-Sorprendente, simplemente eres una joven sorprendente... Más fuerte de lo que pensaba.
-¿De verdad piensas eso de mi? -dije con timidez.
-Es lo que veo en ti.
Un ardor invadió mis mejillas, que ni las lágrimas podían apaciguar.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Adelante.
-Puede que te tenga cabreada con las mismas palabras una y otra vez pero....¿por qué?, ¿por que te haces daño?
-Si te soy sincera siempre pensé que ese tipo de acto eran boberías o formas de llamar la atención.
Pero desde el momento en que te vez con una navaja en las manos, al punto clímax de tu llanto, ese llanto que te deja sin respiración comprendes y sabes lo que se siente. No lo haces por un motivo incoherente o sin importancia, lo haces porque no tienes escapatoria, lo haces para quitarte un peso de encima, lo preso en tu interior, eso que no puede salir con palabras, aquello difícil de explicar, lo haces para sentir paz.-¿Paz?
-Sí, paz. No digo que este bien lo que hago, ni mucho menos me siento orgullosa, pero pienso y me pregunto ¿Qué puedo hacer? Ya la he cagado bastante, prometí incontables veces que nunca volvería hacerlo, pero simplemente es incontrolable, no puedo manejarlo.
-¿Quieres dejarlo?
Ese cuestionamiento me llegó a los más profundo de mi subconsciente, ¿Qué si quería dejarlo? No, no podría ni aunque quisiera, estaba encadenada y ni siquiera una carta me liberaría no, de eso no....todo menos eso.
-No puedo, ni quiero -pronuncié.
Creo que estaba en lo cierto, he estado mucho tiempo haciendo esto que... La sola idea de dejarlo implicaría dejar una parte de mi, otra parte de mi.
No podría soportarlo. Estoy débil.
-Sí puedes.
-De igual forma no quiero, es mi Anestesia sin ella...no...no pu... ¡No puedo! seguir, ¿Cómo libero todo? ¡Colapsaré!
Al parecer medito mis palabras, y guardo silenció un par de segundos.
-Considérame tu nueva Anestesia - la seriedad de sus palabras, me dejaron perpleja.
-¿Qué quieres decir?
-Un pacto, tu me prometes dejar de lastimarte y yo te prometo ser tu confidente, tu amigo, tu terapeuta, te ayudare a encontrar "La Paz" que tanto necesitas y mereces, sin necesidad de herirte -dijo mientras me tomaba de las manos.
Nunca me habían dicho semejante cosa, sus palabras tan bellas, tan entregadas....
Las cosas que siento por Víctor aumentan con una intensidad inexplicable, él sería la ayuda que necesitaba, ya no eran sólo esos nueve papeles. Ahora tenía una Anestesia verdadera y maravillosa.Apreté con mayor fuerzas sus manos.
-Acepto -respondí.
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Las nueve cartas y sus miedos.
Teen FictionMe llamo Elisabeth, mi edad no importa en este momento, sólo necesito que sepas mi historia, y trates de comprender por que cometí estos errores. Estoy pérdida en una vida falsa y llena de tormentos, traté de liberarme pero termine aún más sumergid...