Capítulo 2

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— Padre.

El hombre rubio de ojos azules bajo el tenedor y me miro con esa expresión gélida que siempre me da.

— Quiero tener un gato — dije.

Hubo un momento de silencio y luego escuche una carcajada de la hermosa mujer.

— ¿Un gato? Ya estas bastante grande para pedir esa clase de cosas, cariño.

Solo ignore su burla y espere la respuesta de mi padre.

— ¿Por qué quieres un gato? Ya tenemos un perro.
— No es mío, es de Gwem y Hans.
— Es igual.
— Pero nunca puedo jugar con él.
— ¿Jugar? – interrumpió otra vez mi madrastra –Estas en la edad de concentrarte en tus estudios, en vez de pensar en jugar.
— He estado estudiando mucho, le puede preguntar mi rendimiento a mis profesores madre —ella entrecerró los ojos hacia mi molesta, pero rápidamente cambio su expresión para mirar a su esposo y otra vez a mí.
— Por eso debes mantenerte así como estas, un gato solo sería una molestia.
— Es cierto –sentencio mi padre, y todos solo volvieron a su comida.
— No me gustan los gatos – comentó Gwen haciendo un puchero— Además a Momo no le gustaría.

Su madre le dio la razón y comenzaron a charlar de lo lindo que es su querido perro.
Me aguanto las ganas de insistir, ya sé como terminaría, esto se volvería otra horrible discusión y yo sería castigado otra vez, así que solo las ignoro y continúo con mi comida.

¡Cierto! no debo parecer molesto, en este momento tengo que verme lamentable para Hans.

Cambie mi expresión y mire al niño, pero este no me mira.

Agh ¿qué esperas? Mírame de una vez, ¡a tu triste hermano mayor!

— A Hans tampoco le gustan los gatos — expresó de repente Gwen, seguramente notó mis miradas, esta niña es bastante perspicaz — Rasguñan, y en un libro leí que son traicioneros y egoístas ¡Podría lastimar a Momo! —y miró a al niño a su lado — Tampoco te gustan los gatos ¿Verdad hermano? –preguntó dulcemente.

Hans se encoge de hombros, y respondió:
—No, no me gustan.

Gwen se alegra mucho al escuchar su respuesta, y me mira con una sonrisa torcida.

Ay esta niña ¿Qué demonios le pasa?

Me muerdo el labio sin poder evitarlo, hago lo posible para no mirar a Hans, no quiero darle una mirada de reproche o que piense que estoy muy enojado.

En esta casa no puedo jugar con Momo, ni siquiera acariciarlo, de lo contrario Gwen me acusa falsamente que lo golpeé o molesté, por eso antes había intentado verlo a escondidas, pero seguramente algunos sirvientes me acusaron ya que mi madrastra o Gwen seguían con sus acusaciones.
.

Bueno, al menos lo intenté.

Pensé que al tener un animal lindo como un gato podría mostrar mi lado amable a Hans, en los mangas los personajes que dan miedo tienen algún personaje lindo a su lado para mostrar su buen lado...

Seguí comiendo y mire de reojo a mi padre un momento. Mis profesores me han dicho que le han informado de mi mejoría, pero al parecer comportarme o esforzarme en los estudios no sirve de nada, él solo se preocupa por su esposa y sus otros hijos.

Bueno, en realidad lo sabía gracias a lo que se menciona en la novela y los recuerdos en mi cabeza. Brad Lightner no puede deshacerse del resentimiento que tiene a su primera esposa, y esto recae en el hijo que tuvo con ella.

Mi única esperanza es ese mocoso de Hans...

En una parte de la novela, Scott contó su triste historia a las protagonistas (en ambas novelas respectivamente) para recibir alguna simpatía por parte de ellas.

Me Convertí En El Hermano Desdichado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora