablo.

—Estás molesto, ¿cierto Ranma? —preguntó.

Me quede callado, la respuesta era lógica, ella ya lo había dicho.

—Lo note desde el recreo, ¿alguien te hizo algo?

¿Qué si alguien me hizo algo? ¡Ja! No lo sé, dime tú... Pensé, pero mi respuesta para ella volvió a ser silencio.

—Sabes que puedes decirme —continuó al no encontrar respuesta por parte mía —después de todo soy tu... esposa ¿no? Puedes confiar en mi.

Sí, exacto. Por eso estoy así, por que eres MI esposa... Lastima que solo me atrevía a decir todo eso en mi mente. El silencio volvió a invadirnos, está vez fue más largo.

—Entiendo —su tono de voz había cambiado, ya no utilizo ese tono de voz tranquilo, ahora estaba molesta, y era mi culpa —a ti nunca te ha importado lo que somos, nunca Ranma.

—Eso no es cierto —esta vez si me anime a hablar, sentí que debía hacerlo.

—Claro que sí, nunca te ha importado —Su tono de voz era más fuerte y ya no me veía—. Nunca te ha importado, porque tu no me quieres, ¿no es cierto? ¿Acaso no es eso Ranma?

—¿Qué? ¿Pero qué cosas estas diciendo? —voltee a verla.

—¡La verdad! ¡Solo la verdad Ranma! —cuando termino de decir aquello ella comenzó a correr sin esperar alguna respuesta mía.

—¡Akane, espera! —comencé a correr atrás de ella con desesperación, sentía que debía arreglar las cosas, sentí que Akane estaba mal —¡Por favor Akane espera! —Ella era veloz, pero aun así yo sabía que podía alcanzarla.

Al ver por donde se iba, tome un atajo y conseguí llegar antes a la calle donde ella pasaría, cuando me vio ahí, se detuvo.

La escena qué vi entonces rompió mi corazón, Akane tenia la mirada agachada y varias lagrimas bajaban por sus mejillas, estaba llorando, y lo peor de todo es que era por mi culpa.

—Akane...

—Quítate Ranma, ¿para qué haces esto? —volteo a verme con sus ojos llorosos y enojados —déjame ¿qué a caso no es eso lo que quieres?

—Akane... yo —no sabía que decir.

Akane me empujó con su maletin y siguió corriendo, yo me quedé ahí, no sabía que hacer. Me sentía tan mal, sí acaso yo dejará un poco mi orgullo y le confesara lo mucho que la quiero, sí me atrevía a preguntarle de frente y sin discusiones quien era ese tipo; tal vez todo se podría arreglar, tal vez ella no lloraría como lo hace ahora, pero yo soy un cobarde y nunca le he querido decir lo que realmente siento por ella.

No quiero ver a Akane llorar por mi culpa, y esta vez no estoy dispuesto a perderla, esta vez, debo decirle lo que siento, sinceramente.

Salí corriendo hacia el dojo. Esperaba encontrar a Akane ahí, no sabía a que otro sitio pudiera ir, pero si ella no estaba ahí no me importaría buscarla donde fuera, hoy debíamos aclarar todo.

Entre rápido, tras cruzar la puerta Kasumi me cuestionó.

—Ranma ¿pasó algo? Akane entro corriendo, se veía mal —dijo angustiada.

—¿Dónde está? —me apresure a decir, estaba agitado.

—En su habitación, creo que se encerró.

Lo pensé un par de veces, no quería armar escándalos así que decidí ir por la ventana. Subí rápido y desde afuera la vi, estaba tirada en la cama llorando. Nunca la había visto así y esa imagen partió mi corazón.

Abrí despacio la ventana, aun así ella lo noto, lo cual era normal por sus habilidades. Levanto la cara y fijo sus ojos llorosos en mí. No dijo nada.

—Necesitamos hablar, Akane —dije, cuando ya estuve dentro de la habitación.

—No necesitamos hablar de nada, Ranma —dijo y volvió a esconder su rostro entre las cobijas.

—Necesitamos aclarar las cosas —continúe.

—Las cosas ya están claras —dijo sin voltear —Le diré a mi padre que nos separaremos, así podrás ser libre Ranma, así podrás ser feliz.

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