[序文] Prólogo

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Tokyo, Japón

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Tokyo, Japón.

30 de Agosto del 2017






Estaba parada frente al arma sin temor a morir o salir herida. Aunque sabía que no había manera de salir bien de ahí, se mantuvo firme sin mostrarse débil e intimidada. No importaba, porque no había peor mal que estar emocionalmente quebrado.

Se lamentó el día en el que lo conoció, el día en el que lo dejó entrar a su vida y el día que le permitió entrar a su corazón. Para que ahora, él le este apuntando con un arma cargada dispuesto a matarla, todo porque él ya no tenía un corazón para compadecerse y darse cuenta del mal que se estaba haciendo así mismo y a ella.

—¿Sabes? —se cuestionó ella, mirando el arma y sonriendo como si la situación no le afectara en lo más mínimo—. Desde que comenzó todo esto, me he cuestionado todos los días sin parar como es que tu influencia sobre mi me hizo cambiar de rumbo.

»No supe en que momento me desvié del camino y comencé a hacer cosas por otros. Por ti. No lo hacía ni por mi familia, ni para mí misma. ¿Por qué hacerlo por ti, Manjirō? Fuiste todo para mi y estaba dispuesta a muchas cosas con tal de complacerte, Manji. Por tu culpa, mate a cualquiera que te mirara mal, a los que te amenazaban e incluso a los que se atrevían a tocarte. Destruiste mis principios y cambiaste mi objetivo...

Conectó sus ojos con el vacío de la mirada de Sano. Aún sin dejar de sonreír, se acercó más hasta pegar el arma a su pecho. Fue entonces cuando la mano del chico tembló ligeramente.

Ella tiró de su brazo y logró quitarle el arma. Manjirō quedó atónito. Solo había centímetros de distancia entre sus caras que casi podían sentir el aliento del otro. Por primera vez, Manjirō temió por si mismo cuando vislumbró un destello electrizante en los ojos de su compañera.

Los recuerdos le llegaron como un bombardeo que acabó destruyendo su mente. La terrible sensación de horror y arrepentimiento lo atormentó al darse cuenta del daño que le causó a la chica a la cual le había jurado lealtad y amor.

—Perdóname... —sollozó.

—Me liberaste de la peor forma posible, Manji —el fuego regresó a la mirada de la chica. La ira y la necesidad de sentir la sangre sobre su piel despertó al notar la mirada de arrepentimiento del rubio—. Tú no eres el único que obtiene lo que quiere cuando quiere. Yo siempre he sido peor que tú, mucho antes de conocernos e incluso después de esto. Sano Manjirō, vas a pagar por lo que me hiciste... así qué dime, ¿vives para mí o mueres por mí?

 así qué dime, ¿vives para mí o mueres por mí?

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𝐿𝑖𝑏𝑒́𝑟𝑎𝑚𝑒 | Sano ManjirōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora