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—Iré.

—¿Cómo que irás?

—Iré.— Volvió a repetir Wonwoo con una ligera sonrisa.

—¿Cómo que vas a ir?— Repitió Mingyu con un tono de voz que expresaba confusión y enfado a la vez. —¿Después de lo que pasó de verdad vas a ir?

—¿Por qué no? Tu madre quiere que vaya.

—¡Pero-! ¡Eso no es así, Wonwoo! Si vas tiene que ser porque tú de verdad quieras, no porque mi madre te lo haya pedido.

—Pero es su cumpleaños.

—Wonwoo, cariño.— Mingyu le acarició la mejilla. —Nada de eso importa. Lo único que importa es que tú, de verdad, quieras ir.

Wonwoo se quedó en silencio durante unos segundos, escuchando el ruido del tráfico y de la gente que andaba por las calles, pues ambos estaban sentados dentro del coche.

—Iré.— Terminó por decir.

Mingyu suspiró.

—Está bien.

—¿Le has comprado un regalo a tu madre?

—No, aún no.

—Entonces vamos a buscarlo ahora.

—¿No quieres comer? No has comido aún.

—Comeré luego.— Sonrió Wonwoo. Siempre le había gustado ir a comprar regalos.

—De acuerdo.

🌼🌼🌼🌼🌼🌼🌼🌼

A la mañana siguiente, Mingyu fue el primero en despertar. Se quedó un par de minutos tumbado en la cama, viendo como Wonwoo dormía tranquilamente.

Sonrió al ver como el menor empezaba a moverse, despertándose.

Wonwoo abrió vagamente los ojos, volviendo a cerrarlos al instante por los rayos de sol que entraban en la habitación.

—Buenos días, cielo~ —Dijo Mingyu mientras dejaba suaves besos por la cara del más joven.

—Hyung...

—¿Sí?

—Creo que estoy algo mareado...

—¿Sí? ¿Anoche te encontrabas bien?

Wonwoo asintió.

—Pero... es solo si muevo la cabeza.

—¿Quieres tomarte una pastilla?

—Hum, no.— Wonwoo puso mala cara. Nunca le había gustado tener que tomar medicamentos. —Si no se me pasa, entonces me tomaré algo.

—De acuerdo.— Mingyu besó su mejilla. —Voy a hacer el desayuno y te lo traeré a la cama.

Quince minutos después, ambos desayunaban en la habitación.

—Oye, Won. Si quieres puedo decirle a mi madre de aplazar la comida para otro día.

—No, hyung. No te preocupes. Estoy bien.— Wonwoo sonrió.

—¿Seguro?

—Segurísimo.

—De acuerdo...

🌼🌼🌼🌼🌼🌼🌼🌼

—¡Pasad, pasad!— La señora Kim dijo alegremente una vez abrió la puerta y se echó a un lado para dejar paso a su hijo y su pareja.

Mingyu y Wonwoo dejaron sus zapatos a un lado y se encaminaron al comedor, donde ya estaba el padre del más mayor.

—Hola.— Dijo Mingyu a secas.

—Hola.— Respondió su padre.

Wonwoo se inclinó un poco hacia delante, saludando de una manera más educada.

—Sentaos.— Sonrió la señora Kim mientras ponía una fuente con comida en medio de la mesa. —Os serviré.— Echó comida a cada presente en la mesa antes de tomar asiento.

Wonwoo se inclinó un poco hacia Mingyu, que estaba sentado a su lado.

—Hyung, ¿puedes cambiarme tu plato?— Intentó susurrar, aunque sabía que los padres de Mingyu le escucharían igualmente. —Es que tiene mucha cebolla...

—Claro.

—¿Cambiar el plato? ¿Esa es la educación que te dieron tus padres?— Intervino el señor Kim.

—No importa, me lo comeré así.— Wonwoo forzó una sonrisa.

—No, Wonwoo. Puedo cambiarte el plato-

—Déjalo, hyung. Está bien así.

Empezaron a comer en silencio, hasta que el padre de Mingyu decidió hablar otra vez.

—Y, dime, Wonwoo. ¿Quiénes son tus padres? A lo mejor los conozco.

Wonwoo tragó antes de hablar.

—Mis padres están muertos, así que dudo bastante que los conozca.

El silencio volvió a reinar sobre la mesa. Hasta el mismo Mingyu se sorprendió con la respuesta tan directa que había dicho Wonwoo.

—¿Qué les pasó?— Habló el señor Kim.

—Papá, suficiente.— Mingyu sabía que su padre había notado que el tema de los padres de Wonwoo era un asunto delicado, por eso insistía tanto. Le encantaba hurgar en las heridas emocionales de la gente.

—Solo era una pregunta curiosa.— Se defendió el hombre.

—Mi madre murió de una sobredosis y mi padre se ahorcó en casa. ¿Eso es suficiente para satisfacer su curiosidad?— Wonwoo respondió, obviamente molesto. Él intentaba tener una relación cordial con el padre de Mingyu, pero aquel hombre tampoco ponía de su parte.

La señora Kim se aclaró la garganta para intentar aliviar el silencio pesado e incómodo que se había creado en la sala.

—Bueno. ¿Qué tal si vamos ya a por el postre?— Sonrió mientras se levantaba y quitaba algunos platos para llevarlos a la cocina.

—Yo le ayudaré.— Wonwoo también se puso de pie.

—No, déjalo, Won. Yo-

—Tranquilo.— Interrumpió mientras cogía el plato de Mingyu para llevarlo a la cocina también.

La señora Kim y Wonwoo volvieron a la mesa un par de minutos después. La mujer llevaba una caja y el más joven unos platos.

—Wonwoo, espero que te guste la tarta.

—¿A mí? Claro.— Sonrió levemente.

—Genial.— La señora Kim abrió la caja donde la tarta estaba metida y, antes de que pudiese hacer nada, Wonwoo había salido corriendo al baño y Mingyu fue tras él.

—Wonwoo, vamos a ir al médico.— Dijo Mingyu. Estaba sentado en el suelo del baño, sujetando a Wonwoo, que acababa de vomitar.

—No, no. Seguro que ha sido por la cebolla, hyung. Es que tenía mucha y se me ha revuelto un poco el estómago...— Sentenció Wonwoo mientras Mingyu le ayudaba a levantarse del suelo.

—Vamos a ir de todas formas.

—Pero ya estoy bien...

—Mamá, me llevo a Wonwoo al médico.— Explicó el mayor mientras recogía su chaqueta.

—¿Se encuentra bien?— Preguntó la señora Kim.

—Sí-

—No.— Rectificó Mingyu.

—Llámame cuando sepas algo.— Dijo la señora Kim mientras les acompañaba a la salida.

—Claro.

Imperfect love • {Meanie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora