⌗𝐔𝐧𝐚 𝐕𝐞𝐳 ; 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚

𝒫𝓇ℴ́𝓁ℴℊℴ

Lisa's POV

Caminé a paso lento hacia la puerta de la casa de mi mejor amiga, tomé una larga respiración antes de atreverme a tocar el timbre, los segundos pasaron y la puerta fue abierta para revelar a la señora Kim detrás de ella.

—Buenas tardes señora Kim—saludé dando una reverencia pequeña—. ¿Se encuentra Jennie?—ella me miró sin ningún gesto en su rostro.

—Hola Lalisa—miró hacia dentro para después volver a mirarme—. Por supuesto, ¡Jennie, te buscan!—llamó a la castaña sin quitarme la mirada de encima, los pasos en las escaleras se hicieron escuchar para después revelar a Jennie.

—¡Lisa!—me regaló aquella sonrisa gomosa que tanto amaba—. Llegaste—se acercó dándome un abrazo con la mirada de su mamá en nosotras.

—Hola pequeña, ¿estas lista?—asintió aun sonriendo, giro hacia su mamá para hablarle.

—Mamá, regreso más tarde—le avisó acomodando mejor su mochila de panda.

—Sí, ve con cuidado hija—le sonrió no del todo feliz por verla salir conmigo—. Debes de regresar temprano, ¿de acuerdo?

—Claro mamá, nos vemos—se colgó de mi brazo para comenzar a caminar.

—Hasta luego, señora Kim—me despedí para después caminar con la castaña a mi lado—. ¿Cuándo dejaran de odiarme?—le pregunté cuando estuvimos lo suficientemente lejos de su casa.

—Lisa, mis papás no te odian—detuve nuestra caminata para verla.

—Jennie, me detestan—ella soltó y suspiro al escucharme.

Jennie y yo hemos sido amigas desde los trece años, ambas éramos tan diferentes, muy diferentes. Ella venía de una familia unida, con papás felizmente casados y sin ningún tipo de problemas, seguían una religión, visitaban todos los domingos la iglesia y tenían reglas.

¿Yo? Yo era todo lo contrario a ella, con padres divorciados, sin ningún tipo de atención por ambas partes, mala conducta, malas calificaciones y aún así me pusieran una pistola en la cabeza jamas visitaría la iglesia, mi piel estaba llena de tatuajes, algo que claramente los papás de Jennie odiaban. ¿Reglas? Yo no conocía eso.

¿Cómo nos habíamos hecho amigas? Un día vi algunos tipos molestando a una chica sobre su forma de vestir, burlándose por seguir una religión y tachándola de mustia. Yo claramente la defendí y me convertí en su protectora, desde ese día me volví su mejor amiga y parte importante de su vida. Jennie ha estado ahí para mí, me ha visto llorar por los problemas de mis papás, me ha visto emborracharme por esos problemas, ha visto mis mejores y mis peores momentos, me ha ayudado con chicas que buscan mas que una sola noche y nunca me ha abandonado, por esa razón no puedo dejarla ir, sentiría que sin ella mi vida no sería lo mismo.

—No, ellos simplemente... —alcé una ceja viéndola callarse al no saber que decir—. Solo ignorálos, Lisa—se dio la vuelta para volver a caminar.

—¿Cómo lo he hecho todos estos años?—asintió haciéndome rodar los ojos— Claro, pero si fuera el imbécil de Kai—se volvió a detener cuando me escuchó nombrar a ese chico—. ¿Qué?—pregunté al ver su rostro.

—Sobre eso, tengo algo que decirte—fruncí el ceño al verla tan nerviosa.

—¿Algo que decirme?—asintió jugando con sus dedos— ¿Sobre Kai?—volvió a asentir, mi mente pensó lo peor y mi corazón comenzó a doler—. ¿Aceptaste ser su novia?—pregunté tratando de que mi voz no temblara.

—No es eso, Lisa—solté un suspiro al escucharla—. Sabes que la familia de Kai se lleva de maravilla con la mía, él es un hombre de hogar, me respeta, esta estudiando para llegar a ser pastor—asentí sabiendo todo eso, Jennie había conocido a Kai en la iglesia, pero él también estudiaba con nosotras y siempre estaba detrás de Jennie.

—¿Y eso que?—pude ver que mordía su labio, una gran señal de que estaba nerviosa—. ¿Qué pasa con eso Jennie?

—Mis papás llegaron a un acuerdo con su familia—fruncí el ceño escuchándola.

—¿Y...?—la incite a que siguiera hablando.

Soltó un suspiro mirándome—. Eso es que, al terminar la preparatoria, Kai y yo nos íbamos a casar. Y yo acepte.

Entonces era todo, había perdido a Jennie.