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-Felix, ¿de verdad tenemos que hacer las compras ahora?-pregunta Yeji bostezando.

-Sí pequeña, lo siento pero sino se nos hará tarde-afirma avanzando por el súper mercado.

Realmente no quisiera estar haciendo esto tampoco pero son responsabilidades que debe cumplir, quiere comprar las cosas necesarias para semana.

Su trabajo actual podrá no tener muchas ganancias comparado con lo que ganaba antes pero lo vale, igual le es fácil administrarse así que no presenta gran problema.

Al ser sábado en la mañana tendría que estar en la iglesia pero no pudo hacerlo, dejó al padre solo en su habitación cuando despertó y fue a casa porque no sabía que más hacer.

Todo esto está mal.

No debió involucrarse con Jeongin de este modo, él mismo se está saboteando porque se le hace más difícil completar su deber pero no puede evitarlo.

Le gusta demasiado.

En cuanto llenan el carrito van a la caja para pagar todo y salen del establecimiento, quiere tener sus ideas claras para saber qué hacer con el padre, son tantas cosas que pensar con tan poco tiempo para hacerlo.

Caminan con las bolsas rumbo a casa de Jisung para dejar algunas cosas para él y su hermano, Minho ya trabaja pero quiere ayudarlos lo más posible porque hacen lo mismo por él.

-Hola Felix-saluda detrás.-¿Es tu pequeña?

El nombrado no quiere girar porque sabe de quién se trata.

-No te detengas Yeji-ordena el bajito sin detener su paso.

-Vamos, ¿no quieres hablar?

-Ahora no, Spearb, vete-pide deteniéndose pero no gira.-Por favor, vete.

-¿Por qué? Tal vez Yeji quiera hablar conmigo, anda, sé un buen papá y edúcala bien.

-¿Papá?-cuestiona la niña confundida.

-Spearb cállate de una vez-reta por fin dándole la cara.-Lárgate.

-Ah, comprendo, no lo sabe-susurra burlón acercándose más.-No quieres que sepa que su papi es una puta, ¿verdad?

-Aquel que juzga no es mejor que el juzgado-interrumpen la conversación y ambos observan al hombre que se acerca.-El chico te pidió que lo dejaras en paz, así que vete.

El moreno observa con una sonrisa cínica a Jeongin que se hizo presente como una especie de héroe para Felix.

-Padre, un gusto-saluda ofreciendo una reverencia.-Un gusto conocerlo.

-No te he visto pasar por la iglesia así que perdona si no te conozco.

-No se apure, sea bienvenido-pide dándole una palmada en el hombro.-Nos vemos después.

Se despide alejándose sin mirar atrás, Felix lo conoce y sabe que está actuando estar tranquilo, suele ser muy explosivo.

Algo trama.

-Hola-saluda Jeongin agachándose a altura de la menor de todos.-Tú debes ser Yeji.

-S-sí -responde escondiéndose detrás de su papá.

-Él es el padre, Yeji, es con quien he estado trabajando-presenta el bajito sonriendo.

La niña al escucharlo sale lentamente de su escondite y observa al más alto curiosa, nunca ha ido a la iglesia pero ha escuchado cosas de ese lugar.

Algunas no muy agradables.

Pero el aura de ese padre lo tranquiliza y más sabiendo que es quien ha cuidado a su tío como él se ha presentado.

-Un gusto -saluda insegura de cómo debería hablarle.

-El gusto es mío-menciona enternecido y se pone de pie.-Felix.

-Hola padre-dice avergonzado por no haberle avisado de su partida.-¿Durmió bien?

-Como nunca en años, la misa acaba de terminar y salí a hacer las compras para mi comida de hoy.

-Lamento no haberme presentado.

-Oye, te dije que no quería presionarte, no hay nada de que disculparse-asegura acariciando su hombro.-¿Tienen hambre?

-Sí gusta preparare su comida, igual que siempre.

-¿Me esperaran en casa?

-Claro.

El alto asiente sonriendo y le entrega algo de dinero para que compre lo necesario para los tres, este lo recibe y vuelven al supermercado dejando sus bolsas a la entrada.

No entiende cómo puede manejarlo tan bien.

Jeongin debería estar más confundido que él, incluso enojado pero parece sereno y se lo toma todo con calma.

Una vez realizadas las compras caminan a casa del mayor y entran al llegar, su hija observa todo con detalle asombrada de las cosas nuevas.

Felix por su lado prepara la comida tomándose su tiempo, tal vez debería irse una vez termine su trabajo como ha hecho los últimos días pero pasar un rato con Jeongin le parece demasiado tentador.

No debería pero su corazón se siente tan bien junto a él que no tiene como calmarlo, solo a su lado.

Al lado de Jeongin.

Las horas pasan y con la comida lista decide sentarse un rato, Yeji ha estado muy quieta porque no quiere romper nada, es un lugar desconocido.

La pequeña cae dormida en la silla y Felix la toma en sus brazos y la acomoda para que descanse mejor, le había prometido que al volver a casa la dejaría dormir más pero los planes cambiaron a último momento.

Una vez escucha la puerta abrirse se ve como el mayor se acerca con una bolsa de papel en la mano y una gran sonrisa en su rostro.

No hace ruido porque nota que la niña está dormida y no quiere despertarla.

-Deberías recostarla, ve a hacerlo-pide en voz baja.

Felix accede, se levanta de la silla y camina con su hija en los brazos y al llegar la recuesta siendo cuidadoso.

Sale de la habitación, entra a la cocina y ve al padre oliendo el vapor de una de las ollas que aún hierven.

-Huele delicioso-halaga tapando la olla de nuevo.-Muchas gracias.

-Gracias a usted, por todo-agradece riendo nervioso.-Perdón por no despertar a su lado en la mañana.

-Mientras no lo hagas de nuevo no tengo problema-bromea tomando su cintura y lo acerca más.-Te extrañé.

Felix quisiera dejar de llorar en algún punto, es lo único que ha hecho desde que lo conoció, no deja que nadie lo vea así ni siquiera su familia pero ese padre.

Logra traspasar esas capaz que él mismo se ha puesto y sin proponérselo.

-¿Por qué estás tan tranquilo? ¿No se supone que tienes prohibido hacer esto?-cuestiona Felix a centímetros de sus labios.

-¿Te parezco un padre convencional?-pregunta recibiendo una negación como respuesta.-Felix, hay muchas cosas con las que no estoy de acuerdo con la iglesia, no te preocupes por eso, quiero amarte, quiero que me ames y no te ates a ideas que a mí no me interesan, quiero estar contigo hasta que Dios me preste vida y velar por ustedes, déjame intentarlo.

Felix no soporta más y lo calla con un beso, pero hace más que callar a su protector.

Lo hace para callar su mente, callar sus ideas.

Tal vez pueda llegar a un acuerdo con Hyunjin, sabe cómo manejarlo.

Tal vez pueda arreglar su vida y mostrarles a todos que es alguien de fiar.

Tal vez, pueda ser feliz al lado de su hija y del hombre que ama.

Tal vez.

Mi Religión👠-jeonglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora