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Por fin Louis puede escuchar el sonido de la campana. La escuela lo ha estado matando todo el día. Solo quiere ir a casa, escuchar música en su habitación e invitar a Zayn a jugar algunos videojuegos. La tarde perfecta, sin duda.

"Oye, amigo, entonces ¿estamos listos para esta noche?" Zayn le pregunta.

Louis asiente. "Sí, ven a mi casa a las seis. Mi madre hará pasta."

"Tan dulce de su parte."

Ambos chicos cargan sus mochilas y caminan hacia la puerta. Finalmente pueden dejar ese infierno llamado escuela.

"¿Louis?"

O tal vez no. Louis se da la vuelta para atender a su profesor de inglés.

"¿Sí?"

"¿Puedes quedarte unos minutos más?"

Louis rueda los ojos en blanco, pero asiente, dejando caer la pesada mochila llena de libros al suelo de nuevo.

"¿Puedes decirle a Ele que la llamo cuando esté en casa?" Louis pide a su mejor amigo.

"Claro. Me gustaría esperarte, amigo, pero tengo que dejar a Perrie en casa."

"No te preocupes. ¡Hasta luego, te veo más tarde!"

El ojiazul comparte un golpe de puño con su mejor amigo y camina hacia el maestro.

"¿Qué sucede, tío J?" Louis salta sobre una de las mesas y le sonríe al hombre frente a él.

"Louis...", dice el hombre con un tono de advertencia. Él rueda los ojos y suspira.

"Lo lamento, estamos en la escuela. ¿Qué puedo hacer por usted, señor Corden?" Louis dice cortésmente, sin siquiera tratar de ocultar la sonrisa en su rostro.

"Tú, sobrino, serás la muerte para mí algún día. De todos modos, esto es importante, Lou, así que te agradecería que te sientes en una silla y me escuches con atención."

Louis escucha a su tío y se sienta en la silla que está bajo la mesa en la que estaba apoyado. El profesor toma lugar detrás de su escritorio.

"Son los finales de octubre, Louis. ¿Has visto tus calificaciones?", el alumno se queda en silencio.

Sabe que sus notas no son las mejores, aunque no es su culpa. Tiene muchas cosas que hacer. Tiene que salir con Zayn, prestar suficiente atención a su novia, hacer cosas geniales para mantener su estatus. De ninguna manera aún le queda tiempo para estudiar.

"Tienes suerte de que no le haya dicho a tu madre todavía. Tal vez lo haré más tarde cuando venga a cenar."

"¡Tío, por favor, no!" Louis suplica. No puede decepcionar a su madre de esa manera. Ella estará tan molesta.

"Mira, Lou, han sido años en los que has tenido suerte y has aprobado. Este año es tu último año. Vas a ir a la universidad el año que viene. Tener un cinco de diez al final del año no es suficiente. Si quieres ser aceptado en una universidad decente, tienes que hacer algo."

"¿Algo como qué, tío? No soy el más brillante y lo sabes."

"Eso es una tontería. Eres inteligente, Louis, solo que también eres un vago. Mira, te inscribí para algo."

Louis enarca la ceja. "¿Me inscribiste para qué? ¡No me digas que soy parte de los matemáticos ahora!"

James se ríe. "No soy estúpido, Louis. Sé que eso no es lo tuyo. Te inscribí en un programa de intercambio. Lo discutí con tu madre y ella pensó que era una idea encantadora. Me dio su firma para que esté arreglado. En dos semanas hay alguien de Los Ángeles que volará a Doncaster. Se quedará en tu casa durante los próximos tres meses. Después de eso, volverá a casa y un mes después, tú irás por tres meses a Estados Unidos."