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Algún tiempo después, en el refugio se había hecho de noche, en las calles ya no se escuchaba ningún ruido,  solo el viento que soplaba y hacia que los árboles se movieran por culpa de ello.

La familia Morow estaban descansando en sus respectivas habitaciones, por lo que Liron se encontraba acostado en su cama mientras observaba el techo desde hace una hora.

— ¿Estás seguro en dejarlo ser un guardián? — Dijo su madre al otro lado de la habitación, haciendo que le llamara la atención Liron — Decías no apoyarlo en su decisión, no quiero que le pase algo malo por no tener peculiaridad como los demás ¿Y si el enemigo es más fuerte? —

En el otro lado de la habitación se encontraban los padres de Liron hablando sobre el tema de aceptar que su hijo fuera guardián o no, cosa que no le parecía al Elaine, madre de Liron.

— Elaine, necesitamos calmarnos... — Roth se acercó a su esposa para poder abrazarla — Liron, es fuerte y se que podrá defenderse muy bien. —

Elaine abrazó de la misma manera que lo hizo su esposo, la mujer ocultó su rostro en el pecho de él, eso hacia que se calmara

— Nada malo pasará, el es fuerte y muy valiente. El será una gran persona — Murmuró Roth aún abrazando a su esposa.

  [...]

Luego de aquella conversación, la familia Morow descansaron toda la noche hasta que el joven Liron se había levantado temprano, por lo que el muchacho decidió entrenar a esa temprana hora, así que se levantó y se cambió de ropa lo más rápido posible, tomó la capa y la espada que le había regalado.
Al terminar de alistarse sale de su casa y camina en dirección al mismo lugar en donde siempre practicaba en las afueras de la ciudad, mientras caminaba disfrutaba mucho de las calles solas escuchando aquel viento soplar sintiéndose relajado en la caminata.

Al llegar al lugar que estaba rodeado de árboles grandes y arbustos gigantes que te podías ocultar perfectamente para no ser visto, Liron comenzó a practicar sobre nuevos ataques que realizaba con su espada, era como si el chico movía firmemente aquella espada entre sus ataques, esos movimientos ya era poderosos, graciles y veloces, puesto que Liron practicaba desde que era un simple niño que jugaba con el rol de ser un guardián.
Luego de una hora después de haber practicado, Liron tomó un descanso tirando a un lado la espada y rescostandose en el pasto de lo cansado que estaba, su respiración era rápida y tenía una capa de sudor en todo su cuerpo mientras que intentaba relajarse en aquel sitio. Las hojas de los árboles caían en los lados y encima del joven Morow provocados por el viento que soplaba, eso hacia que el joven cerrara los ojos y descansará pero un ruido hizo que su tranquilidad se quitara rápidamente, el joven abrió los ojos inmediatamente intentando visualizar en donde provenía aquel ruido extraño. Aquellos ruidos eran inimaginables ya que en los refugios no se veían aves volando o canten, eso hizo que abriera rápidamente los ojos.

— ¿Aves? — Susurró persiguiendo con la mirada a aves que volaban en un pequeño grupo.

El muchacho se levantó del suelo para seguir con la mirada a los pájaros, en el refugio era algo nuevo ver a los pájaros volar en temprana hora y más en estos refugios ya que no hay demasiado espacio para que personas que pueden transformarse en aves puedan volar libremente por este sitio, estando en un refugio que está completamente saturado con departamentos o casas encima de otras hacían que las personas que poseían ese don fueran advertidas al no utilizar su don y ser transferidas en otro refugio que está adecuado para ellos.

Liron al ver que las aves bajan al centro de la ciudad, no pudo sorprenderse por una luz que de la nada había aparecido en donde habian bajado los pájaros, el chico sin poder ver que estaba ocurriendo pudo escuchar un fuerte parecía un golpe que provocó la destrucción de bastantes hogares, un golpe había destruido una línea completa de casa que ocasionó gritos y sollozos en toda la ciudad.

Guardianes de la libertad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora