♡ tres

1.9K 175 29
                                    

Estaba de más decir que no mucho había cambiado desde la última vez

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba de más decir que no mucho había cambiado desde la última vez. Además de un par de momentos donde Taehyung había pedido abrazos o simplemente se había acurrucado contra Seokjin cuando este estaba en el sillón.

Si, aún seguía con su idea de tratar de comportarse como un “adulto”, si es que siquiera había una definición para ello.

Y por el otro lado, estaba Seokjin buscando la manera de no descontrolarse y comérselo a besos cada que lograba apreciar un pequeño e inconsciente (pero tierno) puchero en sus labios. Y claro, buscando la forma de llenarlo de cariño sin hacerlo sentir como un bebé.

«Que difícil es ser yo»

Así, se encontraban ahora mismo recostados en el sillón, aunque sin decir palabra alguna. No estaban peleados como tal, pero seguían asfixiandose con ese ambiente incómodo en el que ninguno lograba expresar con claridad lo que pasaba por su mente.

—Tae, ¿quieres salir a algún lado? —pregunta de repente el mayor de la relación, buscando romper con ese silencio que tanto estaba abrumandolo.

—Mmm... No —niega rápidamente, volviendo a acurrucarse contra su pecho.

—O tal vez quieras invitar a Minie o Kookie...No lo sé, lo que quieras está bien para mi.

«i Kiikii» Oh no, esta tonta conciencia metiéndose otra vez donde no le llamaban.

—¡No! Quiero que estemos solitos, Jinie y Tata, Tata y Jinie.

Oh oh, ese había sido el lado infantil del que tanto quería deshacerse. Seokjin no pudo evitar sonreír. 

—Entonces cocinaré algo para ti ¿si? Tú sólo debes recostarte y lucir bonito mientras esperas a que tu guapo novio te alimente —Afirma besando su frente, después de todo, ¿ser un adulto no le impedía consentirlo, verdad?

—Quiero ayudarte.

Ah, era tan necio.

—Pero no te gusta cocinar Tata...

—Taehyung.

—No te gusta entrar a la cocina, Taehyung —se corrigw a si mismo luego de la observación, tomando la mano de su pareja antes de cerrar los ojos y asentir—, aunque... Olvídalo, ven conmigo.

—Debo aprender a cocinar Jin, no puedes hacer todo por mi.

Había algo de cierto en eso, suponía. No era como que Jin hiciera todo por él, siempre se habían repartido las tareas en su hogar de una forma equitativa. Simplemente Seokjin lograba encontrar la manera de consentir y hacer descansar a su novio, amando en especial ver su sonrisita cuando aparecía en la habitación llevando una rebanada de algún postre y una manta para acurrucarlo y mimarlo. O aquellas veces en que se había apresurado en ordenar la casa para que su lindo novio pudiera tomar una siesta y prepararse adecuadamente para sus exámenes. Dios, como necesitaba hacer eso.

—Bueno... Puedes cortar las verduras, planeo hacer bibimbap.

—¿Ves? Eso es simple, claro que puedo hacerlo.

—¡Me duele! Jinie... Digo, Jin, con cuidado.

Y ahora estábamos con ambos adultos en el baño, uno con su dedito cortado y otro tratando de lavar su pequeña herida y colocar una bandita en esta.

Seokjin se regañó mentalmente, definitivamente alejaría a Taehyung de los cuchillos durante los siguientes 30 años. Y por otro lado, la cabecita del menor le aseguraba que seguramente uno de esos cuchillos estaba enamorado de Seokjin y conspiraba en su contra, si, eso debía ser.

—Tae, si te mueves mucho pondré mal esto y tendremos que iniciar de nuevo.

—No no no, estoy quieto —Asegura dejando de patalear y de moverse, notando a Seokjin acercarse con una bandita simple y sin dibujitos. De las que tanto solía quejarse.

—Lo siento, se acabaron tus banditas de dinosaurios.

—No, está bien, son para niños.

Y aunque eso es lo que sale de sus labios, lo único que quiere es patalear y quitarse esa cosa aburrida de su dedito. Animo Tae, tienes una imagen de adulto serio que mantener.

—Listo.

Este era el momento en el que Seokjin lo hubiera acurrucado en sus brazos, mimado y empezado a llenar de tiernos besos alrededor de todo su rostro. Además de haber regañado a los cuchillos por atreverse a dañar a su preciado ángel de esa manera. Pero no no, el señorito quería lucir serio.

—Terminaré la comida y te llamare ¿si? —Deja un sutil beso en su frente, saliendo del baño y volviendo a la cocina.

«No nos cargó a la camita por tus caprichos, cara de yogurt» Tú no te metas conciencia, shhhh.

Ese día comieron en silencio, aunque al menos, Seokjin parecía irse acostumbrando a sus nuevas actudes, o al menos eso lograba aparentar.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Yo soy tu bebé! | JintaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora