MIAMI 本 KOOKMIN MINI FIC

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En el medio del bullicioso salón de fiestas, Jimin había desaparecido de la vista de Jungkook apenas habían llegado al lugar con su hermana y sus amigos. Jungkook, quién había encontrado una escalera en la cual sentarse, sacó sus apuntes de comercio internacional que había llevado en un intento desesperado por estudiar, así que ignorando la multitud de personas que eran en su mayoría desconocidos para él, se dedicó a repasar las hojas ligeramente arrugadas que había preparado. Era impresionante, pero podía concentrarse sin problema alguno en aquel sitio. No fue hasta que sintió unas manos sacudiendo sus hombros, que perdió la concentración.

Jimin se encontraba de pie frente a él, su cabello rubio estaba salpicado de pintura fluorescente y su camisa de botones se encontraba abierta con runas dibujadas por la misma pintura en todo su torso.  Sus lentillas azules se clavaron en los apuntes de Jungkook mientras sostenía un frasco de pintura en sus manos. 

—¿En serio viniste a estudiar?

Jimin preguntó con el ceño fruncido.

Jungkook dejó los apuntes de lado y sin darse cuenta, fijó la mirada en el pecho descubierto de Jimin, detallando cada una de las runas que marcaban la piel pálida. Por un segundo, Jungkook creyó ver un poco de sonrojo en las mejillas del rubio, por lo que supuso que estaba viendo demás y apartó la mirada.

—Tengo que hacerlo, tengo un examen el lunes del cual me sé cero temas de tres temas.

—¿Y hasta ahora piensas estudiar?—Jimin habló con un tono juzgón y tomó asiento frente a Jungkook, cruzando sus piernas en flor de loto—. Si lo hubieras mencionado, no hubiera venido hoy. 

—No es justo que no salgas por mi culpa, tuve tiempo suficientemente para estudiar.

—Pero no lo hiciste y debes hacerlo si es que quieres graduarte con buenas notas, tenías que haberme dicho que debíamos quedarnos en casa.

—Mis padres están demasiado lejos de aquí, Jimin. No tendré esta conversación contigo como si fueras uno de ellos.

Jimin rodó los ojos y hundiendo sus hombros, decidió dejar el asunto de lado. Miró el bote de pintura en sus manos y recordando a que venía, sonrió en dirección a Jungkook.

—¿Quieres que te pinte algo?

—No, gracias. No parece algo muy agradable.

La sonrisa de Jimin desapareció junto a su entusiasmo en cuestión de segundos y Jungkook al percatarse que, en realidad, Jimin le había preguntado por qué quería pintarle, decidió retractarse de su respuesta.

—Estoy bromeando, quita esa cara —dijo Jungkook para intentar repararlo—. Claro que quiero, parece algo bastante divertido.

Jimin volvió a sonreír con entusiasmo y caminando a gatas hasta Jungkook, se acercó lo suficientemente cerca de él como para pintarle sin esfuerzo. Por un momento, Jungkook sintió que debía retroceder a la cercanía de Jimin, pues, estar tan cerca de este le hacía sentir más nervioso de lo que debía. Sin embargo, separarse de pronto sería demasiado extraño, por lo que se esforzó en que sus nervios no se notaran y dejó que Jimin eligiera lo que quisiese y le pintara el rostro.

Cuando Jimin terminó con su rostro, su mirada cayó en el pecho de Jungkook, quién sin decir palabra alguna, desabrochó los botones de su camisa blanca, dejando la piel al descubierto. Jimin dudó por unos segundos y su respiración comenzó a sentirse bastante pesada, lo cual hacía que Jungkook se sintiera aún más nervioso. Jimin deslizó el pincel por el cuerpo de Jungkook con cuidado y la sensación de la brocha sobre su piel le hizo sentir un ligero cosquilleo en el estómago, haciendo que por instinto tomara la mano de Jimin para detenerlo. El repentino movimiento logró desequilibrar al menor, quién en su intento de sostenerse y no caer contra el suelo, se impulsó hacia el cuerpo de Jungkook, tomándolo a él como apoyo. Ambos se mantuvieron en su lugar sin saber que hacer y como si la situación no pudiera ser más extraña, alguien paso demasiado rápido camino arriba de las escaleras y empujó a Jimin para sacarlo del camino, cortando por completo la poca distancia que quedaba entre ambos.