¡Dios otra vez ha vuelto a pasar! Tengo que levantarme más pronto. Ya es la cuarta vez que pierdo el bus. Un retraso más y me pondrán un parte. Ah, espera que no me he presentado. Me llamo Alexandra, aunque todos me llaman Whiskey (es una larga historia). Y mierda, no encuentro mi móvil y estoy de los nervios. Me rindo. Voy a llamar a Oliver a ver si me acerca de camino al trabajo. Y no contesta. Paso de ir andando que es mucho y no pasa otro bus hasta dentro de tres horas. Creo que me quedar en casa y estar con el Netflix toda la mañana. Hoy no tengo ganas de aguantar a todas esas perras del instituto. No es que les odie, es que no me hace mucha gracia que respiren. Desde que llegue a esta ciudad las cosas no me han ido muy bien. Mis padres murieron, en el instituto abusos constantes y sólo tengo a Oliver como apoyo, porque todo mi mundo se ha esfumado. Buf necesito un pitillo, pero el muy cabrón se me llevó la cajetilla y el mechero y tendré que bajar a la calle. Aaaaj me puede la pereza. Además si me pilla fumando me va a matar y el trato se irá a la mierda: yo dejo de fumar y el dejará el alcohol. Se pone muy… no sé cómo decirlo, ¿atrevido? ¿violento? Buff. En esas ocasiones es cuando me tengo que alejar de él, cuando pierde el control. El timbre. ¿Quién será ahora?
