Capítulo 5

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"¿En serio piensas eso?" Le miré incrédula. Una risa burlona se escapó de su boca.

"No sé" Me miró de reojo. Odiaba ser más pequeña que él, siempre me hacía ver como una enana. "Dímelo tú, Isobel." Cameron se volteó poniéndose frente a mí. Sus músculos estaban bien marcados, aún encima de la playera.

La música estaba a todo volumen. Un grupo de chicos corrían semidesnudos frente a nosotros, en estas fiestas no había nada que fuera imposible. Cameron me ofreció su cerveza, en serio me creía tan estúpida como para cogerla.

"Gracias pero no quiero." Dije incrédula y él bufó.

"Vamos Isobel se que quieres la cerveza." Me la extendió más. "Yo te conozco mejor que Nash, y sé que quieres cerveza aunque le hubieras pedido una soda." Su mano seguía ahí, esperando a que cogiera la cerveza, la necesitaba.

"Al parecer ya no me conoces tan bien, Cameron." Levanté una ceja, mis brazos estaban cruzado encima de mi estomago. No la iba a coger, no viniendo de él. "No quiero tu porquería de cerveza."

"¿No?. ¡por favor Isobel te conozco mejor que tu propia madre!." Parecía ofendido y al mismo tiempo desafiante. "¿Tu madre sabe sobre la vez que te escapaste a las dos de la mañana solamente para estar conmigo?." Era un maldito, estaba sacando sus armas y las estaba apuntando justamente a mi frente. "También la vez que fuimos a la fiesta de Zack y ella pensó que te quedaste a dormir con Ashley, ¿ella lo sabe?." Estaba apunto de explotar.

"Nena aquí tienes" Nash llegó y pude notar la sonrisa de lado que Cameron tenía. "¿Pasa algo?". Negué, tenía la mirada en la tapa de la Coca-Cola.

"Simplemente estaba preguntándole a Isobel sobre Kate, mi papá me había dicho que estaba enferma." No podía creer como era que mi madre se llevaba bien con él.

"¿Es eso cierto?. ¿Por qué no me dijiste que tu madre estaba enferma, Isobel?." Me encogí de hombros. El brazo de Nash estaba rodeándome los hombros.

Cameron siempre había sido mi vecino, desde pequeños estábamos juntos y él siempre iba a mi casa para ayudar a mi madre, y según ella a verme. Con el tiempo fuimos buenos amigos y mi madre nos influenciaba, se podía decir que ella siempre nos vio como una pareja, desde pequeños. Cuando se enteró que éramos novios se volvió loca. Después que terminamos me hecho la culpa a mí, aún sabiendo lo que pasó.

"¿Cómo no pudiste decirle nada si es tu novio Isobel?" La sonrisa maliciosa estaba nuevamente en su rostro. A veces no podía imaginar como ellos eran amigos, Nash era tan diferente a él.

"No pensé que fuera importante." Mi voz era venenosa. Maldito.

"Bueno, es tu madre tiene que ser importante." Nash estaba algo enfadado, lo deducía por su voz.

"Creo lo mismo." Cameron bebió de su cerveza.

"Podemos dejar de hablar de mi madre." Ya estaba incomoda con este tema de mi madre. "Voy al baño." Sin siquiera esperar una respuesta me fui.

Vagaba por el campus buscando el baño. El camino estaba vacío y las farolas iluminaban los senderos, quería desaparecer del mapa. A lo lejos podía visualizar el comedor, al fin un baño. Caminé lo más rápido posible ya que no quería perderme el sacrificio, era lo que todos esperaban en la noche luego de la iniciación, aunque ya muchos sabíamos lo que pasaba. El comedor estaba vacío, entre al baño y tampoco había nadie ahí. Dejé mi bolso en el lavamanos.

"Eres una idiota Isobel." Suspiré "En serio piensas escapar así de fácil de ellos, de todos, escapar así de Nash, de Cameron..." Mordí mi labio inferior. "Por más que te digas a ti misma que lo odias sabes que estas equivocada." Reí con ironía. "Soy una idiota." Dejé caer mi cabeza en el lavamanos. "Una buena idiota."

