Rendido Al Poder

Prólogo - Macabro.

Recomendaciones

Esta es la historia de Asier, pertenece a la serie los lobos, pero se distingue de las demás porque en algunos capítulos se narran escenas violentas, que pueden herir sensibilidades. Se trata de un thriller erótico.
Es claramente una novela para + 21.

Gracias por vuestro apoyo. Pero si crees que no estás preparado para este tipo de literatura, no la leas. Dejala pasar de largo.

Narrador omnisciente

La mujer se levantó como cada lunes maldiciendo el inicio de la semana, algunos de sus amigos adoraban su trabajo, para ella solamente se trataba un día más, que la alejaba de sus sueños, ser pianista fue su deseo desde la más tierna infancia, y un desafortunado accidente la apartó de las teclas del instrumento que más amaba. Nunca sabría si hubiera podido ser una artista reconocida, ni si pudo triunfar encima de un escenario. El destino cruel se encargó de romper todos sus sueños, impidiéndole alcanzar la gloria.

Entró en el hogar al cual acudía cada mañana. Su cometido consistía en llevar a rajatabla la casa de la familia. No era una simple empleada de hogar; ella organizaba el control de esa casa con mano férrea. El Dr. Pardo era uno de los más reputados profesionales en el campo de la oftalmología. Él no solo dirigía una de las clínicas más prestigiosas, sino que conseguía milagros, devolvía ilusión a muchos pacientes que la habían perdido y ese detalle era algo que ella admiraba.

Después de organizar las tareas de la primera hora de la mañana, se acercó a la puerta de servicio. El lujoso piso contaba con varias entradas. Ella, como todos los empleados, usaba la destinada al servicio.

Se dirigió hasta la puerta dispuesta a regar las plantas. Grandes maceteros se sentían
enmarcaban el amplio vestíbulo. Adoraba la vegetación, las plantas otorgaban vida a todos los espacios, impregnándolos de un aura especial.

Salió, y antes de poder evitarlo, tropezó con un pequeño paquete que descansaba en el felpudo, y le extrañó el hallazgo. No era común recibir nada en esas circunstancias, sobre todo cuando el edificio, uno de los más lujosos de la ciudad, tenía un portero, y normalmente él se hacía cargo de todo lo que se enviaba a sus ocupantes.

No pudo evitar la curiosidad, y pese a sus dolores de espalda, se agachó a recogerlo. Agarró el embalaje con alguna reticencia; sin embargo, lo observó con detención. Se trataba de un sobre usual de color marrón de esos que se usaban normalmente para proteger el contenido.

En la parte delantera observó el nombre de su jefe en letra de imprenta. Lo giró con cuidado, dispuesta a entregárselo a la dueña de la casa, cuando reparó en que una esquina estaba abierta y por ella se adivinaba una pequeña bolsa plástica con un tipo de polvo marrón que parecía café. Muerta de curiosidad, introdujo uno de sus dedos para poder distinguir el contenido con más detalle y al fijarse con detenimiento descubrió algo verdaderamente macabro y perturbador. Dejó caer el paquete que cayó a sus pies, estrellándose contra el delicado mármol, como si quemara, y no pudo evitar el grito desgarrador que salió agudo, lastimando su garganta…