CAPÍTULO 2

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#2#

Leyna|

Cuando porfin mi madre dejo de gritarme cosas, me advirtió que a la siguiente vez estaría castigada (sí, tengo 19 años y aún me castiga) así que no le dí mucha importancia, estaba tan acostumbrada que hasta dejaba que me pusiera castigos sin necesidad de intentar justificarme. Hicimos los trabajos de la universidad Jessica y yo juntas para luego cenar lo que nos preparó mi madre. Esta noche mi padre estará ocupado (como la mayoría de las veces) así que cenamos solo nosotras tres, aunque fue algo incómodo porque mi madre estaba aún molesta por lo de antes y Jessica hablaba como si nada hubiera pasado ese día.

Llegó la hora de dormir, así que subí a mi habitación con Jessica pisándome lo talones. Entramos y preparamos el colchón en donde suele dormir Jessica cuando se queda conmigo. Mientras le preparaba el colchón una brisa fría me golpeó y me fijé en la ventana que está estaba abierta.

Me acerqué a ella para cerrarla pero antes vi a uno de mis nuevos vecinos -era el mayor de ellos- parecía que esa era su habitación, porque tenía una cama, armario, estantería, escritorio y otras cosas más que tendría una habitación pero estos son mas lujosos, su ventana quedaba justo en frente de la mía así que se podía ver claramente lo que pasaba dentro porque la luz estaba encendida y eso iluminaba toda la habitación.

Estaba acostado en la cama con la espalda apoyada en el cabecero, con una mano sujetaba un cigarro y con la otra un libro, estaba sin camiseta por lo que no pude evitar fijarme en su torso, definitivamente estaba bien definido, me fijé en el unos momentos hasta que sentí una oleada de calor, pues no todos los días se puede ver a un chico tan sexy sin camiseta, y encima leyendo un libro.

De pronto subió su mirada hasta que se encontró con la mía, me pillo desprevenida por lo que no supe como reaccionar, me quedé allí quieta sin hacer nada, joder... que vergüenza me había pillado mirándolo con descaro, no pude evitar sonrojarme. El no apartó la mirada y el color carmesí en mis mejillas solo aumentaba, pero al parecer a el le divertía porque pude notar una pequeña sonrisa de medio lado que hasta parecía una de esas sonrisas que ponen los psicópatas o un villano que le fue muy bien en su plan.

Al ver que el no iba a apartar la mirada, quise dar el primer paso yo (por así decirlo) así que aparté la mirada cerré rápidamente la ventana, volví a darle un vistazo rápidamente y luego corrí la cortina. Y decir que en esa casa hace unos días no había ni un fantasma allí por lo costosa que era que siempre veía lo mismo -nada- hasta llegar al punto de está noche en dónde me han ofrecido una de las mejores vistas -Okey no debí haber dicho eso, por 1. mi madre me mataría y 2. se supone que soy la chica ''perfecta'' y la que da ''buenos ejemplos'', así que como buen ejemplo, no violes a un chico con la mirada desde tu habitación, no importa lo guapo que sea- así que no sabría decir si eso es bueno.

Me dí la vuelta para fijarme en Jessica, pero ella estaba tan ocupada recogiéndose el pelo para dormir que para mi suerte no notó nada.

Me acerqué hacia mi cama y me tumbe, me quite la goma de pelo que sujetaba mi cabello para así dejarlo libre, yo a diferencia de Jessica me gusta dormir con el cabello suelto, pues era más cómodo para mí. Mi cabello era negro ondulado y muy largo que siempre lo tengo recogido menos a la hora de dormir y el de Jessica era castaño, liso y corto, pero se lo podía recoger aunque unos mechones siempre quedan fuera.

Jessica se giró hacia mí y me pregunto susurrando

-¿Crees que tu madre aún sigue despierta?

-No, cuándo llega la hora de dormir cae directamente en un profundo sueño ¿porqué?

-Por qué tengo mucho de que hablarte y lo que te tengo que decir no te vendría muy bien que lo escuché tu madre

-Dilo ya que me estas poniendo nerviosa, y mas te vale que no sea algo de tus tonterías- le dije con desesperación

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