"Por más idiota que seas no debes ser tan dura contigo misma." Levanté la mirada asustada, miré por el espejo y ahí estaba Cameron. Sus brazos estaban cruzados sobre su estómago y estaba recostado de la pared.

"¡Lárgate de aquí!." Recompuse la postura. "Luego de la vergüenza con Nash aún tienes agallas para venir aquí." Fue más una pregunta.

"Solamente quiero las pases contigo, Isobel." Caminó unos tres pasos. "Soy un idiota, pero tú mejor que nadie debes saber eso."

"¡Claro que sé que eres un idiota!" Y sin darme cuenta me encontraba llorando y gritándole como loca. "Aún no sé que es lo que quieres de mí. ¿No te bastó con joderme la vida en casa?, ¿no te bastó cuando estabas con mi hermana?." Y salió disparado justamente hacia su cien como si fuera una bala.

"Isobel, yo..." Las palabras se trababan en su boca. "No quería hacerte mal." Fue lo único que salió.

"Claro que no querías." Limpié las lagrimas. La cabeza ya había comenzado a dolerme gracias a esto. "Tú nunca quieres hacer las cosas, pero siempre terminas haciéndolas." Cogí mi bolso y salí del baño, sentía que si me quedaba iba a explotar.

Los pasos fueron apresurándose hasta que me encontraba corriendo a toda velocidad por el campus, necesitaba mi cama, necesitaba dormir. Corrí hasta que no pude más, paré en un enorme árbol de pino que se encontraba al lado de un pequeño estanque. Me senté, y dejé que todo saliera. No estaba llorando, estaba gritando, tenía un dolor por dentro que me estaba comiendo desde hace tiempo. Maldecía el día en el cual conocí a Cameron Dallas, lo maldecía con todas mis ganas.

Me tumbé en la cama, mi cabeza dolía a montones. Miré el techo y por unos instantes quería haber estado lo más lejos posible de este lugar, estar lejos de todas estas personas, comenzar de nuevo. Mi celular vibro.

Cameron me dijo que te dolía el estómago y fuiste a casa, ¿estas bien preciosa?.

Nash

Mordí mi labio inferior y dejé el celular en la mesita de noche, lo último que quería era hablar con alguien. Mis ojos estaban tan pesados, no quería cerrarlos, pero aún así todo se volvió negro.

Miré a mis pies, estaban sucios y estaba descalza, jugué con las hojas de otoño que se encontraban entre mis dedos, era hermoso y me sentía en paz. Levanté la vista y me di cuenta que estaba en un lugar desconocido, jamás había estado aquí antes, los enormes árboles hacían de este lugar uno de los más bellos que había visto. Me levanté, y fue cuando me di cuenta que llevaba un vestido, llegaba hasta mis rodillas y el estampado era de rosas.

Examiné el lugar con la mirada, estaba completamente desolado. Observe a lo lejos un cuerpo parecía humano, un chico tumbado en el suelo. Corrí al ver que estaba inconsciente, me acerqué hasta él.

"¿Nash?." El cuerpo estaba al lado de un riachuelo, estaba pálido, sus labios morados. "¡Nash!." Lo sostenía en mis brazos, qué demonios era esto.

Mi estomago se encogió y mis vista se empaño, esto tenía que ser una pesadilla, sí, eso era, una pesadilla. El cielo comenzó a nublarse y en un abrir y cerrar de ojos ya no había hojas por ningún lado. Miré al cielo y la luna estaba ahí, sola, sin estrellas, se fue tornando roja en tan solo segundos.

"Luna de sangre." El viento susurraba lo mismo repetidas veces, como si quisiera que entendiera algo de lo que estaba pasando. "No dejes que pase." En ese momento sentí como mi mundo se derrumbaba.

Estaba jadeando en la cama, cómo podía ser esto posible. Miré a todos los lados y la habitación seguía igual -debía estar volviéndome loca-. Algo estaba mal, lo presentía.

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2015 ⏰

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Mi novio y mi ex: dos tontos juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora