¿Destino? No lo creo

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Chiara

Me despierto súper temprano, no puedo más de la emoción, he sonreído tanto que ya me duele, corro al baño a darme una ducha y bajo a desayunar.

– Buenos días papá– saludo a mi padre que ya está en la mesa tomando su licuado de las mañanas.

– Buenos días pequeña ¿Has dormido bien?

– Ni te imaginas.

Y luego de estas palabras salgo de la cocina con una dona y una taza de café, lo voy engullendo de camino a mi habitación y entro al baño a cepillarme los dientes, tomo la mochila y bajo lista para marcharme al cole.

Paso por el despacho de mi padre y el y mi madre están conversando, la puerta está entreabierta y decido pararme a escuchar.

– Da igual si te gusta la idea o no, no podremos mantenerla encerrada aquí durante tanto tiempo– le dice ella a la vez que camina de un lado a otro haciendo un sonido irritante con los tacones– pronto cumplirá dieciocho años y hará lo que quiera, nosotros no podemos impedir nada.

– Yo no podré, pero tú si que puedes.

– No le voy a prohibir nada a mi hija– le grita mi madre roja como un tomate.

– Si que lo harás zorra.

Ahogo un grito y me separo un poco de la puerta, oigo lo pasos de mi padre y vuelvo a mirar; esta vez se ha levantado del sillón y camina en dirección a mi madre con cierta expresión de furia, la agarra por el cuello y le dice algunas palabras que no alcanzo a escuchar. Mi madre comienza a llorar y mi padre la suelta dándole un empujón, camina en dirección a la puerta y yo me dispongo a seguir con mi camino, no quisiera dejar a mamá ahí pero tengo miedo.

Voy bajando las escaleras y las lágrimas ruedan por mis mejillas, abro la puerta principal y me meto al coche tan rápido como puedo.

– ¿Ya podemos irnos?– me pregunta el chófer que me observa a través del espejo retrovisor.

Asiento ligeramente y salimos de la mansión.

Las palabras de mi padre, las de mi madre, las lágrimas de ella, la expresión de odio, todo me da vueltas en la cabeza. Zorra, zorra, zorra, hace eco en mi cabeza y no puedo evitar echarme a llorar en silencio, miro por la ventanilla y limpio las lágrimas que ruedan por mis mejillas.

En pocos minutos llegamos al colegio, es inmenso, la arquitectura es antigua pero linda, típico de Roma, los alumnos corren apresurados de un lado a otro, un grupo de chicas se ríen a carcajadas, un nerd recoge los libros que unos chicos le han quitado y lanzando al piso, dios el típico cliché del nerd que sufre bullying de los demás, río olvidando lo que pasó esta mañana, así es mejor, será mi primer día de clases y nada me lo va a estropear.

Bajo del coche colocando la mochila sobre el hombro; entro un poco perdida pero enseguida me oriento, voy directo a mi taquilla con ayuda de una secretaria y de ahí al aula que me corresponde.

– Bueno alumnos, hoy se integra una nueva alumna a nuestra escuela, será su único y último año de escuela, por favor Chiara Minobelly.

Entro al salón con la seguridad que me caracteriza y me posiciono al lado del profesor.

– Bien Minobelly preséntate a los que serán tus nuevos compañeros.

Los observo a todos, chicas de pelo oxigenado, chicos guapos que están claro de ello, un nerd que no podría faltar y ahí en medio del salón sentado con las piernas estiradas y los brazos cruzados sobre el pecho lo veo a él, al chico de todas las mañanas, el mismo pelo negro, los ojos café, la tez blanca, es el, decir que estoy al borde del infarto es poco, sonrío y voy directo al grano.

– Buenos días, mi nombre como ya ha dicho el profesor es Chiara Minobelly, he estudiado en casa desde siempre, mis padre han decidido que pase mi último año escolar en esta escuela para que pueda relacionarme con chicos de la misma edad que yo.

– Vaya, rarita– dice una chica al fondo de la clase, lleva la blusa de uniforme bien ajustada dejando ver la entrada de sus pechos y el pelo cobrizo lacio suelto, tiene exceso de maquillaje que hasta parece el payaso de It.

– Perdona ¿como has dicho?– le pregunto a la morena.

– He dicho rarita ¿Que? Si tienes problemas auditivos ve a radio macuto– me responde la morena con aire de sabiduría.

– Mira Barbie de carnaval radio macuto se le llama a la emisora imaginaria de la que parten los chismes, rumores y difamaciones, esos que tú misma dices,  no sé en todo caso la que debería atenderse eso eres tu.

Una exclamación de "oh" se escucha en todo el salón seguido de unas risitas. Pennywise me fulmina con la mirada y yo camino hacia el puesto que me han asignado.

La clase comienza y debo admitir que no ha sido tan malo, bueno eso creo, tal vez ya tengo una enemiga pero ¿quien dice que el payaso de It tenía amigos? Río para mis adentros y me concentro en la explicación. Un papel doblado cae encima de mi cuaderno y miro alrededor para ver de quién se trata, todos están concentrados el único que me mira es el. Desdoblo el papel y lo leo.

"Buena jugada chica inteligente"




Roma al revés dice amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora