12

1K 138 30
                                    

Intentó pelear contra sus instintos.

Tiene en mente cada cosa que tiene qué hacer para llevar a cargo su plan, cada daño que causará con sus acciones.

Trató de hacerle entender a su cuerpo y a su corazón que esto solo lastimará más a ambos.

Pero la guerra al fin fue vencida teniéndolo como perdedor.

Sus labios comienzan a moverse dándole a entender al mayor que está feliz con lo que sucede, diciéndole de una forma no literal que desea que ese beso continúe.

Jeongin entiende y gira para dejar de hacer presión contra el cuerpo del pequeño porque cree que lo está lastimando.

Pero en ningún momento separa sus bocas.

Sus manos ocupadas por la cintura del más joven presionan su agarre en muestra de posesividad al igual que las del contrario que van a dar a su cabello.

Hay muchas maneras de describir este momento.

Malo.

Incorrecto.

Inmoral.

Dañino.

Pero solo tiene una presente.

Placentero.

La vida religiosa exige la castidad por obvias razones, había estado bien con eso, el sexo nunca fue una de sus cosas primordiales pese a la naturaleza del hombre, fue perfectamente capaz de no pensar en eso durante un buen tiempo.

Y aunque al inicio Felix no mostró ser alguna amenaza para su estilo de vida no fue hasta que conectó con él que realmente se convirtió en lo que es ahora.

Una fuerte, peligrosa y dulce tentación.

Los dedos de Felix hacen círculos en su cabello, sintiendo y olvidándose de pensar.

Los labios de Jeongin son curiosos, son rudos y suaves al mismo tiempo, denota un rastro de posesividad adornada con ternura.

Y si alguien sabe de besos es Felix pero se siente inexperto, tanto es así que hasta parece un novato intentando seguirle el ritmo.

Ese aliento refrescante, esa respiración tranquila poco a poco convirtiéndose en acelerada y esa lengua peleando con la suya.

Es algo difícil de encontrar.

El más alto separa sus bocas para mirarlo y nota la bonita cara de su protegido sonrojada, adornada con un sutil tono rosa en sus mejillas.

Felix intenta encontrar algún rastro de arrepentimiento en sus ojos, algo que lo haga apartarse pero lo único que encuentra en su lugar es la mirada de alguien que busca algo más acompañado de un agarre en su cintura haciéndose más fuerte con unos pulgares acariciándolo levemente.

Los labios del mayor se acomodan en una curva demostrando la felicidad que siente al probarlo, lo que hace sentir más confundido a Felix.

Se supone que esto es malo, no solo por el lugar en que se encuentran o por temas religiosos.

Sino porque él también está feliz, también quería besarlo, también quería sentirlo y al fin lo hizo y se siente bien.

Lo que lo vuelve peor porque sabe cómo terminará esto.

-Felix-nombra acariciando su cabeza.-¿En qué piensas?

-Honestamente no tengo idea, son tantas cosas-contesta agachando la cabeza.-Soy tan malo.

-No hiciste nada, intentaste evitarlo la primera vez, ¿no querías besarme?-cuestiona agachándose levemente para verlo a los ojos.-Si es eso, quien cometió la falta fui yo.

Mi Religión👠-jeonglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora