—Conozco un lugar que podría gustarte, vamos.Harry apreció una media sonrisa en la boca de Louis cuando comenzó a caminar tras él con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, fingiendo un andar despreocupado mientras le exigía a su pecho que dejara de parecer un tamborcito. Exigiéndose a sí mismo, en sí, que no perdiera el timón de la situación.
Anduvieron por las calles en un cómodo silencio hasta que llegaron a un pequeño bar iluminado con unas luces rojas de neón. Louis mantuvo la puerta abierta con su antebrazo después de que dos hombres salieran del lugar.
—¿Es aquí? —Se animó Harry a preguntar.
—Sí, aquí hacen las mejores hamburguesas que probarás en esta ciudad. —Louis, como todo un caballero, terminó de empujar la puerta y con una mano extendida, mostrando la palma, le indicó que pasara primero.
Harry se colocó su sombrero y luchando por no dar pasos torpes, entró.
Saber a Louis a su espalda lo puso nervioso. Una situación como aquella solo la había visto en alguna película. Le resultaba raro no haberse despertado ya en su cama, en su habitación de Inglaterra, comprobando que todo lo que había estado viviendo era, más que un sueño, algo quimérico.
El interior del bar era vanguardista y acogedor. Un cantante bajo un foco sombrío se encontraba sobre un pequeño escenario al fondo del rectangular mesón. La música no era del todo mala, a un volumen apropiado para poder conversar. Habían varios grupos de amigos y parejas bebiendo y comiendo. El ambiente de aquel sitio parecía envasar al vacío la adrenalina exterior de Las Fabulosas Vegas.
—¿Dónde nos sentamos?
—¿Qué tal ahí? —Louis señaló una mesa para dos en una esquina, adornada con una pequeña vela en el medio.
Harry jugueteó nervioso con sus dedos bajo la mesa cuando se sentaron allí.
—Dime, Bambi, ¿estás más tranquilo? ¿Persuadido en tu decisión de salir conmigo?
—No lo sé. —Bajó la mirada hasta la ridícula vela que adornaba la mesa—. Nunca había hecho esto antes.
—Ya veo. —Louis se cruzó de brazos sobre la mesa y se inclinó hacia adelante—. El asunto es que me cuesta creerlo. Eres hermoso.
Harry levantó la vista y los cansados y ojerosos ojos del hombre frente a él lo hechizaron. Como si todo a su alrededor se detuviese, silenciando el ruido y dificultándole la tarea de confiar en que aquello era palpable y real... Allí estaba nuevamente la sensación de estar en un sueño.
Se vieron interrumpidos por una voz cantarina. Una camarera los miraba con una enorme sonrisa, sosteniendo una libreta y un lápiz con gracilidad.
—¿Qué desean pedir?
—Tráenos dos hamburguesas belgas acompañadas con papas y una tabla de salsas para untar. —Miró a Harry y este asintió despistado—. Añade también dos cervezas y una botella de agua mineral sin gas, por favor.
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As de picas
FanfictionDos mundos completamente opuestos se verán las caras durante ocho días en Las Vegas. Un viaje que cambiará por completo la rutinaria y aburrida vida de Harry, un chico absorto en su enfermedad que nunca había salido de su pueblo.