La obsesión de Holder

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Holder

Vaya día este, no paro de pensar en Chiara, me siento raro a su lado, nunca antes me había pasado esto con una chica, es distinto a lo que he sentido antes, la veo y el corazón forma un maratón en mi pecho, se me encoge el estómago cada vez que la miro, me sonríe con esa perfecta dentadura y no puedo hacer más que sonreírle también, joder Holder te has vuelto todo un chico de libro cliché romántico; salgo del salón y la veo ahí confusa con algo que le acaba de decir Fabiana, ya está Fabiana en esto, ya me la imagino ahí haciendo de Cupido, me conoce demasiado sabe perfectamente que me gusta, aunque aún no comprendo por qué coño, es la primera vez que hablo con ella a pesar de que la veo desde hace mucho, la lógica es que te enamores de una persona cuando la conozcas bien, pero yo no, siempre pasa lo mismo, Holder el chico que una chica le habla y literal ya se ha enamorado. Veo a Chiara subirse a un coche negro seguida por dos hombres y el chófer.

– ¿Traes tu moto?– le pregunto a Carlos que camina a mi lado.

– Si. ¿por? ¿Necesitas que te lleve algún lugar?

– Si, vamos corre– le agarro x el brazo y corro con el detrás abriéndonos paso entre la multitud de estudiantes.

Llegamos al parqueo en menos de un minuto, nos subimos a la moto y nos colocamos los cascos.

– Rápido, sigue a ese coche negro– le grito a Carlos a la vez que arranca.

El coche va demasiado rápido no creo que logremos alcanzarlo.

– Joder rápido Carlos, se nos va a ir.

Sin protestar acelera aún más y logramos ir detrás del coche sin levantar sospechas. Lo seguimos por unos diez minutos hasta que estaciona enfrente de un gran portón que se abre lentamente, se puede observar a lo lejos que detrás hay una mansión, desde donde estamos no se puede ver bien pero si se que está bien protegida y tiene muchos guardias de seguridad.

– Vamos sigue un poco más hacia delante.

– No– se niega rotundamente apagando la moto

– ¿Pero que coño tío?

– Podrías dejar de hablar como español, estamos en Roma, Italia.

– Podrías acabar de comprender que soy de origen español– me bajo quitándome el casco y caminando en dirección hacia la mansión.

– Holder vuelve aquí.

– No, me gusta esa chica y quiero saber el por qué de tanto misterio que la rodea.

– No es recomendable que hagas eso.

– ¿Por que? ¿Acaso tú sabes algo que yo no?

– Si, bueno lo que se comenta por ahí, es que es hija de el rey de la mafia ¿Ni te diste cuenta?

– ¿De que hombre?

– El apellido, Chiara Minobelly, hija de el mafioso más temido, el rey de mafia, el que controla todo esto.

– Oh…

– Ahora entiendes por que no puedes.

– Me da igual, la quiero.

Roma al revés dice amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora