Nim
Después un largo día en la escuela subo las escaleras tan rápido que casi caigo y ruedo por ellas, al llegar a mi cama me dejo caer y me envuelvo con mi manta. Estaba ansiando eso momento desde que empezó la clase de algebra, soy un desastre con todo lo que tenga que ver con matemáticas, pero bueno no quiero desperdiciar mi tiempo pensando en matemáticas.
Me sorprende que apenas llevo una semana en la escuela y ya estoy empezando a cansarme, y no me malinterpreten, amo ir a la escuela, pero no poder leer tanto como lo hago en las vacaciones no me gusta. Tampoco quiero que pase lo mismo del el otro año en el que, no entregaba proyectos o me saltaba clases solo por estar leyendo, obviamente toda la mierda se me estampo en la cara cuando la directora me encontró en la cafetería a mitad de las clases. Mama se enojó tanto que me prohibió leer un mes entero y eso para mí era como decirme que no podía respirar.
Mi mente comienza divagar en cualquier cosa para poder quedarme dormido, entonces recuerdo hoy a la hora del almuerzo todos se han puesto de acuerdo para dar una fiesta de bienvenida para los nuevos, hoy es viernes así que no hay problema con eso. Los trillizos eran amables, Azari y yo nos habíamos sentado con ellos toda la semana en la cafetería de la escuela, Sal había tenido una larga conversación conmigo sobre libros cuando supo que yo era lector, pero ella lo que leía era comics, no me importo porque a fin de cuentas éramos lectores.
Ella era sarcástica y tenía un humor ácido que me encantaba, aunque parecía que a su hermana no porque le había dicho que se callara cuando Sal pregunto si por lo menos sabíamos que era una televisión o que si sabíamos que era un condón.
La respuesta fue si, conocemos la mayoría de los aparatos electrónicos que hay en la sociedad, pero no es algo que nosotros necesitemos, y sobre los condones obviamente que si ya que la isla tenía una de las mejores educaciones respecto a la sexualidad en el continente, aquí era natural que los adolescentes tuvieran relaciones sexuales. Yo sabía que en otros países no lo era.
Cuando estaba perdido en estos pensamientos y apunto de dormir tocaron mi puerta.
-Nim- escuche la voz de mamá al otro lado.
¿En serio? Hoy es mi día de descanso.
-¿Si mamá?- le pregunte mientras ella asoma su cabeza por la puerta.
-Mañana tenemos una cena con los B... eh... ¡¿Cómo dijiste cielo?!- grito mamá.
Una cena con los Butterfly supongo. Sí, nosotros íbamos a hacer un trato con ellos, ya que ellos tenían una cafetería nosotros podíamos venderles nuestros postres para que ellos los vendieran con sus cafés, no creía que dijeran que no, rechazar una oferta como esta era de muy mala educación aquí en la isla, todos no debíamos ayudar.
La gente nos compraba postres para sus fiestas y nosotros les comprábamos los ingredientes que necesitábamos. Era como un dar y recibir, todo perfectamente equilibrado.
-¡Butterfly!- grito Nal desde abajo.
-Bueno pues con ellos- rodo los ojos- así que mañana no podrá ser tu día de descanso.
Bueno tal vez hoy no era mi día de descanso, si no mañana, pero en cierta forma si sirvió.
-Sí, no te preocupes- le sonreí y volví a estampar mi cara contra la almohada. Esta huele a mi o más bien al champú que uso, me gusta que las cosas tengan un olor agradable y cálido.
- ¡y ven ayuda a tu hermana si quieres ir a esa fiesta!- me grito después de cerrar la puerta.
Baje las escaleras y tome el delantal antes de entrar al almacén, dentro olía a masa de donas a punto de entrar en aceite y a la jalea con la que seguramente o iba a tener que rellenar. De la habitación donde se encontraba el horno viene un ligero olor a glaseado así que supongo que papá debe estar haciendo un pastel.
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Bajo el agua
RomanceNim quería tener una historia de amor como la de los libros que leía. Sal quería encontrar el significado de su vida.