Este plan debe funcionar, me esforcé investigando, contraté a un chico para que me encontrara todo lo necesario, ¡y aquí está!
—Ja ¿Estás solo tú? ¿Ya se fue tu profesora? — pregunté de forma altanera.
El niño rubio de ojos rojos solo me miro un instante, sin mostrar emoción alguna, y volvió a su lectura.
—Claro, claro ya se fue y te quedaste estudiando ¿no? – camine hacia él confiadamente — Lástima, traía un postre popular del continente oriental a la maestra Williams, ella es tan amable, dulce, y hermosa... —me eche el cabello para atrás fingiendo lamentarme.
Le hago un gesto a mi sirviente Steven que cargaba una bandeja, y procedió a dejar los dos postres en la mesa.
Tome un plato y lo deje frente al niño.—Cómetelo.
Entonces baja el libro con los ojos bien abiertos, parecía algo incrédulo, me ve primero a mí y luego al postre.
¡¿Por qué te ves tan sorprendido?! No tiene veneno ¿sabes?
—E-esta preparado exclusivamente por el cocinero en jefe —agarré la silla y me siento a su lado, doy la primera probada. —¡Mm!
¡Delicioso!
Ah no puede evitar saborearlo de nuevo, cuando lo probé la primera vez tuve deseos de llorar. Estoy seguro de que le gustará.
Después de comer el segundo bocado borre mi sonrisa e intente una vez más.—Cómetelo, y si ves al cocinero dile que te gustó, me la pase varios minutos convenciéndolo para que lo preparará.
Hans estuvo en silencio un momento, parecía estar pensándolo, hasta que vuelve con su libro y dijo sin más:
—Después.
Hijo de la... ¿eh? Un momento, creo que este es un avance ¿no?
Me quede quieto sin saber cómo reaccionar por unos segundos, no podía alegrarme por esto así que solo fingí estar indignado y comí lo más rápido que pude, me levante, y al estar en la puerta simplemente digo de mala gana.
—Adiós— y me retiré.
Camine por el pasillo a paso rápido, luego mi sirviente me alcanzó, y comienzo a bajar la velocidad.
¿Todo resultó bien?
-suspiro.
—Joven amo, ahora debe prepararse para su clase.
Mi sirviente personal Steven es mayor que yo, tiene 18 años, en verdad es profesional en su trabajo, jamás se pasa de informal conmigo a pesar que le he pedido que hable normalmente en ocasiones, y casi nunca habla de temas que no corresponda a su labor, por eso mismo pienso que probablemente se pondría de lado de su verdadero jefe, mi padre, jamás le ha ocultado nada, aunque siempre es objetivo. Bueno... solo hace su trabajo, además su expresión seria, peor que la de Hans, no me dice nada.
Solo asentí a su recordatorio.
Debía prepararme para mí clase de ciencias, una clase que en verdad me gusta, no como la clase de historia de esta mañana.
Transcurrió el día, y estando en la cena mis "padres" elogiaron el postre, mousse de té matcha con bizcocho de chocolate, le di todo el crédito al viejo cocinero. Cuando el viejo Jared fue halagado por la receta, me menciono, pero la pareja de casados no le dio importancia, y por supuesto a la hermosa niña albina y al niño de cabello dorado tampoco.
En mi habitación, me preparé para dormir y luego despedí a mi sirviente que ya había cumplido con un pequeño encargo que le había pedido.
Tome la libreta que mantengo oculta y me desplomé boca abajo en la cama, estoy así mucho tiempo hasta que me digne a darme vuelta y le doy un vistazo por enésima vez a mis apuntes, solo alumbrado por la lámpara de aceite de mi velador.
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Me Convertí En El Hermano Desdichado
Teen Fiction"Reencarné en la princesa malvada" es el nombre de la novela que leí ¿Y ahora? Transmigré en el hermano de uno de los principales personajes, aquel hermano ¡Que tiene un final horrible! tanto en la novela original que leyó la protagonista reencarnad...