Monster Hunter "La venganza del Fatalis blanco"

Prólogo

Una pila de cadáveres yacía sobre los alrededores de la gran torre, el gran dragón blanco empezaba a sentirse las muchas horas de combate, en las cuales estuvo bajo asedio todo el tiempo, los incontables cazadores inmersos en la batalla se encontraban igual cansados, pero la determinación iba forjando cada una de sus acciones, el objetivo del gremio y de la humanidad se podía palpar, pero aún faltaba mucho para que pereciera...

¡Esperen! esto no puede ser contado así, esta historia al igual que cualquier otra, merece ser respetada, así que...

Cuenta la leyenda que donde la luz baila como estrellas en el cielo, un inmenso dragón blanco habitaba, ante la codicia de fama y reconocimiento, una legión de cazadores comandada por los dos hombres más temerarios en la historia de todo el mundo. Uno se llamaba Ayari Atsushi, guerrero conocido por su compasividad, pureza y valentía, aunque era jefe de muchos, mantenía en todo momento sus buenas acciones y buen andar, aunque por fuera no parecía así ya que tenía un cuerpo de gran tamaño e igual corpulencia, mirada muy fuerte, y su gran martillo que cuando lo empuñaba cambiaba el destino de muchos, o lo eliminaba, en ningún momento he dicho que era un asesino sino que no le dejaba presas a nadie, simplemente era deslumbrante. Por otro lado estaba Ryuji Shiro, aunque eran amigos, sus personalidades eran diferentes, Ryuji era como un dragón, su larga y ancha katana oscura forjada con materiales exclusivos y complementada con otros aún más, haciéndola así más fuerte, era un samurai como ningún otro, su cuerpo era delgado pero de músculos muy definidos, en ocasiones su temperamento era cruel, causó la muerte de muchos, a pesar de todo fue querido por muchos pero también odiado, debido a su gran codicia, su amigo, por no verlo morir lo acompañó hasta el último segundo de su vida. Si, lo acabo de decir, esa fue la última batalla de ellos y sus últimos momentos sobre la tierra. Le dejaron a sus allegados todo un gran imperio que desde sus inicios lo habían comandado. El debilitado dragón permanecío oculto recuperando su vitalidad, pero un día, cobrará venganza.

Hoy 17 años después, un chico llamado Tatsuo Shiro, descendiente del mismísimo Ryuji Shiro el cual salió al combate dejando su mujer con pocos días para el parto, su nivel de ambición por reconocimiento era tan grande que salió antes de que naciera, para que regresando de su gloriosa victoria, vería por primera vez a su hijo, lástima que no sucedió así. La familia Shiro la cual gobernaba la mitad del Reino comandada por la viuda, antigua mujer de Ryuji, Asami Shiro, a causa de todas las tragedias provocadas por la ambicion de Ryuji, era rechazada por la gran mayoría de los habitantes, los cuales querían que entregara su parte del reino a la muy querida familia Atsushi  quienes gobernarían todo el Reino. Pero por alguna extrana razón ella se oponía, digo extraña porque en ningún momento, se había segado por el poder. Tatsuo desde pequeño odiaba la descriminación hacia él solo por ser su hijo, esto causó que a temprana edad renunciara a su apellido y a toda la fortuna , después de ello se fue para una pequeña aldea a los alrededores de unas grandes montañas nevadas. La aldea se llamaba Pokke, aunque tenía un gremio, su principal economía era la cría de Popo y afortunadamente una familia lo adoptó, la familia Ishikawa. Dicha familia estaba constituída por Tsutomu, hombre de gran tamaño y corpulencia, toda su vida se vio involucrado en trabajos fuertes relacionados con la construcción, ya sea de madera o piedra. Takara mujer de Tsutomu, era como su tesoro, delgada y muy bella, el gran amor familiar entre ellos era incomparable. En dicho amor nació y creció la joven Taeko, niña de muchas bendiciones, tan bella como su madre y dos años menor que Tatsuo. Desde su entrada a la familia, les había contado de su procedencia, y este de igual forma fue aceptado.

Bueno... Suficiente introducción.

Nuestro protagonista Tatsuo Ishikawa corría a toda velocidad para abrir la puerta de la casa.

Tatsuo: Mamá ya llegué.

Su alegría era incomparable pues había sido aceptado por el Gremio.